Ya llegamos, somos pioneras, pero vendrán muchas más. A partir de hoy este grupo Editorial Expreso_La Razón abre sus pantallas digitales a la agenda feminista, la visión vanguardista e incluyente de los directivos del medio impreso más importante de nuestra región sienta un precedente importante para debatir, sin reservas, ni censuras, los problemas reales que más sufren las mujeres en Tamaulipas.
A partir de ahora, aquí, la nota que más incómoda al patriarcado, la otra conversación, la nota violeta que abordará con visión de género las crónicas sobre feminicidios, ciberacoso, misoginia, techo de cristal, piso pegajoso, doble jornada, desigualdad laboral, social, el lenguaje no sexista y todos los matices de la violencia de género.
Las periodistas feministas que más inciden en la conversación social nacional, presentan sus análisis desde sus propios medios y con alianzas entre mujeres comunicadoras que fortalecen el periodismo con visión de género, no es tarea fácil, ni cómoda, pero alguien tiene que hacerla y para mí es un gran reto forjar un nuevo espacio desde este prestigiado medio multimedia. Insistir desde el pensamiento y la acción feminista en medios, sobre las consecuencias funestas del sistema patriarcal ayuda a eliminar las conductas antisociales y construir una nueva forma de convivencia humana, entre hombres y mujeres iguales.
La nueva sección lleva el título de LA INFILTRADA, porque así me percibo en un entorno profesional donde mayoritariamente los hombres toman la palabra, expresan sus opiniones y dan las pautas para el debate político.
Pero en la mesa, donde todos los días se toman importantes decisiones de contenidos para publicar, no estaré sola, me acompañarán investigadoras, académicas, servidoras públicas, colectivas y activistas que están en la misma lucha, desde todos los frentes, tratando de visibilizar la crisis mundial de violencia hacia las mujeres y las niñas.
Y como pugnamos por ser incluyentes y el feminismo no es sólo de las mujeres, tendrán espacio también los hombres que deseen debatir sobre masculinidades tóxicas, costumbres machistas y arraigados hábitos misóginos que se deben desterrar.
Porque nosotras no estamos locas, ni somos tóxicas, ni andamos en nuestros días, pero eso sí, estamos enojadas, “andamos perras, andamos diablas” como escribe Cristina Rivera Garza en narrativas que recupera de los ochentas, porque la violencia feminicida siempre ha estado ahí, ante nuestros ojos, y se ha normalizado.
Parece simple, pero ganar un espacio más para las mujeres en la conversación pública seria, responsable y crítica, fuera de las páginas rosas del corazón, las secciones sexuales o la nota roja, es tan urgente como importante, por eso ante la prevalencia de la desigualdad social por género, no más la comodidad de nuestro silencio.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE