TAMAULIPAS.- Cada segundo nos enfrentamos a un infinito número de posibilidades y es imposible el vacío. Hasta aquí llegamos con lo que somos para percibir el mundo con los cinco sentidos. El mundo no nos muestra lo que no somos sino aquello que considerándolo podemos aceptar o negar según queramos.
El ser humano saca provecho de la realidad pero no de las capas sobre puestas o subterráneas que no vemos por causa de la limitación de nuestras capacidades sensoriales. No existe la nada ni el no ser como quería Lao-Tse, existimos adentro y afuera, entre los árboles y los objetos imaginarios. Aún quienes practican la meditación de la vieja escuela saben que el pensamiento no se libera y siempre estamos pensando, por lo que nos resta sólo elegir entre dos aguas para no hundirnos en el océano de posibilidades.
El mundo es doscientas mil veces más amplio de lo que observamos. Ahí hay más cosas de lo que vemos y esa es la realidad en la cual vivimos. Con eso elegimos. Con lo que somos y lo que percibimos. Alguien o todos, un instante o durante toda la vida podríamos estar equivocados para otros aún teniendo razón en el universo sin lógica y sin algoritmos.
Cada que experimentamos el mundo que es a diario causa efecto en la conciencia y eso nos hace avanzar en el tiempo a desarrollar los genes suficientes para la generación siguiente. El individuo lee la realidad motivado, estimulado por dentro o por fuera, por si mismo o por la influencia de otros.
Esa es la realidad en la que nos encontramos. En medio de eso está la razón en la lucha inútil por su existencia. Cada segundo la vida ofrece sus múltiples opciones. Reaccionamos por sobrevivencia a la velocidad increíble de nuestro cerebro que procesa la información de acuerdo a las condiciones muy particulares de cada uno.
Todo es nuevo a cada segundo, el mundo ese gran creativo, pone a prueba nuestra inteligencia y nuestras emociones, través de las habilidades con las que nos habilitamos para seguir viviendo e ir más allá aunque no sepamos a donde. Existimos y no en un segundo, los demás pueden hablarnos o ignorarnos, y podemos son querer hacer lo mismo estando enfrente de ellos.
Si alguien nos pregunta responderemos una realidad que sólo fue nuestra, aún cuando los demás describan al sujeto que no viste y que estuvo más allá de un simple segundo contigo. Estamos listos para decidir en un segundo porque no hay tiempo. Dio nos tardamos, responderemos a otra realidad posterior que igual se planteará entre la ficción creada por el cerebro y la realidad contundente.
En política existen por igual las día opciones de quienes busca el control de un universo en particular como puede ser un país, un estado, un municipio y hasta el hogar de una persona. Habrá aquellos que buscan hacernos ver una realidad y aquellos que hacen el esfuerzo por encubrirla. Un grupo de personas conjuntan un universo, de pronto aparece una persona que trae o que importó el universo de otra parte y cambia las cosas.
La inteligencia en juego encuentra en el cerebro la línea de escape de lo común para, acaso por defecto, crear cosas nuevas para ese universo. Y hay crecimiento. Creamos nuevos genes que sean compatibles con la naturaleza del hombre, sencillamente avanzamos.
Con eso andamos a todas partes, duales, con los olvidos y los recuerdos. En realidad cada día fue acumulando este inmenso instante, en este segundo en el cual estamos uno escribiendo y el otro leyendo. Creyendo y dudando entre dos aguas, entre el fuego y el agua. Con el espléndido presente, rumbo a un futuro todavía desconocido. HASTA PRONTO.
CRÓNICAS DE LA CALLE / RIGOBERTO HERNÁNDEZ GUEVARA