TAMAULIPAS.- Lo primero que hizo César Verástegui al pisar suelo priísta, fue ponerse el chaleco rojo que simboliza la “Piel” del PRI en tiempos de campañas.
Una vez ajuareado con identidad priista con esa prenda personalizada; en el lado derecho, tenía su nombre César Verástegui y en el izquierdo -donde va el corazón- el logo del partido. Ya con la aureola de precandidato, inició un recorrido que duró 35 minutos hasta llegar al escenario principal donde aparecería como el protagonista del evento.
En su singular recorrido, entre personajes de la vieja guardia del PRI sorteó y repartió abrazos, palmadas, risas y chunga, hasta llegar al templete. Entre los menguados priistas, se ve que ya no están todos los rostros conocidos de antaño: algunos han saltado a Morena, los que han tenido mejor suerte, ocupan cargos políticos y de elección. Verástegui abrazó y besó a Mercedes del Carmen Guillen Vicente, “Paloma”, la ex diputada Federal del PRI que participó en las elecciones del 2021 pero las presiones de la ola azul la barrieron en Tampico.
Sin reparar en agravios del pasado, Sergio Guajardo Maldonado, ex líder del PRI, se lanzó a los brazos de Verástegui, quien le respondió con apapachadora enjundia Atrás quedaron los días aciagos cuando Guajardo denunció al Gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca, por haber ordenado la destrucción del Comité Municipal del PRI en Xicoténcatl, lugar donde Verástegui fue alcalde en dos ocasiones, pero no. Guajardo perdió el rubor y protagonizó una escena que delata que en la grilla no hay rencores, ni enemigos verdaderos.
El ex Alcalde y ex diputado Gustavo Torres Salinas, quien fue perseguido por la 63 Legislatura a quien lo acechaba con ´dientes´ la Auditoría Superior y quien finalmente fue perdonado en esta administración panista, también se mostraba muy contento, y declaradamente sumado a la causa de “El Truco”.
Oscar Almaraz, el priíanista con mis laureles en la cabeza de los tiempos modernos del partido; parecía novia recién casada en peseito de agradecimiento con los invitados, al recibir los abrazos de aquellos que alguna ocasión lo tildaron como traidor. Su llegada apretada al evento, solo le permitió abrazar a uno que otro. Pero sin duda que era uno de los más contentos, porque ayer se consumó la alianza que hasta hace unos años era impensada..
Otro que apareció por el lugar con sus aspiraciones apagadas fue Ramiro Ramos, quien parecía tragar saliva, por no ser protagonista de esta película. Miguel González Salud, también se dejó ver; sonriente pero menos expresivo que Eugenio Benavides, quien desde hace varias elecciones trabaja con el PAN; Alejandro Montoya ex candidato del PRI a la Alcaldía de Victoria y gran amigo de Verástegui también llegó para las fotos, como lo aprovechó Pedro Luis Coronado “el Peluco” líder de la CNOP.
Ramiro Ramos quiso robar cámara cuando saltó al presentarlo como ex aspirante a la gubernatura; “Sigo siendo aspirante, el proceso no termina…”, expresión que desencajó a los panistas. Verástegui lo escuchó y lo siguió con su mirada cuando Ramiro se levantaba de la silla para saludar a los priistas, el momento fue tan incómodo que Alejandra Cárdenas se sorprendió.
El que no apareció fue Enrique Cárdenas quien se disculpó por motivos personales, ausencia que el mismo precandidato dio a conocer. Horacio Reyna, el regidor de Victoria fue directo y se puso el tapete, “Hoy le apuesta el PRI todo a esta alianza, bienvenido al PRI”, le dijo. Pedro Luis Coronado “El Peluco”, hizo la narrativa del evento, al declarar que el PRI, está a favor de ir en la coalición “Va por Tamaulipas” y apoyará como candidato a César Verástegui el Truco, al que le pidió en su discurso que frenara en Tamaulipas a “un lobo vestido de oveja” como es Morena.
La participación de Edgar Melhem ya no tuvo sentido, no había más que agregar al rubricar lo que otros habían dicho, al montar al PRI en la coalición con dos objetivos: frenar a Morena en Tamaulipas y alcanzar participar en “ la pepena” de puestos, en un gobierno que visualizan plural una vez que gane Verástegui.
EL MURO S.A. / ARTURO ROSAS H.