La incorporación -por ahora sólo de voz- del ex dirigente del CDE del PRI tamaulipeco, Oscar Luebbert Gutiérrez, al proyecto de Américo Villarreal Anaya, da un inesperado giro al escenario sociopolítico de la frontera norte.
En Reynosa, achica la posible venta de los capitales políticos de la ex alcaldesa Maky Ortíz y su familia, a organizaciones antagónicas de MORENA; en el estado, disminuye las presencias de diversos cuadros priistas que consolidaron la coalición del PRIAN y abre la posibilidad, de que el reynosense galvanice la estructura de campaña del abanderado de la IV T con rumbo a la gubernatura.
A estas horas, el equipo de Luebbert Gutiérrez, está redactando un comunicado a la ciudadanía tamaulipeca y a la militancia del PRI, explicando el por qué de su distanciamiento con la alianza del PAN, PRI y PRD. El liderazgo del también ex alcalde reynosense, cohesionará en su alrededor a un priismo que se resistió a unirse con un PAN que lo tuvo con el pié en el rostro el último lustro.
Se maneja, que no será una ruptura orgánica con el PRI. Será sí, un deslinde con el PAN y sus políticas en los pasados cinco años en la región.
Es decir: Luebbert Gutiérrez, no se va del PRI; el PRI, se fue de Oscar. Extraoficialmente, se sabe que el ex dirigente del CDE tricolor, Eliseo Castillo Tejeda, signará los planteamientos de Luebbert Gutiérrez. De la forma en que ya lo están haciendo, destacados priistas reynosenses.
La cada vez más cercana suma del ex senador priista a la campaña de Villarreal Anaya, es oxígeno puro para la IV T toda vez que el candidato de la coalición PANPRI-PRD, el Truco Verástegui, había salido del arrancadero con potencia y con altas expectativas de crecimiento y la confianza del ensanchamiento de sus niveles competitivos en corto.
En la coyuntura, la postura de Oscar, generará más efectos -tanto de cambio, como de continuidad- en el priismo tamaulipeco, que la de los priistas pro-aliancistas que operan para Verástegui; e incluso: provocará más volteretas en la mentalidad de la militancia tricolor que el llamado en 1987 de la Corriente Democrática del PRI para desde Tamaulipas sumarse a la lucha contra el neoliberalismo mexicano antes de que llegara a la entidad como una peste.
El mensaje en redes de Oscar, es una mano tendida para el precandidato Américo; sólo él, tiene la autoridad y la voluntad, de tomarla o rechazarla.
Si hay un choque de manos, Villarreal Anaya se estará llevando unos miles de votos a sus alforjas. Si queda una mano en el aire, no pasará nada… …sólo que Américo y la IV T, tendrán que trabajar más del triple para ganar.