No es la primera, ni será la última persona pública que intenta verse humanista y que le sale el tiro por la culata, la Influencer y primera dama de Nuevo León, Mariana Rodríguez explota su lado maternal y logra sacar de su DIF un bebé en condiciones especiales, lo lleva a su casa, le toma fotografías, las presume en sus redes y juguetea con su esposo, el gobernador regio, Samuel García. Todo un fin de semana de la vida en rosa de los políticos acostumbrados a salirse con la suya.
Como era de esperarse, las redes sociales se volcaron en comentarios asertivos y de rechazo hacia la conducta de la joven, que hace apenas un par de años vio truncada su maternidad por un aborto espontáneo. Pero, quizás no fue su idea, a todas luces ella no se manda sola y forma parte de un equipo de estrategia política que los llevo al poder. La cultura de la cancelación se apuntó hacia ella, “con los niños no se juega”.
Expertos en psicología infantil, derechos de las niñas y niños, y en temas de adopción, abrieron el debate sobre la responsabilidad que debe prevalecer en las instituciones y las familias al momento de intentar una adopción o convivencia con un menor, al mismo tiempo la comunidad tuitera y la política aportaron el fuego para llevar a la hoguera a “la mala del cuento”, la mujer qué, a todas luces, está siendo utilizada por su pareja para fines políticos.
Algunos analistas políticos, acostumbrados a la narrativa masculina, con el ojo crítico también masculino, apuestan a que Samuel llegó al poder por la influencia mediática de su esposa, algunos portales sociales la retratan como una “Lady D”, y las revistas del corazón la subliman, se le encasilla en la frivolidad, en vez de concederle el beneficio de la duda, la juzgan con misoginia y son más duros con ella, que con él imberbe mandatario.
Antes de este yerro, en plenas vacaciones decembrinas, la pareja de moda viralizó una foto de pesca, ahí los cuestionamientos no fueron contra él, apenas se notaron unos visos de que la captura del pez que muestran es ilegal, el tema fueron los pies de la mujer, la flacura, los dientes, el pelo y sus palabras, cada vez que habla, se cuestiona su discurso.
Sin disculpas, pero si con lentes violeta, las acciones de las mujeres públicas deben analizarse con más cuidado, ahora que se abren más espacios políticos para ellas, será necesario que se preparen con enfoque feminista, que estén en el poder no las exime de conductas arraigadas en el patriarcado, como es el caso de empoderarse a través de la maternidad, el maquillaje o la moda.
Es un gran logro que cada vez existan más mujeres en la política nacional, pero si ellas solo siguen los mandamientos de ellos, poco avanzaremos en atención a los verdaderos problemas que afectan a mujeres, niñas y niños de este país. Con los niños no se juega, con las mujeres, tampoco.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE