CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- José Feliciano Fernández aprendió de joven el oficio de técnico de máquinas de coser al ver trabajar a su abuela y sus tías quienes tenían una maquiladora, hoy 40 años después continúa con la tradición familiar.
En un mundo en el que casi todo es desechable, de plástico y de poco uso, aún quedan quienes acuden a las pocas costureras o sastres de la localidad o s los talleres de máquinas, oficio que José aprendió desde los 13 años.
“Somos pocos, aquí en victoria establecidos somos 3 pero yo creo, no es muy común un técnico en estos tiempos, hay que tener mucha paciencia y saberle a todos los detallitos, ahorita ya muchas maquinas son desechables y vienen con mecanismos de plástico”.
Con su taller localizado en el 4 y 5 Juárez, el técnico recuerda que su abuela y tías tuvieron por más de una década una maquinaldora con más de 10 trabajadoras, por lo que necesitaban de alguien quien les diera mantenimiento a las máquinas.
“Mi abuela y mis tías tenían una maquiladora de ropa y de ahí empecé a capacitarme desde joven para poderle dar mantenimiento a sus máquinas, esto viene de familia, su negocio duro más de una década y yo le seguí en este mundo”.
Recuerda que su abuela, como muchas contaba con su máquina de pedal antiguas y con el tiempo se fueron modernizando las maquinas hasta que el día de hoy puede reparar múltiples modelos diferentes, desde la más antigua hasta la que cuenta con última tecnología.
Ya con 53 años y 40 de experiencia, José señala que la mayor parte de su vida la ha pasado entre máquinas de coser por lo que ha reparado desde maquinas manuales de masa de 100 años hasta las mas modernas de hoy en día.
“He arreglado máquinas que tienen 100 años porque son heredadas desde las abuelas, incluso hay máquinas que no son ni de botón o pedal, trabajan de forma totalmente manual las cuales si se arreglan aunque se batalle con las refacciones”.
Explica que el que se hayan hecho más desechables las maquinas ocasiono que fueran económica y que una mayor cantidad de familias puedan tener una en la casa para hacer confecciones sencillas.
“Todo mundo tienen sus máquinas, son muy útiles para quienes se dedican a la costura pero también para uso personal de quienes realizan sus reparaciones en casa, gracias a dios si tenemos trabajito”.
Dijo que existen las bordadoras tipo singer, liberty, brother en donde el problema más común es que esta se salga de tiempo, se descomponga la bobina o que los dientes se desgasten.
Respecto al precio de reparación este varía según el problema ya que puede elevarse desde 250 pesos hasta arriba. El taller se localiza en la zona centro en el 4 y 5 Benito Juárez numero 1312 o puede comunicarse al numero 8341305831.
Por Raúl López García