Soy de quienes piensan que el asunto de la tan mencionada Consulta de Revocación de Mandato se ha convertido en un distractor efectivo de las cosas que tienen una mayor importancia en la vida pública del país. Uno más, para ser preciso.
Aunque el ejercicio está contemplado en la Constitución Política mexicana como un instrumento al que pueden recurrir los ciudadanos para manifestar su decisión de que continúe o no el Presidente en turno, por la cultura política nacional y el largo tránsito a la vida democrática con alternancias que nos han llevado de vuelta al pasado, la consulta referida no sirve mas que para desviar la atención de los numerosos yerros gubernamentales, para darle un uso maniqueo y para querer aprovecharla en beneficio de quien detenta el poder. Todo eso, a un costo económico muy alto y para que además, sirva de pretexto al Presidente, a Morena y a sus seguidores para golpear políticamente al INE.
El tema adquiere relevancia porque ayer el Instituto Nacional Electoral (INE) anunció que se confirmó la obtención del número suficiente de firmas ciudadanas para poder llevar a cabo la Consulta de Revocación de Mandato, de acuerdo con lo establecido por la ley. Es decir, lo que tanto pidieron el Presidente, su partido y los suyos, se va a hacer. El Instituto gastará mil 567 millones de pesos de su presupuesto -dinero suyo, mío, de todos-, para cumplir la petición de López Obrador de que se haga una consulta en la que los mexicanos digan si quiere que se vaya a su casa, a su rancho o que simplemente llegue al final del período para el que fue electo.
El punto de divergencia entre quienes apoyan al INE y quienes del lado del Presidente lo cuestionan porque no les gustan sus decisiones, es la enorme cantidad de dinero que falta para que se haga una consulta de manera profesional, seria y yo diría, legítima. Al Instituto le faltarán algo así como 2 mil millones de pesos que no tiene, porque en la aprobación del Presupuesto de Egresos 2022, la mayoría legislativa que detentan Morena, Verde y PT le quitó recursos al INE. Por tanto, es previsible que haya limitaciones financieras y por ende, que la famosa Consulta no vaya a tener la misma cobertura en la instalación de casillas, reclutamiento, capacitación de funcionarios, supervisión y todo lo que concierne a la realización de un ejercicio democrático de este tipo.
Respeto la opinión de quienes defienden que se lleve a cabo la consulta, porque es un derecho ciudadano legítimo. Pero cuestiono el hecho de que se tengan que gastar miles de millones de pesos en algo que tendrá resultados previsibles, a juzgar por el interés que la misma ha generado entre la sociedad: En su mayoría, van a acudir muchos de quienes votaron por López Obrador en 2018. Es decir, es innecesario tirar a la basura tanto dinero para algo que ya sabemos cómo va a resultar.
No comparto, tampoco, el enfoque que le dan a la promoción de este ejercicio pues en la recolección de firmas de ciudadanos, la asociación civil impulsora y numerosos excandidatos y excandidatas de Morena le dijeron siempre a la gente que su firma era “para que el Presidente siga”. Del tamaño de su cinismo es la mentira que le dijeron a muchos, quienes ignorantes de la realidad, les dieron sus firmas.
Ya con el número de firmas ciudadanas verificadas, al INE le corresponde seguir con la siguiente fase del proceso y preparar, en la medida de sus posibilidades financieras, la realización de la famosa Consulta de Revocación de Mandato, cuya utilidad es simple y sencillamente para uso exclusivo del Presidente y de Morena, el movimiento con registro de partido: Este año hay elecciones para renovar las gubernaturas en 6 estados en junio y este ejercicio de consulta se llevará a cabo en abril, por lo cual estará fresca la imagen de López Obrador entre los ciudadanos y eso se usará como pivote para impulsar las campañas de sus candidatos. Como antes, con el PRIAN, pues.
LA GIRA DE ARTURO DIEZ
Si no hay cambios de último momento, a partir del jueves estará en la zona sur del estado Arturo Diez Gutiérrez Navarro, precandidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura.
El millonario ex Alcalde de Ciudad Victoria empezó hace días sus recorridos por municipios del altiplano, con la intención de cubrir desde la semana pasada un tercio de los 43 qué forman parte de Tamaulipas, pero del jueves al domingo estará en el sur. A su precampaña le han puesto el nombre de “Caravana de Diez”.
Diez Gutiérrez quiere repetir el fenómeno que se vio en Nuevo León el año pasado, en donde MC vino de un lejano cuarto lugar y terminó ganando la gubernatura. Acá, en Tamaulipas, con un escenario diferente y con un perfil también distinto del precandidato, se ve más complicado que se logre.
Entre otras horas, el abanderado del partido naranja deberá articular un discurso poderoso que lo haga diferenciarse de las dos opciones que hoy acaparan la atención de los ciudadanos: Los bloques del PAN-PRD-PRI y el de Morena-Verde-PT.
Si no lo hace, corre el riesgo de pasar desapercibido como alternativa real y podrá ser visto solamente como una comparsa de alguno de los dos bandos que concentran la atención de los tamaulipecos.
VACUNAS, EL CAOS Y LA INEPTITUD
Si algo quedó clarísimo en los primeros dos días de aplicación de las dosis de refuerzo de vacunas contra el Covid en la zona sur
del estado, es el caos que ha provocado la ineptitud de la dependencia federal encargada de organizar estas jornadas.
La campaña es parte de las tareas a cargo de la Oficina de Programas Federales en Tamaulipas, que encabeza el ex aspirante a la candidatura de Morena al gobierno estatal, Rodolfo González Valderrama.
Mala organización y planeación, errores de logística, carencia de sentido común del personal de apoyo y en general, insensibilidad con miles de personas, especialmente adultos mayores que esperan en el frío y el sol, es lo que han revelado estas jornadas de aplicación de refuerzos.
POR TOMÁS BRIONES
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