Un lector nos sugiere trasmitir dos recomendaciones al diputado Armando Zertuche.
1.- Que acuda a la ayuda profesional de un chamán o que viaje a Catemaco para que le den una “limpia” con rama de pirul, a ver si así se sacude la sal y ahuyenta las malas vibras que le han perseguido desde que asumió el liderazgo de la cada vez más maltrecha fracción Morena.
2.- Propone respetuosamente a Zertuche que pida licencia por unas semanas y regrese al ejercicio profesional para que organice minuciosas sesiones de terapia con sus colegas legisladores de Morena que algo grave traen en la cabeza.
Supone el lector que como psicólogo Gestalt y master en psicología grupal sabrá que hacer para que algunos colegas -suyos, de él-, sea reorientados en la percepción de su realidad y entiendan de una vez por todas qué significan las palabras lealtad y congruencia.
Y es que a Zertuche y a su fracción les aplica al pie de la letra la canción “Todo me sale mal”, que hizo popular Alex Lora. El legendario rockero de Nopatitlán.
Ayer fue otro mal día para el diputado Zertuche y sus camaradas. Ya convertidos en Coalición, PAN y PRI juntos les hicieron la travesura de hacer valer los vetos del gobernador a importantes iniciativas que Morena ya creía resueltas, y hasta se atravesaron los coaligados para diferir una propuesta de sesiones híbridas, presenciales y en línea, ante los embates del COVID.
Realmente sin un ejercicio previo de negociación esas iniciativas nunca iban a prosperar, y la fracción Morena, con su coordinador por delante, confiado y sobrado, hizo mal sus cálculos, infló sus alcances y el globo se le reventó sin siquiera poder meter las manos.
Ha ocurrido con la otrora mayoría abrumadora de Morena que su castilllo de naipes era previsiblemente vulnerable, y no entenderlo ha sido un tremendo error de los diputados guindas, que ha quedado mal, muy mal, con sus colegas alcaldes y con los ciudadanos a los que prometieron hacerles realidad sus promesas.
En descargo de Armando Zertuche habría que decir, al margen de su liderazgo errático, que Morena está pagando la torpe pepena que realizó para reclutar y postular a cuadros políticos inconsistentes y desleales, para convertirlos en diputados.
Fue una operación atropellada y subordinada a la ambición de los liderazgos regionales que encontraron la oportunidad de aprovechar el caos que es Morena para obtener sus cuotas de poder y usarlas como arma de chantaje o transacción.
Sucede que se se prefirió la incondicionalidad a la capacidad y por encima de lealtad garantizada, prevaleció la máxima de que solo avanza el que transa, con lo cual se explica la llegada de personajes estrambóticos a una variopinta fracción donde ni siquiera domina el color guinda.
Vamos, hasta el PAN se llevó lo suyo.
Fue así que apenas en los primeros días desertaron dos diputadas que se quitaron la camiseta guinda y se enfundaron la color azul.
El rebaño se convirtió en una mayoría raquítica que se reduce a minoría cada vez que enferman de chorrillo cuatro diputados del sur que si a alguien escuchan no es a Morena ni a su líder en el congreso. Y ahora ya ni siquiera podrán contar con el apoyo ocasional de los priistas Edgar Melhem y Alejandra Cárdenas.
Por eso pensamos que Zertuche necesita echar mano de sus habilidades profesionales y empezar a terapear a una buena parte de sus camaradas diputados, tal vez con la ayuda de un sacerdote o de un chamán.
Puede suceder que no logre mucho y tenga que seguir echando maromas para conseguir los votos necesarios para rescatar algo de su ya maltrecha agenda legislativa, atorada desde el comienzo.
Ya vendrán tiempos mejores para Morena en esta legislatura… siempre y cuando ganen la elección de junio.
Por lo pronto, ojalá el enésimo descalabro de ayer les sirva de experiencia en el corto plazo, porque en el largo, quien sabe. Eso se decidirá en Junio próximo.
POR ALFONSO GARCÍA RODRÍGUEZ
pedroalfonso88@gmail.com