La bancada de Morena ayer quedó exhibida una vez más. Un error infantil, les quitó la oportunidad de llevar hasta el límite la discusión por el veto al Presupuesto de Egresos.
Era una batalla que de todas formas iban a perder, porque para evitar las observaciones hechas por el gobernador, requerían del voto de dos terceras partes del Pleno, que no tienen, ni tendrán en lo que quede de la legislatura.
Pero la ruta obvia era llevarlo a comisiones, para que ahí se diera un debate que permitiera a los morenistas lanzar petardos al Ejecutivo.
El problema es el que se señaló desde hace mucho: al brazo legislativo de la cuarta transformación en Tamaulipas le falta músculo y ya se están acostumbrando a morder el polvo cada vez que deben enfrentarse con el Gobierno del Estado.
Va un resumen de su último gazapo. Tras modificar el presupuesto propuesto por el Ejecutivo y aprobarlo el 15 de diciembre, unos días después recibieron las observaciones de Francisco García Cabeza de Vaca, lo que se conoce como “veto”.
A partir de ese momento, el 21 de diciembre, tenían 10 días para llevar el tema a las comisiones y volver a dictaminar, para agendar su discusión en el Pleno.
Amparados en la ley del Congreso, decidieron aplazar ese trámite para el mes de enero, cuando iniciara el nuevo periodo ordinario. Pero no contaban (¿ninguno
de sus sesudos asesores lo sabía?) que por tratarse del Presupuesto de Egresos, la Constitución limita el plazo para su discusión.
Y lo que debieron hacer fue llamar a un periodo extraordinario para que el tema se pusiera sobre la mesa.
Es verdad que al final el desenlace hubiera sido el mismo: se habría impuesto el presupuesto que originalmente había propuesto el Poder Ejecutivo, pero este nuevo episodio de la tragicomedia legislativa retrata a la perfección la debilidad de la bancada que intenta comandar Armando Zertuche.
El panorama para él y sus diputados no podría ser peor.
En los hechos, los dos diputados priístas, Alejandra Cárdenas y Edgar Melhem, ya forman parte de la bancada panista, y si a eso se suma que la Mesa Directiva estará en manos del PAN por los próximos meses, se pronostican nubarrones y tormentas ni más ni menos que durante el periodo que precede a la elección por la gubernatura.
Es decir, si en Morena pensaban que contarían en el Congreso con una bien aceitada maquinaria legislativa en la cual apoyarse en pleno proceso electoral, podrían irse despidiendo de esa idea. Ni sus integrantes, ni su coordinador han estado a la altura.
En contraparte, la bancada panista- priísta evidentemente se fortaleció con el cambio en la coordinación del grupo.
La salida de Luis René Cantú, “El Cachorro” fue lo mejor que les pudo haber pasado, y ayer, con la actuación de Félix “Moyo” García quedó muy claro
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES