TAMAULIPAS.- Mujeres juntas, ni difuntas, es la máxima del machismo para aplicar el divide y vencerás contra las mujeres, al patriarcado no le conviene ni tantito que cada vez más entiendan de sororidad, que sean más las buenas amigas que las enemigas, que se establezca una hermandad entre ellas, en vez de sembrar discordia, competencia y envidas.
Desde muy pequeñas nos enseñan a competir y a pelearnos entre nosotras, claro sin llegar a los golpes como los machines, debemos luchar discretamente por ser la más bonita del espejo, la más simpática, la más educada, la más inteligente y para eso nos fomentan el individualismo, no es casual que los hombres sean más aptos para juegos en equipos, y nos impulsen a nosotras para juegos individuales, tampoco es fortuito que ellos puedan armar bandas musicales con muchos integrantes y que las cantantes juntas de un dueto terminen en pleito.
La poca o nula unión femenina es la fortaleza del pacto patriarcal, entre ellos se protegen, se animan, se acompañan y además de ser amigos, pueden ser socios de negocios, aliados en la política y cómplices en la transa y en el trato hacia las mujeres que les rodean.
Ellas, dicen, podemos despedazarnos, pero jamás nos haremos daño, sin embargo, si nos hacemos mucho daño, cada vez que reclamamos a “la otra roba maridos” en vez de reclamar la conducta de él, cada vez que juzgamos a la compañera de trabajo de provocadora con el jefe, en vez de reclamar un trato de respeto de él para ellas, o cada vez que criticamos o envidiamos a la amiga, en vez de reconocerle sus habilidades y aciertos.
Ahora, que el movimiento feminista nacional revive el “MeToo” o “Yo También” para evidenciar acoso y hostigamiento sexual de académicos, intelectuales o políticos, sorprendió que la Senadora morenista, MaLu Micher saliera en defensa del historiador Pedro Salmerón, se le recordó a la legisladora que llegó a ese cargo precisamente por las iniciativas de otras mujeres para que más mujeres alcancen puesto de poder y decisión, se le recordaron sus mensajes anteriores, cuando se asumía feminista y luchaba hombro con hombro con las activistas.
Pero ella se ciñó a la ley, impuesta por el sistema patriarcal, para no escuchar a las víctimas. Olvida la senadora, el propósito básico del feminismo, que es buscar una sociedad igualitaria, de beneficio para todas y todos, no solo de más derechos para las mujeres, sino de romper estereotipos de género que también afecta a los hombres, es establecer nuevas formas de convivencia, sin privilegios para nadie, pero tampoco opresión, que es la que afecta a las mujeres.
En este mismo contexto otras mujeres ponen en duda las acusaciones de las víctimas y son capaces de meter las manos al fuego por el varón, porque lo perciben educado, porque a ellas no les ha dado motivo, porque no pueden creer que alguien culto, sea capaz de abusar de una mujer. El hostigamiento y acoso sexual no tiene nada que ver con la apariencia, ni sapiencia, no solo y no todos los de situación de calle lanzan piropos, no solo y no todos los iletrados violan, no solo y no todos los pobres ejercen violencia machista.
Hay evidencias jurídicas de las denuncias contra el historiador propuesto como embajador, existen mujeres valientes, con rostro, nombre y apellido que están saliendo a la opinión pública a contar su historia, ¿Por qué dudar de ellas? ¿Por qué creerle a él? Pues precisamente porque los estereotipos de género nos han hecho creer que vale más la palabra de un hombre que la de una mujer y más si la retorica presidencial lo avala. Hagamos un pacto entre mujeres, empezando por decir a las víctimas “Yo sí te creo”, ante cualquier acto de violencia contra la mujer
EN BOCA DE TODOS / GUADALUPE ESCOBEDO CONDE