TAMAULIPAS.- Tambores de guerra resuenan en el Congreso, donde el diálogo parlamentario está virtualmente roto. Las últimas cuatro sesiones ordinarias han concluido con dos bancadas que juran tener la razón respecto al sentido de lo que han aprobado o rechazado. Ambos con versiones distintas que solo confunden a la población que se pregunta a quién deben tomar en serio.
El caso más evidente de esta suerte de esquizofrenia legislativa es el del reemplacado. La historia es más o menos así: tras aprobarse el decreto en el mes de diciembre del año pasado con el que se derogaba el canje de placas, el gobernador envió sus observaciones al Congreso, lo que se conoce como veto del Ejecutivo, que también abarcaba las modificaciones al Presupuesto de Egresos.
Como ese día se acabó el primer periodo ordinario, la bancada de Morena decidió enviar el tema hasta el mes de enero, cuando los panistas que en estos momentos tienen en sus manos la Mesa Directiva, dieron por precluida la discusión. Es decir, argumentaron que se venció el plazo que tenían para dictaminar el asunto y rechazar el veto gubernamental. Pero los morenistas interpretaron la ley de manera distinta, y subieron a tribuna el asunto, aprobándolo con una mayoría simple, gracias al voto del diputado “bizagra” como ya se conoce a Gustavo Cárdenas.
Así, los panistas insisten en que el tema se agotó y las placas se deben seguir cobrando, mientras los morenistas aseguran que ningún contribuyente debe pagarlas. En medio de esta guerra política, como casi siempre, queda la población que entre tantas penurias lo mínimo que merecería es claridad respecto a sus obligaciones.
Otra muestra de la endeble cordura que le queda al Poder Legislativo, es la discusión del Fondo de Capitalidad. Igual que con las placas, morenistas afirman que ya está aprobado y panistas lo niegan por todos los medios. En este caso, no pudieron ponerse de acuerdo ni en cómo debió votarse esta ley. La presidenta de la Mesa Directiva, Imelda Sanmiguel se aferró a la postura de exigir una mayoría calificada, y los morenistas insisten -tanto que ya la votaron dos veces- que es suficiente con la mayoría simple.
El resultado es la misma confusión. Los de Morena esperan su publicación en el Periódico Oficial, lo que evidentemente no va a pasar. Como ya empieza a acostumbrarse en la altiva y heroica Tamaulipas, este tema y tantos otros de los que está discutiendo la actual Legislatura podría terminar en la cancha de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. ¿Recibirá Victoria recursos del famoso fondo de capitalidad? ¿Deberán los ciudadanos pagar por sus nuevas placas? Todavía falta mucho tiempo para conocer el desenlace de esta nueva tragicomedia de la política local.
CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES