Como lo habíamos señalado previamente, 2022 será un año complejo para la economía mundial y México no escapará de sus efectos. La principal presión continúa siendo el control de la pandemia a nivel internacional y la falta de una recuperación de los distintos mercados de bienes, aunque ahora se ha sumado la incertidumbre por el conflicto diplomático que existe en Asia y donde podría repercutir a nivel internacional.
La preocupación de corto plazo para México tiene que ver directamente con el control de precios que ha afectado seriamente la economía familiar, si bien en enero ya no creció, continúa siendo alto, pero lo más preocupante es que estas últimas dos semanas se han observado fuertes presiones para que los precios sigan con una tendencia hacia la alza.
El aumento del precio del petróleo se ha convertido en el principal factor de presión para la economía mexicana; en lo que va del año, ha aumentado en 14.5 por ciento, lo que sin duda presionará el precio de los energéticos, particularmente las gasolinas en donde su uso es generalizado, afortunadamente el gobierno federal ha reaccionado aumentando los subsidios, con la finalidad de que los incrementos no sean absorbidos por la sociedad; de no haber tomado esta medida, los efectos inflacionarios serían severos para todos en la economía.
El problema es que no se ve muy alentador el mercado del petróleo, y más con los conflictos que se vislumbran en Asia, así que esperemos que el gobierno federal actúe estratégicamente manteniendo los subsidios.
El comportamiento del tipo de cambio también es un factor que está presionando el resto de los mercados de bienes y servicios en México, en particular aquellos productos finales importados, dado que en las últimas dos semanas se ha depreciado el peso en 50 centavos, de continuar la depreciación de la moneda, existe la enorme posibilidad de que la inflación continúe su trayectoria alcista.
Como se observa, seguimos siendo una economía altamente sensible a lo que suceda en el exterior, y lo seguiremos siendo dado que hasta la fecha no existe un plan estratégico en materia económica que nos convierta en una economía auto sostenible ni en materia alimentaria ni no alimentaria, seguimos dependiendo de lo que suceda en el exterior.
La falta de un plan económico nos coloca como una de las economías subdesarrolladas que menos crece; de acuerdo con las expectativas de la OCDE, en 2022 creceremos 3.3 por ciento y para 2023 creceremos en 2.6 por ciento, lo que significa una verdadera tragedia para una economía como la mexicana. Difícilmente una economía que crece a esos niveles puede mejorar las condiciones de vida de la población, de tal forma, que todo parece indicar que el tiempo ha pasado para México y seguimos sin encontrar el rumbo que haga que la economía mejore las condiciones de vida de la población. Usted ¿qué piensa?
POR JORGE ALBERTO PÉREZ CRUZ