TAMPICO, TAMAULIPAS.- La idea de diversificar ingresos llevó a un turismólogo y una comunicóloga a explorar el mundo de la apicultura para producir miel. La colmena que daba miel para consumo de la familia fue el inicio de Abella Miel, un negocio que con ayuda de las abejas, empieza a florecer.
Con espacio disponible, pero sin muchas herramientas, Santa Fe Martínez y Omar Villafuerte son dos emprendedores que trabajaron para crear una empresa que, gracias a sus conocimientos profesionales, han logrado diversificar, además de miel, ofrecen hoy a sus clientes la adopción de colmenas y próximamente la experiencia de ir a recolectar directamente la miel en Abella.
“Eran abejas de la abuelita de Omar, pero la producción era para le consumo de casa, ahí las tenían y conforme iban necesitando miel la iban tomando, un año se produjo mucha y empezamos a venderla, así inició el negocio”, reveló Santa Fe.
Al adentrarse en el mundo de la apicultura tomaron conciencia de la importancia que tienen estos insectos para la vida en el planeta, por lo que la idea de negocio, se convirtió en una misión de vida, compartir para concientizar.
“Las abejas son los principales polinizadores, y obviamente es mayor la importancia que tienen ahora, cuando empiezan a escasear los alimentos y cada vez hay menos espacios para los cultivos naturales, que no sean campos llenos de pesticidas, entendemos que los productores cuiden sus cultivos, pero eso daña a las abejas, de ahí el interés de que Abella Miel además de un producto orgánico, brinde conciencia y educación sobre el medio ambiente”.
El crecimiento fue paulatino y la idea de concientizar e invitar a más personas a cuidar a las abejas, les permitió crecer el número de colmenas, que pese a las inclemencias del tiempo han ido prosperando y produciendo miel de mejor calidad.
“Empezamos con 4 colmenas, invertimos y tenemos abejas italianas, son abejas muy nobles que se utilizan mucho para poder hacer producción de miel, porque no es una abeja agresiva, es tranquila, de muy buena producción, muy buena calidad de miel y tenemos una inversión en ese tipo de abeja y con el programa de adopción hemos podido crecer la población, hoy en día tenemos 25 colmenas, son las que han sobrevivido porque también depende de las condiciones climatológicas y hay abejas que ya no les gusta vivir ahí y se van y la sequía nos afecta aún más”, afirmó.
El cambio climático que ha provocado graves sequías, es el principal problema con el que se enfrentan los productores de este frágil animal, porque limita las opciones para que las abejas se alimenten.
“En 2020 hubo una terrible sequía, en diciembre un descuido humano provocó un incendio que alcanzó el rancho y por poco alcanzó nuestro apiario, se salvó y al día siguiente en el apiario teníamos resguardados jabalíes, unos curtís, y unos venados, toda la fauna de la zona, sólo el apiario no se quemó y ese año lo iniciamos dificilísimo aunque no le pasó nada a las abejas, todo estaba quemado y no tenían qué comer”.
A la par de la venta de miel, los emprendedores iniciaron un programa de adopción de colmenas, que brinda a los adoptantes un acompañamiento cercano con las abejas y recibir de ellas miel de alta calidad.
“El programa de adopción nos permite hacer inversiones económicas directamente para darle sustento a la abeja, como en estos casos que las condiciones les impedía hacerlo solas y había que alimentarla, haba que cuidarla, acercarle agua para que subsistiera, este año pinta mejor con la humedad para que haya floración”, informó.
Hoy lo que inició como un modelo de negocio simple, se ha diversificado para ofrecer experiencias de concientización acercar a las personas de las ciudades a conocer la vida del campo, experiencia que vivió Santa Fe, en carne propia.
“Abella Miel tiene como pilar hacer conciencia y la venta de miel es ahora una consecuencia económica que nos permite darle sustento a este proyecto, yo lo viví desde la perspectiva de una persona de ciudad y que la primera vez que entré al apiario y vi nacer a una abeja fue una cosa impactante”, recordó.
Los beneficios para las familias adoptantes son cada vez más atractivos, porque además de una dotación mensual de miel, hoy tienen la posibilidad de conocer las colmenas y experimentar la recolección de su dulce producto.
“El programa de adopción invita a la gente a apadrinar una colmena por un año, se hace una inversión de 3 mil pesos y a cambio de ello los adoptantes reciben 24 kilos de miel, dos kilos de miel por mes en envases personalizados con el nombre con que ellos bautizan a su colmena y se les lleva a domicilio, cada mes se les envía el proceso de sus colmena, desde que eligen a su reina, que en su estado natural llega a vivir hasta 7 años, una abeja obrera su ciclo de vida es de 45 días, además pueden visitar el rancho y conocer su colmena”, reveló.
En desarrollo se encuentra el proyecto de turismo rural que permitirá a los clientes de Abella Miel, conocer el apiario donde viven las colmenas y ver cómo es su ciclo de vida y cómo es que crecen sus colmenas.
“Cuando empezamos a vender miel nos preguntaba dónde estaba e apiario empezamos a compartir que estaba en el ejido San Esteban en Aldama y la gente joven en algunos casos nunca han visto una colmena y ahí nace el crear el tener una experiencia turística rural y puedan vivir la realidad de las abejas. Nuestro proyecto académico está documentado y fue elegido para su publicación en una revista indexada”.
Sobre los puntos de venta, estos emprendedores siguen enfrentando la pandemia con ventas de entrega a domicilio a través de sus redes sociales y próximamente planean abrir su primera tienda en la zona sur.
“Ya está la tienda física construida en Lomas de Rosales en el 502-B, faltan algunas cosas para pronto abrir, y seguimos con ventas a domicilio sin costo, la intensión es crecer con puntos de venta, recibir más gente en el rancho y poder incluso llegar a tener nuestro hotel apiario que pueda darle la proyección a lo que se hace en el estado porque es una gran zona de producción apícola”, puntualizó.
Por Omar Reyes
Expreso-La Razón