TAMAULIPAS.- A la hora de escribir estas líneas desconocíamos la suerte que correría la iniciativa presidencial respecto de la reforma eléctrica o energética, como la llaman indistintamente. Sabíamos sí, del espectáculo mediático de parte de la diputación del PRI, PAN, PRD para ocultar o desviar la atención sobre la traición a cometer (con todos los agravantes), contra México. Para fortuna están identificados(as) y con ello la pérdida de confianza que sin duda repercutirá en derrotas electorales para sus partidos.
En este sentido la ciudadanía sabe cómo y en qué momento cobrar la ofensa.
Sobre la citada propuesta esperabanse este domingo y tal vez también el lunes, largas discusiones y probable votación insuficiente para su aprobación en la cámara baja, salvo ocurriesen milagros que nada tienen que ver con la Resurrección del Hijo de Dios.
Nada que ver digo, porque se trata de un asunto entre pecadores. Para empezar no menos de 55 legisladores(as) opuestos(as), debieron unirse a Morena y sus aliados, para lograr las dos terceras partes requeridas, cosa que dudamos. Otro hecho inverosímil hubiese sido la ausencia de unos cien dipus de la misma tendencia, con lo que el partido de AMLO con sus 278 no tendría problema para sumar lo necesario, siempre y cuando el quorum no rebase los cuatrocientos “representantes populares”.
De manera que lo más probable es que la polémica iniciativa no pase, por la sencilla razón de que las representaciones del PRI, PAN y PRD, están decididas a seguir defendiendo los intereses extra nacionales, sin importar sean señaladas como traidoras, sobre todo en el caso del tricolor que ya sabemos, surgió de una Revolución ligada a las causas más nobles de la población. Aquí sí que la deslealtad no tiene vuelta de hoja y es el mejor argumento para que el tal partido deje de existir sin excusa ni pretexto. ¿Qué hará el PRI para sobrevivir cuando niega sus orígenes, próceres y razón de ser?. Y es que después de esto no le queda nada, nadita de nada…ni siquiera vergüenza.
Como el columnista, usted se preguntará, ¿qué puede ser tan poderoso para que, sin escrúpulos, el PRI se manifieste contrario al interés de México por conservar la independencia energética?. No hay otra respuesta que la económica. ¿Acaso no se han descubierto “buitres” en la cámara de diputados, enviados del extranjero para asegurar la complicidad de los traidores (as)?. ¿Y qué decir de Margarita Zavala, quien a pesar de su conflicto de interés con Iberdrola, reclama derecho a emitir su voto, contrario desde luego, a la iniciativa del supremo gobierno?. No olvidéis que Felipe Calderón fue empleado (ella lo llama “consejero”), de una de las filiales de dicha empresa.
Quedamos en que la reforma eléctrica será imposible en las circunstancias actuales, considerando que nada ni nadie hace cambiar la actitud de las dirigencias PRI, PAN, PRD, “emperradas” en seguir entregando los recursos naturales al capital internacional bajo sospecha de que atrás de esto existen intereses personales, como es fácil de imaginar.
Quizá Alejandro Moreno, Marko Cortés o Jesús Zambrano supongan que para sacar provecho de este asunto difícilmente tendrán otra oportunidad. Y a lo mejor están en lo cierto porque “va estar canijo” vuelvan a figurar, y menos si llegaran a ser juzgados por traición a la patria, lo cual sería deseable, siempre y cuando existiera voluntad del supremo gobierno para ejercer justicia sin que lo confundan con venganza política. ¿Cuál venganza si el atentado es contra los millones de mexicas que cada mañana siguen recordando a las madrecitas de los anteriores seis presidentes de la república?.
DOÑA ROSARIO, ADMIRABLE MUJER
De sus 95 años de vida, doña Rosario Ibarra de Piedra pasó 47 buscando a su hijo Jesús. Jamás lo encontró después de que fue desaparecido por el régimen encabezado por Luis Echeverría Álvarez, acusado de pertenecer a la Liga 23 de Septiembre y haber participado de alguna forma, en el secuestro y muerte de Eugenio Garza Sada, algo que nunca se comprobó pero sirvió de pretexto para ser víctima de la guerra sucia que tuvo entre sus operadores más eficaces al terrorífico Miguel Nazar Haro, director de la Policía Federal de Seguridad, el cual presionó para localizar a Jesús, deteniendo y torturando a sus padres, el doctor Jesús Piedra y doña Rosario Ibarra.
Fue por ese tiempo que la señora se convirtió en apasionada defensora de los derechos humanos de las minorías víctimas de la represión oficial. Su activismo fue una pesadilla para Echeverría, López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y por supuesto para Enrique Peña Nieto. Unos la persiguieron, otros la ignoraron y todos la engañaron, hasta que encontró fortaleza y comprensión en AMLO, el cual creó una subsecretaría especial encargada de la búsqueda de desaparecidos con presupuesto y personal suficiente para realizar la tarea sin descanso.
Indomable doña Rosario fue candidata presidencial, propuesta en varias ocasiones al Premio Nóbel de la Paz, legisladora por partidos de Izquierda pero, sobre todo, una mexicana comprometida con las causas de los desprotegidos. Recibió la medalla Belisario Domínguez por parte del senado de la República, en octubre de 2019, misma que depositó en manos de AMLO con la petición de no regresársela hasta que hubiera justicia por los desaparecidos durante la guerra sucia de Echeverría, lo cual quedó pendiente.
Mujer admirable doña Rosario, de esas que no nacen todos los días.
Y hasta la próxima.