TAMAULIPAS.- El agua por su estado líquido adquiere la forma del envase que la contiene. Es un ave líquida. Es tan noble el agua que su existencia se debe a ella misma. Lo mismo ocurre con la forma en que prevalece. Si quemamos un poco de agua reencarna, se evapora para después aparecer como una nave en el aire y llueve.
Gota a gota el agua agujera una piedra, al otro lado puede haber un océano o un arroyo. Un charco con rana incluida en la geografía. Por todas partes el agua nos llama, estamos rodeados de agua sin escapatoria. Sin agua somos un kilogramo de masa.
El agua hace un estilo de vida, cierta manera de usar los pantalones, hay hombres que son más peces que hombres, hay más peces que personas. Hay bikinis para las playas, impermeables en las calles, paraguas de colores y hay agua en las fuentes y en el pétalo de una flor sorprendida por la mañana hay una gota cristalina.
El agua entonces se precisa y se precave, hay una junta de agua y se alborotan las hormigas que no se dan abasto ante el diluvio. El agua se mide en mililitros por segundo, alguien los cuenta y lo publica en un periódico donde hace mucho no ha llovido.
En alguna parte de la historia hay agua o una laguna de ignorancia. Agua que nadie bebió. Agua de caudalosos ríos, agua de mar violenta y de calmada laguna, agua con luna. Agua fresca para una mañana fría. Paisaje con una nube que ojalá y llueva.
Nada detiene el agua que escurre por los tejados y huye por orificios y pasillos desconocidos por nosotros. El agua va y apaga el fuego, el agua es el termómetro del cuerpo, el cuerpo es agua a temperatura ambiente. Bebemos agua y rellenamos el recipiente.
El agua es tan transparente que al otro lado de ella se puede ver cómo la vida continúa . Es un espejo para verse. Un paraguas cubre un pequeño chubasco por la tarde y hay gente corriendo. Los vehículos patinan en el reflejo improvisado del pavimento. Está chipi chipi. No la espanten.
El agua es poder y es disputa, es mujer samaritana y noria, alberca, vaso de agua sobre la mesa. Agua derramada, seca, agua dura y fría en una barra. Agua después de una sequía, agua en la boca sedienta que la necesita. El agua se cuida como una parte del cuerpo.
Se puede hilar la historia de un litro de agua desde que fue mar abierto abajo de una barca. Ahora que termina sus estudios cae sobre la ciudad que la celebra. Cae sobre el cuerpo descubierto, sobre el pelo del caballo, en el llano, el agua hace un barco de agua.
Fue una ligera llovizna dijo una señora. Por mi casa cayó un chubasco amiga, le responde otra, mientras destapa una botella de agua y la vacía sin compasión en la garganta. La señora lleva ahora en su cuerpo un pedazo del océano Atlántico o del río San Marcos. Eso nunca se sabe.
Sin agua no se prepara un café ni se arma un escándalo en los tejados de lámina. Tampoco se puede llenar un globo y que te expulsen de la escuela, ni puedes lavar la ropa ajena, ni siquiera podrías rellenar el tanque. Y no podrías porque eso sería lo de menos, sin agua ni siquiera existiéramos.
Pero hay agua en las células, en los radiadores de los vehículos, agua miel, agua oxigenada, potable, corriente, detenida en un parque en un lago de cisnes. Hay agua en los zapatos, en las hojas verdes de un árbol, en el agua hay agua insospechada.
Y hay agua en los ríos que bajan y por abajo de ellos, hay agua en la atmósfera y el bombardero de una nube y hay aquellos que sacan agua de un pozo, quienes achican el agua de la panga, los que cantan bajo la lluvia, los que flotan, los que se ahoga en ella, los que se inundan de lágrimas.
HASTA PRONTO-