CIUDAD MADERO, TAMAULIPAS.- Un 60 por ciento de avance lleva el proyecto de utilizar sargazo para mejorar la resistencia del asfalto, por lo que podría ponerse a prueba en vialidades de la zona conurbada.
El proyecto se realiza en el Centro de Investigación en Petroquímica del Tecnológico Nacional de México, Campus Ciudad Madero y los responsables son los académicos Beatriz Adriana Salazar Cruz y José Luis Rivera Armenta.
En entrevista para La Razón de Tampico, comentaron que ante la problemática que existe con el sargazo y que ocasiona daños al medio al medio ambiente, les surgió el interés de qué sucedía si utilizaban este material (sargazo) con el asfalto, «ya los resultados los hemos publicado en revistas internacionales que tienen un buen impacto internacional y a partir de eso también nos surgió el interés de qué sucedía si lo utilizábamos con los polímeros, con materiales plásticos».
«El proyecto está casi en un 60 por ciento de avance, estamos viendo unos buenos resultados y esperemos publicar este tipo de proyectos».
Buscan llevarlo a una aplicación real y para el desarrollo de este proyecto cuentan con el apoyo de una empresa del parque de la pequeña y mediana industria, que fue quien donó el asfalto y los resultados se los han compartido, «estamos viendo la manera de llevarlo a una aplicación real que sea usado en las carpetas asfálticas de aquí de la zona, en caminos rurales o donde se pueda aprovechar».
De acuerdo a los resultados que han tenido obtuvieron beneficios en algunas de las propiedades, se ha disminuido el agrietamiento, se ha disminuido también las roederas que son cuando se forman los canales y «eso nos pudiera dar una idea de que se pudiera llevar a cabo a un caso práctico».
«El sargazo no es un material que pudiera tener un costo, solamente el proceso de la preparación del sargazo para usarlo en el asfalto, hay que hacer una limpieza, una molienda y considero que la inversión no sería muy elevada».
Detallaron que el objetivo es darle una aplicación a la problemática que existe con el sargazo y sería un buen uso que se le pudiera dar.
«El interés de nosotros también es usarlo en alguno de los polímeros porque la zona sur es una zona petroquímica y poder proponerlo como un bioaditivo que pudiera funcionar, ya sea como relleno para variar solo algunas propiedades como la densidad o algunas otras propiedades térmicas posteriormente».
Beatriz Adriana Salazar Cruz y José Luis Rivera Armenta, reconocieron que la idea inicial surgió hace dos años y medio, «la primera parte fue enfocarnos en el asfalto porque hemos estado trabajando con otros materiales de desechos».
Por Óscar Figueroa
La Razón