TAMAULIPAS.- La violencia contra la maternidad, como muchas de las agresiones que se comenten contra las mujeres, tiene su origen en el machismo y se ampara en el sistema social patriarcal que es el principal aliado de un agresor; a propósito de la próxima festividad del día del padre, hablamos de los no tan padres, los que desquitan su enojo, celos y odios contra las madres de sus hijos, abusando de los mismos.
Aunque este tipo de violencia, no solo la ejerce la ex pareja, sino también puede ser institucional o incluso ejercida por el mismo género, tiene ya una tipificación en México y suman cuatro entidades las que ya incluyen el tema en su Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; Primero fue Zacatecas, luego Yucatán, Hidalgo, y recientemente el Estado de México; en Tamaulipas todavía no es tema.
En el 2021, se constituyó ya un Frente Nacional contra la Violencia Vicaria en México, se trata de una colectiva de mujeres que han experimentado la violencia de género en todas sus manifestaciones, emocional, psicológica, física, económica, patrimonial, sexual y las más cruel de las violencias: la violencia vicaria. Ellas, aseguran que al juntar sus historias identifican patrones tanto en los violentadores como en el Sistema Mexicano de Justicia.
La agrupación de mujeres explica en su pantalla que “aquella violencia contra una mujer que ejerce el hombre por sí o por interpósita persona, utilizando como medio a las hijas o hijos, para herir, violentar y controlar a la madre generando un daño psico emocional a ella y a sus hijas 2 hijos”, es violencia vicaria y alertan que en su máxima expresión puede ocasionar la muerte o suicidio de la madre o sus seres queridos.
Cuando suceden casos como este, con gran amarillismo los medios destacan la atrocidad a la que puede llegar el violentador, sin embargo, es todavía un tema tabú en nuestra sociedad ya que ha sido muy permisiva ante la violencia machista.
Las mujeres especializadas en este tema y que apoyan la petición para que se legisle al respecto en todo el país, dan algunas recomendaciones para identificar el problema en casa ya que siempre hay focos rojos a los que se debe estar alerta.
El que un padre hable mal de la madre (o que la madre hable mal del padre) frente a los hijos y qué permita que ellos también lo hagan, está exponiendo estímulos negativos; si no se encargan de las necesidades básicas de sus hijos por hacerle la vida complicada a la madre o al padre; si manipula a sus descendientes por sus intereses y necesidades personales; si los pone en contra de su progenitor o progenitora; si la amenaza con hacerle daño a los hijos o quitárselos, son señales de alarma.
También si se dedica a interrogar a los hijos para obtener información que usará en contra de su madre para seguir ejerciendo control sobre ella, o se dedica a herir, injuriar, insultar o amenazar a su ex pareja, son conductas lesivas para toda relación familiar.
En la tradición mexicana, se perdona al padre que golpea porque estaba borracho, al que abandona, pero regresa y se reinserta a la familia, al que grita porque tiene mal carácter o quien agrede a la mujer, “porque ella se lo busco” o a los hijos, “porque educa con mano dura”. Sin embargo, es tiempo romper el miedo y derribar estas conductas que laceran a los infantes.