La muerte de dos curas jesuitas en Chihuahua le dio ayer la vuelta al mundo, en números son solo dos más de los 124 mil 172 asesinatos violentos, contados hasta el lunes, en lo que va del sexenio de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, al que las cifras le gritan su fracaso en combatir la violencia.
Así es mis queridos boes, no debía ser, pero lo es, los dos muertos de Chihuahua, los jesuitas, pesan más que los otros 124 mil que han sido víctimas en este país, pero que sin sotana, sin el respaldo de la poderosa Iglesia Católica quedan en el anonimato.
Pero ni aún con los reclamos de la Iglesia, al que seguramente hoy en la homilía de los miércoles se sumará el Papa FRANCISCO, AMLO reacciona, insiste en su ‘estrategia’ de abrazos no balazos, misma que le ha costado la vida a miles y miles de mexicanos.
Y es que queda claro que no hay estrategia federal para combatir a los delincuentes organizados, todo se circunscribe a la frase: abrazos no balazos, que no es otra cosa más que dejar ser, dejar actual, dejar matar, dejar extorsionar a los grupos de delincuentes que tienen el control de buena parte del país.
Qué patético escuchar a AMLO ayer en la mañanera cuando decía que los sacerdotes jesuitas que mataron en la Sierra Tarahumara estaban en una zona en la que operan muchos grupos criminarles.
¿Y entonces?, no se supone que el presidente tiene la obligación de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen, entiéndase por eso el combate, la desintegración, el castigo a los grupos criminarles.
Poco le faltó decir al presidente: quien les manda andar en esa zona tan peligrosa, si ya saben que hay grupos de delincuentes para que van.
Insisto, el problema de la violencia en el país, que data desde los tiempos de CARLOS SALINAS DE GORTARI, se incrementó exponencialmente en el sexenio de FELIPE CALDERÓN y está rompiendo todos los récords de sangre con AMLO, es responsabilidad del presidente resolverlo.
No solo eso, prometió que en el primer año se arreglaría, pero estamos en el cuarto de su gobierno y no hay señales de que vaya a mejorar, sino lo contrario.
La muerte de los jesuitas es un escándalo internacional, pero lo que en realidad importa es que AMLO de una vez por todas entienda que si dejar en total impunidad a los delincuentes y que su gobierno esté de brazos cruzados mientras se mata a mexicanos inocentes, lo está convirtiendo en cómplice de esas muertes, por lo menos por omisión.
Ayer hacía en este espacio un muy somero recuento de cómo está la inseguridad en los estados que gobierna Morena y de hecho ya hay voces al interior de ese partido en el que urgen a cambiar la ‘estrategia’ de AMLO, porque no hay forma de creer que ha funcionado.
Ayer RICARDO MONREAL, presidente del Senado, dijo que tras la muerte de los curas y las condiciones en las que se vive en muchos estados, es urgente revisar, sin colores e ideologías políticas la estrategia contra la inseguridad.
Esta clarísimo que los abrazos de la 4T están perdiendo y por mucho a costa de vidas inocentes contra los balazos de los malos.
Al ritmo que va la estadística, que supera ya los 120 mil muertos en todo el sexenio de CALDERÓN, se estima cierre el 2024 con más de 2010 mil homicidios.
Y aquí es donde yo aprovecho una vez más para externar la preocupación que debemos tener los de Tamaulipas por que lo que se ha avanzado en el combate a la delincuencia no se vaya a perder con el cambio de gobierno.
No, no es cuestionar al próximo gobernador, es mantener el tema en la discusión, porque los tamaulipecos de bien, entre los que se encuentra AMÉRICO VILLARREAL, no queremos volver a vivir el terror que padecimos en el 2016 y para atrás.
Si algo acá en Tamaulipas ha funcionado en materia de seguridad, es que el gobierno de FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA no repartió abrazos a los malos, no dijo que a ellos había que cuidarlos, por el contrario, se fajó y enfrentó el problema hasta recuperar las carreteras, la mayor parte de las ciudades y mantener a los grupos a raya.
Hoy, a menos de cuatro meses de que concluya el mandato de CABEZA DE VACA, en la frontera se han presentado botones de muestra de lo que vivimos en los gobiernos priistas anteriores, ojalá que esto no se generalice y que el próximo gobernador tenga el mismo éxito o mucho más en su tarea, su responsabilidad de hacer de Tamaulipas un estado seguro.
La prensa y el gobernador…
Ayer CUITLÁHUAC GARCÍA fue al Palacio Nacional donde vive AMLO y su actitud con la prensa que cubre la fuente lo pintó de cuerpo entero, refractario a los medios, exigió a los periodistas que no se le acercaran, que atrás de las vallas.
“Pero allá, allá, allá, no pasen, pero no pasen, no pasen, allá, allá. No pueden pasar, vénganse para acá, vénganse para acá, con gusto, acá. Pásense de aquel lado y yo de aquí los atiendo”, les dijo mientras sus guaruras vigilaban a los reporteros
“Atrás, atrás, atrás. Atrás de esto”, insistió el gobernador de Veracruz, mientras señalaba las vallas de metal, “Pasen, pasen, pasen, pasen. Pasen de este lado”.
Desde luego, es un muy mal ejemplo de gobernador. Dios nos libre.
POR MELITÓN GARCÍA DE LA ROSA