¿Qué tan pertinente será volver a revisar el sombrío inventario de tragedias masivas que atormentan a todo México, y que de pronto se advierte acabarán con esta Nación en cualquier momento?
La verdad es que hacerlo equivale a estarse torturando, comenzando por la versión que afirma que en este país todo irá de mal en peor.
De manera que sería poco inteligente estar “actualizando” una serie de informes sobre el caos de violencia, corrupción, pobreza e impunidad que recorren todo el territorio nacional como si fueran los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.
Otro punto de vista es que si todo mundo le entra a la negación de la realidad, nunca sobrevendrá un verdadero cambio político y social en donde la justicia se aplique a cualquier individuo, poderoso o débil.
Entonces sí vale la pena continuar señalando el mal de estos tiempos hasta convertirnos, la ciudadanía como los medios, en la némesis de quienes someten al pueblo a los más inhumanos tratos desde el poder político.
Empezando por la generalizada escasez de agua y concluyendo con una violencia que a todo mundo le impide escapar del foso de las angustias, aunque como siempre no falta quienes digan que estos son sólo pensamientos catastrofistas.
RENOVARSE O MORIR (¿YA SE LES OLVIDÓ?)
Y con todo y que México había comenzado a ser visto como “potencia emergente”, el haber continuado con la violencia que imperó en los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto hace ver a este país como una sociedad que fácilmente suele caer en decadencias que, incluso, la mayoría de sus habitantes ni siquiera sabe exactamente el origen de esta historia reciente y plagada de la más horrible perversidad.
Pese a esto, la sociedad mexicana ha llegado a una versión política y social de la “Hora Cero”, donde pasamos a corregir lo torcido y expulsar la maldad o simplemente todo esto se va al infierno.
Es decir, nos renovamos o nos morimos. Y olvídese si el presidente López Obrador tiene otros datos o si la oposición ya olvidó que todo cuanto ocurre se extendió y recrudeció a partir del sexenio de Carlos Salinas de Gortari; seis años verdaderamente violentos (¿ya se les olvidó?).
Más todo el período neoliberal de los siguientes cuatro sexenios, donde el diablo, convertido en un angelito de la guarda, invitaba a todo mundo a participar en la fiesta a la que todo el país acudió sin saber que con los años esto se convertiría en una de las fosas clandestinas más grandes del planeta.
Pero las consecuencias llegaron. Y la hora de pagar la factura de la orgía neoliberal toca violentamente la puerta del país. La bronca es que ya nadie quiere responsabilizarse de sus crímenes, unos alegando inocencia y prescripción o extinción de una responsabilidad, y otros porque se la viven culpando a ese pasado cuando prometieron resolver el drama.
QUE LOS CORAZONES NO SE CONVIERTAN EN PIEDRA
Bien dice el gran Joan Manuel Serrat que es tanto el mal que han hecho los que han gobernado, que por causa de la pérdida de los valores morales se han provocado daños terribles a la naturaleza, muchos de ellos irreparables.
El coautor de “Cantares” afirma que no estamos ante una crisis social sino ante una crisis de modelo de vida, y que sorprende el conformismo con el que la sociedad la contempla.
Critica que espectadores y víctimas esperen ser salvados por quienes los llevaron hasta estos límites de terror y degeneración.
No obstante, Serrat pide que mientras esto sucede los músicos no dejen de hacer sonar sus instrumentos y que los poetas no dejen de alzar la voz, con la esperanza de que los corazones de la gente no se conviertan en piedra.
URGE MITIGAR LA CRISIS DEL AGUA: ALE CÁRDENAS
La diputada del PRI, Alejandra Cárdenas Castillejos, dio a conocer un decálogo de acciones urgentes para mitigar la crisis del agua en Tamaulipas, misma que presentó como iniciativa ante el Congreso del Estado.
Incluyó en esta misma la participación económica de los ayuntamientos y del gobierno estatal en proyectos ejecutivos, así como endurecer acciones contra quienes se roban el agua.
¡Feliz fin de semana!
Por Ma. Teresa Medina Marroquín
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