Aunque el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cuenta con un amplio equipo de economistas y expertos que se dedican a recopilar, analizar y elaborar exhaustivos reportes sobre diversas variables macroeconómicas del país, nadie como una ama de casa o cualquier ciudadano común que acude a surtir su despensa, para saber anticipadamente que la inflación en México es la más alta en lo que va del siglo.
Mire usted si no: El kilogramo de aguacate fluctúa entre los 95 pesos en supermercados dirigidos a un segmento popular hasta los 135 pesos en los autoservicios estadunidenses que buscan consumidores con perfiles de más alto poder adquisitivo.
Otros productos como el jitomate, la papa, el huevo, el chile serrano y hasta la cebolla, tienen meses registrando incrementos constantes que los han hecho inalcanzables para una enorme mayoría de jefes de familia, que han tenido que reducir su consumo o buscar alternativas ante la imposibilidad de cubrir el costo total de la despensa básica con sus sueldos.
Eso es lo que provoca la inflación, que de acuerdo con el INEGI, durante junio se situó en 8% (bueno, un 7.99%, pero es lo mismo), lo que se refleja en el encarecimiento de la canasta básica y de otros artículos que también son de consumo cotidiano en millones de hogares mexicanos.
Aunque el Presidente López Obrador puso en marcha hace varias semanas un plan en el que pidió la colaboración de empresas distribuidoras, supermercados y productores que hicieran esfuerzos para reducir sus márgenes de ganancia y ofrecieran productos de primera necesidad a costos más bajos, la idea de enfrentar la espiral inflacionaria no parece estar funcionando como se diseñó en los escritorios de los burócratas.
La terca realidad que viven miles, millones de personas que acuden a los mercados públicos, los itinerantes (tianguis o rodantes, se les llama en Tamaulipas) e inclusive en los supermercados nacionales o de capital extranjero, se encuentran siempre con que los precios no bajan y difícilmente se mantienen estables.
Los aumentos son constantes y se dan de a poco, como para que la gente no los perciba de inmediato, pero cuando se hace una retrospectiva y se comparan los precios actuales con los del año pasado, la diferencia es muy evidente. Y como decía, no es preciso ser un economista, un analista del INEGI, de Hacienda o del Banco de México para saber que aunque oficialmente por estas fechas de 2021 la inflación era de casi el 6% y ahora del 8%, los precios suben sin control.
Los precios de las gasolinas, aún subsidiadas por el gobierno a un costo de 400 mil millones de pesos al año -sí, !400 mil millones de pesos!-, siguen siendo el principal factor que presiona hacia arriba el aumento de la inflación, pues prácticamente todas las actividades dependen del uso de los combustibles para el transporte de mercancías.
Por rubros, los incrementos más notables han sido los de los alimentos agropecuarios con un 15.02%, las frutas y verduras 14.3%. Respecto a mayo, por productos, la papa subió 28.6% y el pollo un 24.8%, por citar dos ejemplos de artículos básicos que han mostrado aumentos en sus precios.
Es indiscutible que la carrera contra la inflación seguirá siendo difícil para el gobierno del Presidente López Obrador, porque las condiciones macroeconómicas no están alineadas como para lograr controlarla. Los incrementos en los precios continúan imparables, a pesar del plan anunciado hace semanas para tratar de contener ese fenómeno. Y mientras, quienes más resultan afectados son los millones de ciudadanos.
LA ALIANZA DE AMÉRICO Y SHEINBAUM
Entre las actividades iniciadas por el gobernador electo de Tamaulipas, Américo Villarreal, están los acercamientos con actores políticos y personajes importantes en la Cuatroté, para establecer acuerdos previos de trabajo, alianzas y compromisos para apoyarse mutuamente en lo que venga.
Villarreal ya se había reunido a unos días de su triunfo en la capital con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, para refrendar su compromiso de impulsar un nuevo enfoque en las relaciones institucionales entre el próximo gobierno estatal y la Federación. Los mensajes que no se difundieron pero que quedaron claros son el de la apertura de Américo con todos los actores relevantes con los que se pueda relacionar para obtener beneficios para Tamaulipas.
Esta semana tocó el turno de Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, con quien Américo tuvo un acercamiento para analizar la posibilidad de establecer también una colaboración institucional entre sus respectivas administraciones, a partir de octubre. En esa reunión, el mandatario electo estuvo acompañado por su esposa Mará Santiago de Villarreal.
Sheinbaum ofreció a Américo que su gobierno apoye a Tamaulipas en materia de movilidad, con el fin de diseñar políticas que busquen lograr que se cuente con un transporte público moderno, eficiente y accesible para todos, en las diversas regiones del estado, así como ya existe en la capital.
Detrás de esto puede notarse un entendible activismo de Américo para consolidar alianzas entre el gobierno estatal entrante con los de otras entidades y la Federación, para encontrar puntos de coincidencia que beneficien a todos en lo público, sin soslayar lo político.
ESCOTILLA
Playa Miramar obtuvo por tercera ocasión el distintivo Blue Flag, un reconocimiento internacional que valida el cumplimiento de altos estándares de limpieza, educación ambiental, calidad del agua, gestión ambiental y servicios disponibles.
Para conseguir esta acreditación se logró una eficaz coordinación entre el gobierno estatal a través de la Secretaría de Turismo y el Ayuntamiento de Ciudad Madero, municipio en el que se ubica el máximo paseo turístico de Tamaulipas.
La distinción trae beneficios importantes para Playa Miramar, para Madero y para el estado en general, por el positivo impacto que tiene en la percepción de visitantes nacionales y extranjeros como destino turístico de alto nivel. Ya el lunes les platico con más detalles.
POR TOMÁS BRIONES
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