ALTAMIRA, TAMAULIPAS.- El Gobierno de Altamira, usará la fuerza pública para “limpiar” de ambulantes la zona centro, además de retirar la mercancía que colocan los comercios establecidos.
El secretario del ayuntamiento, José Francisco Pérez Ramírez, aseveró que para los comerciantes reincidentes habrán de aplicarse sanciones económicas a través de la Dirección de Ingresos.
“Ya hemos invitado a los comerciantes para que no invadan las banquetas, que las liberen y lo único que hacen es meter la mercancía al local para después sacarla, hoy tenemos un operativo con el uso de la fuerza pública para que estas personas entren a sus locales y no tengan invadida la zona peatonal”.
Dijo que ya tenía la instrucción del Presidente Armando Martínez de que pusiera orden en el primer cuadro de la ciudad, por tal motivo se pidió el apoyo de la Guardia Nacional.
“Lo que estamos haciendo es que estamos invitando a los comerciantes para que tengan la mercancía dentro de los locales, muchos han entendido, acatado la orden, otros se rehúsan y precisamente este operativo es para que todos tomen conciencia de que necesitamos que la ciudad esté bonita y tenga un orden”.
La multa para los ambulantes es de dos a tres UMAS y para el comercio establecido es de 20 a 40, “ya tenemos programada con la dirección de ingresos las multas que se puedan aplicar, ellos definirán en cuanto a las UMAS, se les aplique una multa y otro tipo de sanción”.
“La gente tiene que bajar donde pasan los automóviles y no es necesario, tenemos banquetas amplias, pero está invasión por parte de algunos comerciantes impiden el paso y pueden suscitarse accidentes”.
El funcionario reconoció que al tener presencia los elementos de la Guardia Nacional y el personal de ingresos, los comerciantes se repliegan y esconden los productos.
“Al paso de dos o tres horas vuelven a salir , se les ha insistido y se hacen recorridos en la mañana, ellos acceden y vuelven a salir, es lo que queremos evitar”.
Las calles con más ambulantes en el centro de Altamira son la Hidalgo y Mina, en otros años, los alrededores de la primaria Mártires de la Revolución estaban invadidos de vendedores.
Por Oscar Figueroa
La Razón