Habrá que hacerse a la idea de que la transición entre el gobierno saliente y el entrante no será tersa, ni mucho menos.
Lo deseable es que sea apegada a la ley, eso sí.
A partir del 1 de septiembre, como marca la norma, el equipo de entrega-recepción nombrado por Américo Villarreal entrará en comunicación con los funcionarios que elija Francisco García Cabeza de Vaca para el traspaso formal de la administración.
El Comité de enlace podrá ingresar a las oficinas públicas del estado, donde deberán ser informados a detalle de la operación actual, pero no podrán pasar ahí más de cuatro horas hábiles al día. Así lo dicta la “Ley para la Entrega-Recepción de los Recursos Asignados a los Poderes, Órganos y Ayuntamientos del Estado de Tamaulipas”.
Desde ahora se puede pronosticar que los enviados del gobernador electo no estarán en las instalaciones de gobierno ni un minuto más allá del tiempo indicado y no recibirán más información de la que obliga la norma.
En el equipo de Américo Villarreal lo saben: será el 1 de octubre cuando podrán conocer el estado de la administración que están recibiendo.
La conferencia de prensa que ofreció ayer el gobernador electo mandó varios mensajes en ese sentido: no habrá cacería de brujas -es el mismo discurso que enarbola el presidente López Obrador- pero sí habrá una revisión minuciosa de lo que se ha hecho y lo que se haya dejado de hacer.
La auditoría a los contratos de obra pública que trasciendan el sexenio va en serio.
Américo sintetizó así su postura al respecto: “Si las obras no se traducen en un bienestar social no tenemos interés de que se hagan en Tamaulipas en la próxima administración”.
Los últimos meses del 2022 serán ricos en información y servirán para calibrar el tono que asumirá el nuevo gobernador y su manera de relacionarse con el pasado reciente.
El otro mensaje, eminentemente político, es que aunque de manera oficial asumirá el cargo hasta el 1 de octubre, el gobernador electo no esperará hasta ese momento para iniciar el camino de su administración.
Américo y sus más cercanos operan ya para que la transición, aunque áspera, no entorpezca sus primeros pasos en el gobierno.
Así se entiende que haya arropado a la bancada de Morena en el Congreso que han tratado de impedir -sin éxito- las reformas de última hora. O que haya respaldado públicamente al alcalde de Reynosa, Carlos Peña Ortiz, a quién él y la cúpula de su partido ven como un activo importante en Tamaulipas.
Por eso ayer lo recibió en la Ciudad de México, el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López con quien charló sobre la situación política del estado.
El punto más importante de la plática fue el mensaje de que el Gobierno Federal respalda no solo al edil de Reynosa, sino a todos los alcaldes de Morena en la entidad.
La guerra que viene para el 2024 así lo exige.
Por Miguel Domínguez Flores