TAMPICO .- La visión de un joven matrimonio concibió una cafetería para ofrecer café de especialidad, hoy unas décadas después, se han convertido en una marca emblemática de la zona sur
Cuántos amamos despertar con una buena taza de café, incluso hay quienes no despiertan sin él, los más extremos hasta se sienten “mal” si no lo beben, ya sea negro, con leche, endulzado con azúcar, miel o con stevia, hasta caliente o frío, pero cada mañana millones pedimos un buen café.
Hace décadas, cuando aún no se ponía de moda acompañar la plática con un café en las rocas o mezclado con leche de coco, un joven matrimonio inició un negocio de venta de café, en grano o molido, el éxito los llevó a soñar y cuatro décadas después vieron hacerse realidad la apertura de su primera cafetería Degas Café.
Con orígenes huastecos pero completamente tampiqueños, Emérico Hernández Ochoa y la señora Amparo González Berumen arrancaron su proyecto de cero y concibieron Degas Café desde la siembra, de la cosecha y del cultivo del grano, vieron rastrillar el café en una azotea, lo molieron y lo convirtieron en un expreso revividor y en 1999 lo ofrecieron a todo el público.
“Degas Café surge por iniciativa del ingeniero Emérico Hernández Ochoa y la señora Amparo González Berumen, de crear una barra de café que se preparan en máquina expreso, ya sea capuchino, expresso, latte, expresso americano o moca, que en aquel entonces eran considerados cafés de especialidad, además de cafés fríos o frappes, la iniciativa fue de ellos y el concepto Degas como actualmente lo conocen también es de ellos”, reveló Emérico Hernández González, hijo de los creadores de la marca.
El nombre de la cafetería nació de la admiración y la inspiración, pues no es un anagrama ni un apellido perdido en la historia familiar, Degas tomó su nombre del pintor francés Edgar Degas, amante del impresionismo y que en su obra retrató insistentemente al café.
“El primer punto de venta fue en plaza Tres Arcos, después abrieron en Faja de Oro y después abrieron en Plaza Dorada en la avenida Hidalgo y en el Centro Cultural Metropolitano, actualmente tenemos 9 unidades propias y una franquicia que se encuentra en plaza del parque en Ciudad Madero”, reveló.
Desde el inicio la visión fue clara, la elección del primer punto de venta hasta los próximos por abrir, han sido seleccionados con el mismo criterio.
“Las ubicaciones es lo más importante, tratamos de ubicarnos en las mejores plazas de Tampico y Ciudad Madero, creo que todo depende del tema inmobiliario, que haya locales y también rentas atractivas. El crecimiento se ha dado conforme se van abriendo plazas atractivas para los clientes, donde se ofrezca estacionamiento y lugares de terraza. Los negocios de café con la pandemia, como en el caso nuestro, ha hecho que la gente busque más por el café para llevar así como el Drive thru, así como las terrazas que de por sí ya eran aceptadas, ahora con esta nueva situación pues todavía más”.
Degas Café está fuertemente influenciado por los orígenes familiares y por el carácter de la ciudad, Tampico ha sido desde su origen una ciudad influyente en el país y la empresa, además de un buen café, se propuso promover la cultura a la par de dar la mejor atención.
“Yo creo que -nuestro factor diferenciador- es ofrecer un producto de calidad en el servicio, que sea bueno, ser una empresa local también es algo que vale mucho la pena, que el consumidor tampiqueño, de Ciudad Madero y de Altamira sepan que los recursos y lo que están consumiendo se van a invertir aquí en la zona, yo creo que eso tiene mucho que ver en el consumo local y bueno siempre hay oportunidad de mejorar, pero en general yo creo que es la calidad del servicio y la ubicación”, aseguró Emérico Hernández.
El éxito de Degas Café además del trabajo del matrimonio Hernández González, es de sus dos hijos, pues están involucrados en todas las áreas del negocio y son responsables del crecimiento, aunque siempre la última palabra es de sus padres.
Una vez conquistado los paladares, el reto de la familia ha sido sortear los altibajos de la economía, por lo que la expansión de la marca sigue estando en los planes, y en unos meses más abrirán un nuevo punto de venta, lo que permitirá además de atender a más personas, ampliar la oferta de trabajo.
“En total entre Café Costeñito y Degas Café, las empresas del grupo, somos alrededor de 120 personas.
Queremos abrir una cafetería en un lugar insignia, en la plaza Hijas de Tampico, en un edificio histórico que se encuentra frente a la plaza viendo hacia la Aduana, y también queremos abrir en la plaza Altavista. Muy pronto abriremos ese punto, probablemente a finales de agosto o principios de septiembre y la de plaza Hijas de Tampico esperamos abrir para el primer trimestre del año que entra”, reveló.
Además de los cafés completamente familiares, el crecimiento a través de franquicias sigue en planes, aunque la contingencia por la pandemia obligó a frenar sus planes.
“No descartamos crecer fuera de la zona sur, nosotros trabajamos con un despacho, desafortunadamente ahorita no estamos ofreciendo franquicias porque no podemos asegurar el suministro de productos debido a la crisis de la pandemia, por los contenedores, la paridad peso-dólar y muchas cosas influyen. No nos permiten hacerlo, por eso por el momento no estamos franquiciando, pero esperamos una vez que se regularice poder hacerlo”, aseguró.
Presidente la pandemia que obligó al paro de actividades comerciales ha sido uno de los momentos de mayor reto para Degas Café, sin embargo el orden en la empresa les ayudó a soportar esa etapa.
“Afortunadamente con orden fiscal, orden contable, tener más que nada un orden en cuanto ingresos y pagos, aprovechar todas las oportunidades bancarias, tasas de interés, reestructuración de créditos, cosas de ese tipo. Nóminas, mantener los gastos y las inversiones muy razonables, y bueno fue una etapa muy dura en el sentido, muchos negocios cerraron, nosotros solamente vendíamos para llevar y las ventas bajaron mucho, pero gracias a ese orden que tuvimos podemos salir adelante”.
La apertura del primer Degas Café, el primero de octubre de 1999, no habría sido posible sin el trabajo que desde 1950 hizo la familia al abrir el Café Costeñito, esa es otra historia de éxito que le dan forma a Tampico, la historia de familias trabajadoras y visionarias que apuntalan a la zona sur de Tamaulipas.
Que rico café.
Omar Reyes
Expreso-La Razón