CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- La Comisión Nacional de los Derechos Humanos reprobó con 5.73 a los cinco centros penitenciarios y uno más para adolescentes que existen en Tamaulipas por la gran cantidad de deficiencias como operan.
Pese a que los CEDES, no están sobrepoblados la mayoría de edificios son muy antiguos y las obras que se han realizado en ellos, solo tienen que ver con construcción de bardas perimetrales, mantenimiento en áreas del sistema de alumbrado, entre muy pocas acciones que se han realizado en esos penales.
En 2019 el penal ubicado en el municipio de Tula fue cerrado y los reos que allí se encontraban originarios principalmente de esa ciudad, Palmillas, Jaumave, Miquihuana y Bustamante, fueron trasladados al Cedes de Altamira.
Se informó que se realizarían labores de remodelación con la finalidad de dignificar los espacios, pero dos años y medios después, no se han iniciado obras en el lugar ni se ha vuelto a abrir para recibir a más presos.
Sobre los internos de Tula, se dijo que serían trasladados al penal de Altamira, porque se trataba de reos de muy baja peligrosidad, además que ese penal (Altamira), había registrado un ambiente de tranquilidad en los últimos años.
Cada penal tiene una problemática diferente. El diagnóstico de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), otorgó en 2021 una calificación de 5.91 al Cedes de Matamoros, 5.57 al de Reynosa; 6.08 al de Nuevo Laredo; 5.63 al de Victoria; Altamira (6.32) Tula (4.85).
Entre las deficiencias que se hallaron en penales de la entidad son; carencias en servicios de salud, insuficientes programas para la prevención y atención de incidentes violentos y de vías para recibir quejas por violaciones a derechos humanos.
También resume deficiencias en alimentación, materiales e higiene en instalaciones y la cocina, además del área médica; deficiencias en la integración del expediente técnico-jurídico.
También existe deficiencias en la separación entre procesados y sentenciados, insuficiencia o inexistencia de actividades educativas, deficiencia en la atención a personas con discapacidad, a personas indígenas y personas con VIH o SIDA.
Además insuficiencia en programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria para los internos que lo requieren.
En promedio, cada custodio en Tamaulipas, tiene a su cuidado a 5.5 internos de los diferentes penales del estado. Los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, dan cuenta de 735 efectivos, de los que el 81 por ciento cuenta con sus evaluaciones de control y confianza vigentes.
Actualmente han sido evaluados 719, de los que el 91 por ciento están aprobados, el 5 por ciento no aprobaron los exámenes de control y confianza, mientras que el 2 por ciento tiene pendiente los resultados de su evaluación.
Los resultados reportan un número inferior a los que se reportaron en enero del 2021, cuando se contabilizaron 765 efectivos encargados de los Centros de Ejecuciones de Sanciones (Cedes) de la entidad.
Al corte del mes de julio, en los penales de Reynosa, Nuevo Laredo, Matamoros, Altamira, Victoria, Tula y Jaumave, reportan a 4 mil 081 personas privadas de su libertad.
La entidad tiene una capacidad para albergar a 6 mil 847 internos en seis penales, luego que el de Tula se encuentra cerrado desde 2000, luego de anunciarse que sería remodelado, lo cual, hasta ahora, no ha concluido.
El penal de Reynosa es el que tiene más personas, en estos momentos hay en total 999 reos, aunque la capacidad de este Centro de Ejecución de Sanciones (Cedes) es de mil 504 internos.
De los que en estos momentos se reportan, 831 son internos del fuero común, de ellos, son 239 hombres y 26 mujeres procesadas, mientras que los sentenciados son 538 hombres y 28 mujeres.
Mientras que la población del fuero federal son 168, de los que 76 hombres y siete mujeres son procesados y 82 hombres y tres mujeres ya tienen una sentencia en firme.
El penal de Victoria, la capital del estado, le sigue en el número de población y también en el número de situaciones violentas que se presentan, riñas, motines y un túnel que hicieron los reos y por el que escaparon 29 reos en 2017.
En este penal hay 974 internos, de los que 918 son del fuero común, los que a su vez, 434 son hombres y 53 mujeres procesadas, mientras que 407 hombres y 24 mujeres ya tienen una sentencia que están purgando en ese penal.
En cuanto a los reos del fuero federal, hay 56 internos al mes de julio, de los que 15 hombres y cinco mujeres están procesados y otros 35 hombres y una mujer ya tienen una sentencia por parte de un tribunal de enjuiciamiento.
El penal de Altamira reporta 871 internos, aunque el edificio tiene una capacidad para albergar a mil 544 personas; hay 818 reos relacionados con delitos del fuero común, de los que 286 hombres y 22 mujeres son procesados y otros 478 hombres y 32 mujeres ya tienen una sentencia en firme.
En cuanto a los reos del fuero federal, hay 53 internos, de los que nueve hombres y una mujer son procesados y otros 43 hombres ya cuentan con una sentencia e un tribunal de enjuiciamiento.
El Centro de Ejecución de Sanciones de Matamoros tiene 711 personas recluidas, de las que 539 están relacionadas a delitos del fuero común, hay 89 hombres y tres mujeres procesadas y 425 hombres y 22 mujeres sentenciados.
También hay otros 172 internos que están relacionados a delitos del fuero federal, de los que 129 hombres y tres mujeres ya tienen una sentencia firme y otros 39 hombres y una mujer están procesados.
En el penal de Nuevo Laredo, que tiene una capacidad de mil 100 personas, hay actualmente 518 reos, de los que 465 son del fuero común, y de ellos 408 hombres tienen una sentencia en firme y otros 54 hombres y tres mujeres están procesados.
Mientras que de los internos del fuero federal que suman 53, hay 15 hombres y dos mujeres procesadas, además de otros 36 hombres que ya tienen una sentencia en firme.
La conocida como Granja de Jaumave, donde se internan a los menores de 18 años que tienen algún lío con la justicia, tiene una capacidad para albergar a 25 personas, actualmente hay sólo seis masculinos recluidos por algún delito del fuero común.
El penal de Victoria, que en 2017 registró la fuga masiva de 29 reos a través de un túnel de 40 metros que cavaron en la parte norte del edificio.
Luego de ese hecho, se registraron riñas, enfrentamientos en ese penal, además de Reynosa, donde también se realizaron cateos y se descubrieron armas que eran introducidas para los internos.
El edificio que tiene más de 45 años de construido, ha quedado en medio de la mancha urbana; antes, ya hubo un intento de sacarlo de la ciudad, en el gobierno de Eugenio Hernández Flores.
Sin embargo, la obra ha quedado en el olvido y pese a varias inversiones que se han realizado, no se avanzó y hoy llena de maleza, duerme el sueño de los justos en la salida a la antigua carretera a El Mante.
Por Perla Reséndez
EXPRESO-LA RAZON