LO CLARO. El acercar el acervo cultural y científico a las masas, es quizá una de las laboras titánicas de mayor aprecio que la sociedad le reconozca a quienes llevan a cabo la comunicación en medios.
La academia juega un papel fundamental en este renglón.
La Universidad Autónoma de Tamaulipas mantiene canales de interrelación con la comunidad, donde no solo formar profesionistas brillantes es parte de su estrategia participativa.
La Radio forma parte de esa vinculación y es precisamente bajo ese esquema que transmite conocimiento ‘democráticamente’ al utilizar el espectro de la radiofrecuencia.
La divulgación de la ciencia, tecnología y cultura tuvieron realce y presencia en Radio UAT y sus emisoras en la geografía tamaulipeca. Lo que en tiempos pandémicos resultó en mayor impacto y aprovechamiento.
De esta suerte, la UAT recibe sendos reconocimientos por las 21 colaboraciones que fueron seleccionadas (dentro de los cientos de aportaciones realizadas), por el Noticiero Científico y Cultural Iberoamericano NCC de la Asociación de Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas ATEI, con el mayor número de capsulas sobre ciencia y tecnología durante el periodo 2021.
LO OSCURO. Las leyes del judaísmo y del pentateuco (los cinco primeros libros de la Biblia) marcan el principio básico de los diez mandamientos por los que se establecen los criterios de la convivencia humana y de observancia para todos los confines de la Tierra.
En realidad, todas las religiones conocidas llevan prácticas orientadas a dirigir la vida del ser humano en similitudes de conducta de la moral.
La ‘creación’ de religiones por el hombre o las divinidades que las hubieran registrado, buscan darle respuestas al ser humano a las eternas incógnitas “¿Qué sentido tiene nuestra vida?” y “¿hacia dónde debo dirigirla?”.
El establecer lineamientos obligatorios de moral o ética (para este asunto equivalen) debería existir un juez etéreo o divino facultado para sancionar el que, en nuestra carnalidad finita, faltásemos al cumplimiento de esos parámetros signados.
El común denominador en todos los cultos, permanece “Evita el mal y siempre haz el bien”.
El Talmud, islamismo, judaísmo, la moral católica, todos tienen como premio al buen comportamiento su ‘pase a la siguiente ronda’.
Moisés bajó con las Tablas Sagradas y las reglas escritas de la mano de Dios mismo, para que su pueblo no adorase figuras ni dioses y a cambio fueran salvos.
El pueblo apenas saboreaba la libertad de no ser siervos del faraón y con tal albedrío, podían usar su cuerpo a placer; tomar aquello que más desearan y dar rienda suelta a sus instintos. Las tablas mandatarias lo prohibieron de inmediato.
Hoy no es distinto de entonces. Muchos gobernantes opinan –con gran razón- a partir de Mao, que la religión es ‘el opio del pueblo’. Al mantener sus instintos adormecidos y guiados hacia donde se les ordena.
Sin embargo, acaso el no contar con aquella moral o ética religiosa, quizá el mundo de hoy habría sobrepasado el caos que ya vivimos incluso con tales normas en vigor.
El ‘No matarás’ para quienes pretenden ‘llegar con seis’ al juicio final es un punto a observar que detiene a los cada vez menos temerosos humanos.
Nicaragua es nuestro hermano país de Centroamérica. Es gobernado por enésima vez por un personaje que a buenas y malas ha salido avante en los comicios de su nación. Daniel Ortega a la distancia, le observamos como el estereotipo del oscuro gobernante impuesto por las armas. Solo el tiempo y sus pobladores le juzgarán.
Hoy Nicaragua se declara “Nación sin Dios” y a pesar de que desmientan sus simpatizantes la revelación y noticias surgidas en las redes sociales sobre su eventual persecución a los representantes de las iglesias y defenestrar el culto de aquellas, la represión que sufren lo avala.
Exilio de religiosos, destrucción de templos son algunos de los encargos que la dictadura de Ortega ejecuta en contra de los nicaragüenses que se refugian en la práctica de su culto.
El dejar de lado la moral que le significa el respeto al prójimo, desalienta y
preocupa por el futuro incierto de los nicaragüenses y del mundo.
Es posible que sí sea un control de masas el uso de la religión cualquiera que esta sea.
Sin embargo, los principios de moral y conducta que avalan los cultos permiten mantener en un estado de mayor bienestar mental y paz a quienes las profesan. No hablemos de extremistas.
Quien no cree en algo más poderoso y fuerte que él mismo, sin importar el nombre, no debe aspirar a gobernar ni a representar a nadie.
No puede existir una Nación sin Moral.
COLOFÓN: Los vecinos del Norte, jura cada mandatario al tomar las riendas del país, sobre la Biblia. Acá hasta estampitas salubristas nos andamos manejando…
Por Alejandro de Anda
alejandrodeanda@hotmail.com
@deandaalejandro