TAMPICO, TAMAULIPAS.- La fecha del inicio de operaciones es incierta para la segunda generación de comerciantes de licuados «La Bajadita» de la zona centro de Tampico.
José Ramón Mejía Hernández es heredero de una tradición que comenzaron Ángel y Gonzalo(tíos) y de Vladimiro Mejía fundadores del negocio que se localiza en la calle Héroes del Cañonero, entre Juárez y Aduana, en el primer cuadro de la ciudad.
Anteriormente y de ahí su nombre permanecieron por varias décadas en la llamada «Bajada Juárez «junto a los artesanos y comerciantes de souvenirs.
«Mi tíos fueron los que iniciaron el negocio, junto con mi padre. Ya fallecieron, pero nos heredaron todo lo que sabemos de preparar licuados es gracias a ellos».
Los licuados en el negocio, se preparan de la misma forma como desde hace más de 60 años.
Un contenedor metálico, hielo, fruta fresca, leche Carnation Clavel y la receta secreta de la familia: un preparado especial de vainilla.
Este último ingrediente es elaborado de manera artesanal de forma similar que fue hecho por primera vez en Tampico por sus ascendentes familiares.
«La preparación de la vainilla es artesanal. Se hace especialmente para nuestros licuados. Esta le da un sabor y un color que no se puede encontrar en otro negocio de la zona. La materia prima antes se podía comprar en el mercado, pero ahora hay que pedirla a la Ciudad de México, solo ahí se encuentra y es cara, no es nada barata».
El machacado con un mortero de madera también le imprime su toque especial al preparado.
La fruta se compra diariamente y es de temporada.
«No tenemos refrigerador. La fruta se compra al día, Vamos al mercado y la adquirimos fresca». Hay licuados, dice que solo se elaboran ciertos meses del año.
El favorito de los consumidores es el de fresa y plátano.
«Los que más nos piden son los de fresa y plátano. El sabor es lo que hace que vuelvan una y otra vez».
NO CERRARON NI CON EL HILDA
«La Bajadita» cuenta con una distinción que pocos comercios pueden presumir: mantiene labores de manera interrumpida desde que comenzaron a operar en el siglo pasado.
«No hemos cerrado. Estamos abiertos las 24 horas, los 365 días del año. Sea el día que sea. Solo el día 31 de diciembre para la cena y abrimos el día 1 por la mañana».
Durante el desarrollo de la Pandemia, el cierre de espacios públicos y cese de actividades esenciales los obligó a bajar las cortinas por primera vez en décadas.
«A quien le vendíamos. No había gente en las calles, todo cerrado. No podíamos estar así y por primera vez dejamos de vender unas dos semanas, más o menos, pero desde ahí hasta la fecha seguimos de pie «.
MUCHA HISTORIA
«La Bajadita» es un negocio que se encontraba en la bajada de la calle Juarez, en la zona turística de la ciudad.
Entre sus objetos mas preciados se encuentra una batidora Oster que los acompaña desde que se preparo el primer licuado.
«Esta batidora es muy especial. Esta con nosotros, en el negocio, en la familia desde que se abrió . Tiene la particularidad que le da un toque especial a los preparados»
Durante la desocupación de «Bajada Juárez» se realizo un acto simbólico por parte de los tampiqueños para despedir para siempre el local del sitio que ademas de darle el nombre , doto de un icono a la ciudad.
Por José Luis Rodríguez Castro
Expreso-La Razón