MÉXICO.- Pese a no ser actriz, Ana Lilia de la Macorra fue seleccionada por el afamado productor Roberto Gómez Bolaño “Chespirito” para un personaje clave en la trama de El Chavo del 8; sin embargo, su disgusto por la fama la hizo renunciar a la trama.
Ana Lilia interpretó durante 25 episodios a Paty, la nueva vecina, quien se robó el corazón de El Chavo, Quico y el resto de los niños de la vecindad. Aunque el público aceptó gratamente al nuevo personaje, Ana Lilia nunca quiso ser actriz y no le gustó la fama.
El shippeo de El Chavo del 8
A finales de la década de los setenta, Chespirito decidió revivir a un personaje esporádico, pero clave en la trama. Se trata de Patricia Juárez, mejor conocida como Pati, el shippeo de El Chavo del 8, quien debía ser interpretado por una chica dulce y muy bonita.
Tras un extensivo casting, al productor no le convenció ninguna actriz por considerarlas demasiado voluptuosas para representar a una tierna niña, fue entonces cuando le pidió a Ana, quien en aquel entonces trabajaba como directora de casting del programa que hiciera el papel.
Ana Lilia, que por aquel entonces estudiaba Psicología se negó al principio, pero después consideró realizar algunos episodios. Pese a su atractivo físico y a que el público la recibió muy bien, la carrera de Ana Lilia nunca despegó, esto debido a la propia actriz, quien nunca quiso la fama.
Nunca quiso la fama
Al principio, el productor le prometió a Ana que solo aparecería en tres capítulos, y por eso ella aceptó, pero al final extendieron su participación, aunque a decir de la ex actriz, la televisión no era su rollo y su corazoncito estaba en otro lado.
En entrevista para un programa de televisión peruano, Ana Lilia confesó su falta de destreza en la actuación, pero dijo que su éxito lo alcanzó porque siempre consideró su papel en el afamado programa como un juego.
“Para mí fue un juego, me imaginaba que algún día tendría hijos y verían a su mamá de actriz cuando era niña. Cada vez que terminaba una escena y cortábamos, llegaban las carcajadas de todos. Creo que todos se sabían buenos actores y sabían que lo que hacíamos era un éxito. Como yo no era actriz, actuar de mensa era fácil. Me súper encanta haber sido parte de eso”, platicó Ana.
La fama molestó a Ana
Sin embargo, al poco tiempo, la fama comenzó a molestar a Ana, cuando ya no pudo salir a la calle sin que fuese reconocida, lo que le generó un miedo que no podía controlar y le avisó a Chespirito que no continuaría en el papel.
Ana contó que no solo Chespirito le rogó para que no dejara su papel en la serie, sino que también directivos de Televisa le ofrecieron un contrato de exclusividad y una alta suma de dinero, hecho que casi la convence.
Pese a todo, Ana dejó su papel en la serie y regresó al anonimato para terminar su carrera de Psicología y más tarde hizo una maestría. Ana se casó y tuvo un hijo, ahora vive con su familia en la colonia San Francisco Chimalpa, una zona boscosa en la Ciudad de México, donde gestiona su consultorio como psicoterapeuta.
“Nunca me atrajo ir por esa vía, pues siempre dije: No, gracias. Hace un tiempo me googlée a mí misma y me llevé una gran sorpresa: había muchas fotos y se preguntaban qué fue de Paty. Dije: ¿Qué hago con todo esto? ¿Cómo respondo? ¡Estoy viva!”, puntualizó en la entrevista antes citada.
CON INFORMACIÓN DE HERALDO DE MÉXICO