TAMAULIPAS.- Una elección extraordinaria en estos momentos en Tamaulipas, va a sepultar al Partido Acción Nacional.
La carga que tienen en sus hombros los panistas, ellos se la echaron encima.
Cuando pudieron, cerraron las puertas a sus militantes para ayudarles con un trabajo, quienes estaban adentro, les descontaron parte de sus compensaciones como pago por entrar a la nómina.
Quienes pudieron ser proveedores locales, les cobraron entre el 30 y 50 por ciento por sacar el pago de dos a tres años de deuda y casos de estos se vieron en Secretarías como la de Salud.
Pero aún más: cuando se cambió a un Secretario o Subsecretario, cuando hubo cambios de legislatura, cuando llegaron nuevos Magistrados al Tribunal Electoral o del Poder Judicial, quienes pidieron la renuncia tenían un libreto impecable: De parte del gobernador, ya no entras en el proyecto y necesitamos tu renuncia.
Palabras más, palabras menos, pero la estocada que le debían a sus propios seguidores era desgarradora para muchos.
Quienes pudieron se acomodaron en otras áreas o entraron a una campaña y pues ganaron, temporalmente, algunos pesos extra. En los dos primeros años de los vientos de cambio, hubo incertidumbre total.
La esperanza, era que ganará el Truko la elección de gobernador pero no fue así; incluso hubo un momento de gran esperanza cuando la raza desempleada, que estaría apoyando al candidato del PAN, entró a la nómina de gobierno.
Fueron cientos los que entraron e incluso a la Secretaría General, pero otra vez, los jefes operativos o quienes se encargaron de dar de alta a esos ‘trabajadores’ activos en la campaña, les quitaron el primer mes de salario, la compensación y pues ni modo…
Quiénes estuvieron en ese escenario, lo platicaron en su momento con un tono de queja, pero ahora lo hacen con coraje.
Muchos quisieron votar por Morena, pero las presiones eran muy fuertes y los acorralaron para demostrar que el voto había sido por el PAN y eso lo conocieron sus familias, porque hasta allá llegó la presión.
Lo más grave y lo que aún está fresco en la memoria de muchos Tamaulipecos, es como previo a la campaña, las persecuciones, órdenes de aprehensión, traiciones, abusos sexuales de funcionarios, hasta crímenes impunes se le endosaron al gobierno y en particular a Cabeza de Vaca.
La etapa de la campaña electoral fue más fuerte aún, con una cascada de acusaciones que alcanzó a la familia del candidato de Morena y al propio Américo, lo cual se hizo público y resultaron ser notas inventadas aquí pero promovidas supuestamente desde el extranjero.
Una vez ganado Morena, vino lo peor para la clase política ganadora y su militancia, las persecuciones no terminaron y las presiones para tumbar la elección fueron constantes.
Todo lo vio, lo sintió, se admiró el ciudadano de ver una clase de maldad que no se había visto, ni en el viejo PRI.
El único responsable que aparecía en todo era Cabeza de Vaca, y lo era, si se considera que daba la aprobación de cada acción, pero no eran personajes como Max Cortázar, Roberto Gil, Javier Lozano, Ismael García Cabeza de Vaca, su hermano Juan Manuel, Irving Barrios, Lourdes Arteaga la ex jefa de finanzas, Gerardo Peña y una gran lista de gente que eran los operadores, el responsable de todo era el gobernador.
Los propios panistas y funcionarios del gobierno, aunado a lo perverso que es Cabeza de Vaca, se encargaron de debilitar hoy, la única imagen de ‘liderazgo’ que tenían.
El saqueo que les autorizaron los Cabeza de Vaca, el abuso que hicieron con la clase trabajadora, el maltrato que le dieron a los medios de comunicación, a los comerciantes proveedores, a empresarios y el haberse quedado con plazas sindicales varios directores, hoy los tienen derrotados.
Si el PAN sale a las urnas, los detalles de cada una de sus acciones arbitrarias van a salir a la luz, sin llegar a las salas de juicios orales.
Ellos son los únicos responsables de tener un PAN diezmado. Si hay una elección extraordinaria al Senado de la República, este partido vivirá lo que el PRI sintió, no en el 2016, lo que vivió el PRI en el 2018.