- 3 semanas estuvo en la Universidad de Berkeley
- 21 años de edad tiene este joven emprendedor
- 3 meses desde que se estrenó la aplicación
- 20 mil seguidores tienen la app Superprice
La parte difícil es que puedes construir el mejor producto posible, puedes tener la mejor app del mundo que hace todo, puedes sacarla y a nadie le interesa”.
Alberto Vargas
Emprendedor
Alberto Vargas, creador de Superprice.
Miles de jóvenes sueñan con hacerse influencer, ganar miles de seguidores y generar ganancias exageradas en sus redes sociales, pero pocos lo logran y aún menos convierten su exposición en un modelo de negocio.
Alberto Vargas, un tampiqueño estudiante del Tec de Monterrey empezó hacer TikToks por diversión, después con el crecimiento de seguidores, un video generó una idea para una aplicación, eso lo llevó eventualmente a ir aprender a Silicon Valley y hoy ha empezado hacer crecer su app comparadora de precios “Superprice”.
“Empecé buscando hacer TikToks diferentes, un día hice uno sobre los precios del Bacardí de mango y ese pegó, digamos que a la gente le gustó, tuvo likes, un montón de vistas, en digamos que encontré fue mi categoría y área de oportunidad en TikTok y empezamos a hacer más, llegó un punto en el que en los comentarios me ponían preguntas de que la carne cuánto cuesta, el atún, cosas que creo que ya no son tan interesantes en TikTok como poner el precio del alcohol”, contó.
La exposición y el crecimiento de seguidores lo hizo explorar más opciones para nutrir su cuenta, sin embargo, el comparar los precios seguía siendo lo más exitoso, en su búsqueda por facilitar el trabajo entendió que eso mismo representaba un área de oportunidad que eventualmente lo llevó a pensar en Superprice.
“De ahí nació, de pensar que debía de existir una app, simplemente no la conocía, una aplicación, una página de los precios de supermercado, tipo Trivago del super, en vez de hoteles de productos del súper, un comprador de precios se me hacía que era algo que ya debía de existir nada más que no lo conocía”.
En su intento por encontrar una aplicación que le brindara la información que necesitaba, Alberto entendía que esa precisamente una aplicación que podía desarrollar, a la par, seguía creciendo en TikTok y avanzando en sus estudios profesionales.
“Me metí buscar y nada de lo que encontraba me ayudaba realmente a hacer eso, que un producto que está en Chedraui, Soriana, en Walmart, estaban más enfocadas a comparar precios de productos electrónicos no cosas que compras cada semana, no me servía de nada y así es como empezamos, con una página web, puse la idea y pensé que ya que tengo seguidores empecé a preguntar qué les parecía, así se fue formando la idea”, reveló.
El joven estudiante de ingeniería en el Tecnológico de Monterrey tuvo además la oportunidad de expandir sus conocimientos en un ambiente en el que nacen y se desarrollan emprendedores y se gestan ideas todos los días.
“Se me presentó la oportunidad de aplicar para un curso en el que si quedas te puedes ir a California, en Silicon Valley a la Universidad de Berkeley, quedé, fui y es un gran experiencia, porque vas ahí y es todo el ambiente del emprendimiento, es todo el ambiente de la tecnología y todos los que están contigo en los cursos, en las clases, son gente que o ya emprendieron, ya tienen una empresa o están empezando, pero estás envuelto de esa energía y les contaba de mis TikTok, de mi idea y me decían ‘vas’, ‘hazla’, ‘ya nos cuentes, hazlo’, ‘tienes todos tus seguidores, tienes la página web y es una buena idea”’.
Alberto refirió que su estancia en Silicon Valley le sirvió para empezar a simular cómo sería desarrollar su idea en el mundo real, mientras que en la universidad lo acompañaron en todo el proceso de aprendizaje, pero el desarrollo lo realizó en México.
“Regresé de allá y fue la confirmación que necesitaba, allá no cree nada, no aplicas con tu idea, dentro del curso la idea es que tú vayas y simular que llegas a la universidad, conoces gente y armas un equipo, es un simulador no tanto como clase, estuve durante 3 semanas y es como un curso rápido de startups, no te enseñan nada nuevo en el sentido de que ya están públicos todos los pasos, primero hay que validar, hay que pasar este paso, tienes que diseñar, todo un proceso, pero allá estás con la presión de que tienes 3 semanas y se tiene que presentar a inversiones incluso, o gente que está en esos medios, y es acelerar lo que se supone que tú vivirías en la vida real”.
En su desarrollo en la Universidad de Berkeley dijo que se enfocó en generar un proyecto diferente junto a sus compañeros, algo que incluso está entre los pendientes para eventualmente también llevarlo a cabo.
“Allá tú tienes que ver cómo construyes la idea, cómo la validamos, tienes que ir a la calle, agarrar una persona y preguntarle qué le parece tu idea, pero con acompañamiento, porque tienes que reportar al día siguiente cómo avanzamos y si ya hablamos con alguien, te ponen a tu mentor y allá desarrollamos una app, cada quien tiene sus proyectos ahorita y veremos cómo nos va y cómo podemos continuar, la idea era muy básica como si fuera un LinkedIn para oficios”, reveló.
EL ÉXITO ESPERADO
Alberto Vargas trabajó durante meses en el desarrollo de la aplicación Superprice y tras lograr su publicación, en sólo un par de meses logró un interés creciente, lo que le ayudó a validar el éxito de la idea.
“En agosto salió la versión iOS y en septiembre salió en Android, ahorita tiene 20 mil descargas, yo cuando lancé la primera versión pensé que tenía que calidad y ver si a la gente le interesa, una cosa es que te sigan en TikTok y que te contesten una encuesta y otra que descarguen la aplicación. Ya validé que sí hay un interés, ahora veo cómo la operan y los comentarios que me dejan, estoy en una etapa de construir y hacerlo más grande, ahorita solo soy yo”.
Pese a que el crecimiento ha sido rápido, Alberto reconoce que sigue siendo una empresa personal en la que todo su tiempo libre lo dedica al desarrollo de Supreprice.
“Hacia allá va, yo lo que busco es que un día sean las mismas tiendas las que te puedan dar los datos, ahorita yo no tengo la habilidad de poder ponerte los precios de cada sucursal, cuánto stock hay, si hay una promoción, y a mí me gustaría llegar ya con una base de usuarios suficientemente atractiva para ellos y que quieran colaborar para que me den toda esa información, que tenga el stock, el precio de cada sucursal y que un día, incluso, pueda llegar a que ahí mismo puedas ordenar las cosa y solo pasar a recogerlas o que te lo manden”.
Sobre la forma en que una idea se convierte en negocio, señaló que “lo bueno de las aplicaciones y las plataformas es que hay muchas formas de monetizar, algo que sí estoy muy seguro es que no quiero llegar a cobrar una suscripción por usar la aplicación, porque para mí una app que busca ayudarte a ahorrar y te cobre por ahorrar, a mí no me hace sentido, pero puede haber otras maneras, como los cupones o códigos de descuento”.
PASOS BIEN PLANEADOS
“Yo si me veo”, admitió el joven estudia, pues luego de su experiencia en California se convenció que a sus 21 año está en el mejor momento para explorar sus ideas sin riesgos altos y con todos los años adelante, pues si se espera, podría llegar a una edad en la que entonces sí ponga su futuro en riesgo y el siguiente paso es graduarse.
“Si todo sale bien, a mí me falta este y el siguiente (semestre), pero depende de la carga, en teoría en un semestre me gradúo, ahorita lo que tengo en la cabeza es Superprice, quiero ver hasta dónde llego y mi intención es hacerlo crecer, me está gustando”, afirmó.
Aunque ahora está enfocado en realizar sus prácticas, dedica la tarde y noche para nutrir la aplicación, ver los comentarios y qué se puede mejorar, qué hacer más rápido, qué cosas de la aplicación se cambian para ofrecer un mejor servicio y una mejor experiencia, porque lo más fácil no es crearla.
“Subir una aplicación en la parte más sencilla, porque es cuando ya acabaste, tienes tu producto y ya se lo mandaste a Apple y a Google, ellos lo revisan y en 48 horas te dicen sí o no, te pueden decir incluso ‘no nos gustó tu aplicación’”.
Admitió que lo más fácil es darte cuenta si es un producto que gusta o no es del agrado del público.
“La parte difícil es que puedes construir el mejor producto posible, puedes tener la mejor app del mundo que hace todo, puedes sacarla y a nadie le interesa. Tú en tu cabeza tienes la idea perfecta y para todos los demás no es necesario, así pasa y son las historias de emprendedores”.
Alberto Vargas compartió que el éxito de Superprice lo inspira a seguir creando, por lo que por ahora busca el apoyo de la gente y descargue su aplicación mientras él se enfoca en hacerla crecer.
Omar Reyes / Expreso- La Razón