En un momento crucial para Morena y su proyecto de afianzar la incipiente Cuatroté en Tamaulipas, no tiene muchas opciones serias para buscar la senaduría vacante, en la próxima elección extraordinaria. El Instituto Nacional Electoral (INE) realizará la elección extraordinaria el 19 de febrero, para reponer la senaduría que quedó vacante en Tamaulipas por el fallecimiento de Faustino López Vargas.
Esto plantea ahora la necesidad del partido de salir sin problemas de un proceso interno para seleccionar al candidato propietario y al suplente, para ir a los comicios.
No hace falta decir que las preferencias ciudadanas siguen siendo favorables al partido del Presidente en Tamaulipas, pero el mayor riesgo está adentro.
Sin una dirigencia del partido que sea visible y tampoco fuerte, la decisión tendrá que tomarse entre quien tiene el poder real en el estado y la dirigencia nacional. Y ahí se verá la capacidad de lograr acuerdos con liderazgos que en la campaña aportaron al triunfo y no forman parte del proyecto actual.
Claro que existe el riesgo de que si Mario Delgado mete las manos, el beneficiario sea alguien sin la suficiente competitividad para dejar constancia de que hay cuadros que aportarían valor al proyecto de la Cuatroté.
Eso puede profundizar las fisuras que ya hay. Por eso, la pregunta sigue siendo si quienes van a decidir en Morena se decantarán por Carlos Canturosas Villarreal, Mario “La Borrega” López Hernández o si de parte de Mario Delgado llega la propuesta de algún recomendado suyo que más que unidad, provoque molestia y dificultades al partido.
El partido tiene el tiempo en contra y la duda como principal reto. Primero porque tendrá que seleccionar al candidato propietario y al suplente con base en criterios transparentes, que convenzan a todos de que la selección es la indicada, para que nadie cuestione la legitimidad de la misma.
Luego, porque deberá hacerlo pronto para que el candidato se vaya moviendo para hacer los amarres políticos necesarios que hagan tersa la campaña. Después, porque inevitablemente, la decisión va a provocar malestar entre liderazgos y seguidores, que de por sí ya tienen cierta reserva desde que fueron dejados fuera del gabinete.
De antemano, se da por sentado que la decisión está entre Canturosas, Mario “La Borrega” López y tal vez, muy forzado, podría considerarse a alguien más. A cualquier otro que no sean Canturosas o “La Borrega” le faltaría la estructura territorial y la capacidad de generar consensos cómo la tienen dichos aspirantes, sin hablar de otros aspectos. Va a ser bastante interesante cómo se define, con qué argumentos se sostiene la decisión y particularmente, si se analizaron los perfiles y la posibilidad de que logren un buen respaldo entre los ciudadanos.
Aún con la preferencia ciudadana mayoritaria a favor, Morena no puede darse el lujo de enviar un mensaje de que su próximo candidato es alguien que no tenga competitividad y además, sea mal visto por los morenistas.
Por eso, creo que la decisión está entre cualquiera de ellos dos.
RAMIRO SE PERFILA EN EL PRI
En donde se da por hecho que ya hay un elemento que tiene mucha ventaja como aspirante a la candidatura al Senado, es en el PRI, con Ramiro Ramos Salinas.
El ex diputado local ha estado buscando la nominación desde hace meses, cuando comenzó un activismo en territorio durante los meses previos a la campaña por la gubernatura, cuando el tricolor fue en alianza con el PAN y el PRD.
Ramiro sabe que mientras no se defina si el PRI va en alianza con el PAN, tiene vía libre para moverse y aún después de que se decida si habrá coalición o no, lleva mucha ventaja ante cualquier otro posible competidor.
Entre los panistas no se ve quién pueda mostrar interés por ir a una campaña en la que una derrota dejaría maltrecha su imagen y posibilidades de buscar la misma posición en 2024, así que si las cosas se acomodan, Ramiro podría encabezar al tricolor y en una de esas, hasta la alianza con el PAN. Vamos a ver.
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