VICTORIA, TAM.- Un empleado de una pasteurizadora fue internado en un centro hospitalario luego de resultar herido al quedarse sin frenos en una pendiente, por lo que se estrelló contra un barandal, que afortunadamente lo retuvo y evitó una tragedia.
El accidente se registró a las 13:30 horas en la calle Vicente Suárez con Manuel Jasso Salazar de la colonia Francisco I. Madero.
Técnicos en urgencias médicas de la Cruz Roja dieron los primeros auxilios a un empleado quien resultó con golpes diversos por lo cual se le trasladó al hospital.
El accidente en el que participó se originó cuando camión en el que trabajaba se quedó sin frenos al “botarse” la palanca de cambios.
Los hechos se registraron cuando él y su compañero distribuían productos lácteos y al llegar a la esquina antes pararon el vehículo de oriente a poniente sobre la calle Vicente Suárez.
Debido a que la zona es un cerro y estaba en pendiente la palanca de cambios se botó, en tanto que el ahora herido se hallaba dentro de la caja refrigerante del camión el cual se fue de reversa dramáticamente toda la bajada.
Finalmente el camión terminó por estrellarse contra un barandal que además sostuvo su peso para evitar que cayera al patio de un domicilio.
El accidente hubiera sido mayor y de lamentables consecuencia pues en los momentos que el camión iba de bajada unos niños iban descendiendo de una camioneta luego de haber acudido a clases em tanto que un señor se hallaba en el patio donde fue a parar el camión.
Otro grupo de menores que suba el cerro tuvieron que pegarse a la pared al ver el riego de ser atropellados .
“El señor estaba dentro de la caja y fue cuando se vino, no sé si se lesionó al brincar. Además el vecino estaba cortando leña y se asustó. Unos niños iban subiendo y cuando escuché el ruido salí y los encontré pegados a la pared todos asustados.
Había alguien más, como que era una niña más grande y fue quien les dijo que se pegaran a la pared” platicó el vecino. Luego de investigaciones correspondientes oficiales de tránsito local tomaron conocimiento y remolcaron la unidad al corralón.
Por Alfredo Peña