Entre el sábado primero de octubre y el próximo domingo 8 de enero habrán transcurrido 100 días del gobierno morenista que preside AMÉRICO VILLARREAL ANAYA en Tamaulipas. Tiempo de recuentos.
Diciembre fue mes clave. Su partido está recuperando el control del poder legislativo. En paralelo, el poder ejecutivo logró reintegrar a la Secretaría de Seguridad las funciones estratégicas que el hoy prófugo exgobernador panista había reasignado a la Fiscalía.
Enero pinta como un mes de tránsito para los expedientes de corrupción elaborados por la contraloría y hoy convertidos en temas urgentes del ministerio público estatal. Asignaturas pendientes de próxima resolución.
El 2023 empieza como terminó el 2022, con una intensa actividad restauradora. No sin dificultad, uno a uno se han ido retirando los candados, desmontando trampas y limpiando el terreno minado que en conjunto conforman la herencia negra del antiguo régimen.
En el marco político electoral, fracasó el negro vaticinio de que el huidizo CABEZA DE VACA podría ser designado candidato al senado para la elección extraordinaria en curso.
La noticia es que ya se cerró el registro y solo hay de tres sopas, JOSÉ RAMÓN GÓMEZ LEAL por la causa guinda, IMELDA SANMIGUEL SÁNCHEZ por la coalición PAN-PRI-PRD y MANUEL MUÑOZ CANO por el Verde Ecologista.
Nadie por Movimiento Ciudadano. Lo cual refleja pobreza de cuadros en las filas de DANTE DELGADO RANNAURO, al menos por lo que concierne a Tamaulipas.
No hay mucho de donde escoger hoy que GUSTAVO CÁRDENAS parece haber entrado en el crepúsculo de su carrera y con un ARTURO DIEZ que está muy lejos de llenar ese hueco.
Aunque usted no lo crea, también la simulación cansa. A fuerza de repetir una y otra vez el numerito, la escoba anticorrupción (antes azul, hoy naranja) se deshilacha. Pierde credibilidad como argumento o coartada.
Todo ello dentro de un MC hoy emproblemado en Nuevo León tras el desempeño errático de su gobernador SAMUEL GARCÍA SEPÚLVEDA a quien sus propios seguidores ubican como un auténtico chivo en cristalería. Voluntarismo grosero el suyo, sin bitácora ni rumbo.
SIN MISTERIOS
Una reciente encuesta del conservador HERALDO DE MÉXICO pone muy adelante a GÓMEZ LEAL en las preferencias del voto, con 57.5% a favor, frente al 20.2% de IMELDA y 3.5% de MANUEL.
La gente se pregunta qué caso tiene competir con tan malos augurios en su contra, como es el caso de MUÑOZ CANO en la justa por el senado y antes DIEZ GUTIERREZ en la elección gubernamental.
La respuesta reside en una regla no escrita en la vida de los partidos que suelen premiar a sus candidatos perdedores con cargos de representación proporcional en sucesivos cotejos.
No olvidemos que en 2024 se renueva totalmente el Congreso de la Unión y esto abre la posibilidad para ambos de obtener curules de carácter plurinominal en la cámara baja. Para lo cual no se requiere concurso alguno, tan solo un padrino que los ubique en buen lugar de la lista
Eso que en beisbol se conoce como carreras de caballito. Para lo cual personajes como el propio GUSTAVO y el insufrible “niño verde” EMILIO GONZÁLEZ MARTÍNEZ son verdaderos expertos. Se diría que campeones indiscutibles.
En el caso de GÓMEZ LEAL, tiene su mérito el haber conseguido la nominación dejando sembrados en el camino a correligionarios de mayor empaque y oficio como son el diputado federal ERASMO GONZÁLEZ ROBLEDO y el alcalde de Matamoros MARIO ALBERTO LÓPEZ HERNÁNDEZ.
La impresión es que el hoy nominado ganará fácilmente por la fuerza de la estructura y no por méritos propios. Lo cual significa que habrá de observar el bajo perfil que los tiempos políticos requieren en el ejercicio de dicho cargo, sin quitar reflectores ni proyectar sombra alguna hacia el liderazgo político del doctor VILLARREAL ANAYA.
HAY MEMORIA
Recuérdese lo que en su momento representó la figura de MANUEL CAVAZOS LERMA cuando irrumpió en la política regional como delegado de PRONASOL y luego senador durante los tiempos del ingeniero AMÉRICO VILLARREAL GUERRA.
A querer o no, esto desató una grosera y muy temprana cargada de políticos chambistas, provocando incluso deslealtades supinas entre algunos cuadros del viejo americanismo que sin rubor capitularon ante el economista matamorense.
En este contexto, JOSÉ RAMÓN sería una figura menor cuyo parentesco con el denostado CABEZA DE VACA está lejos de representar ventaja alguna.
Por el contrario, lo vuelve vulnerable. Lo obliga a ser más cuidadoso y menos protagónico de lo que sería (por ejemplo) un hombre como ERASMO, cuyas ansias de novillero le brotan por los poros, donde quiera que se aparece, las 24 horas del día y los 12 meses del año.
Bienvenido, pues, el 2023, año electoral para entidades que renuevan gobiernos como Coahuila y Estado de México, donde habrán de librarse batallas memorables.
Pero también año electorero porque en su transcurso habrán de definirse las candidaturas a la Presidencia de la República que competirán en 2024. Palabras mayores.
Carlos López Arriaga
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