Hace muchos años, los actos de violencia más sonados eran los originados por los diferentes grupos porriles comandados por líderes estudiantiles que respondían a instrucciones e intereses políticos y económicos de funcionarios de la UAT.
Robo de cerdos y vacas en el lecho del rio San Marcos, los llamados pisa y corre, que no eran otra cosa que descarados asaltos a tiendas de conveniencia y depósitos, secuestro de autobuses para cometer fechorías disfrazando acudir a eventos estudiantiles, riñas en el centro universitario y encuentros de futbol americano donde salían a relucir hasta armas de grueso calibre, era el día a día de lo más que se sabía de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Excelencia académica, programas universitarios de beneficio social, infraestructura era de lo que menos se sabía de la máxima casa de estudios donde los grupos porriles de cada facultad eran los que generaban el pánico entre la sociedad.
Los grupos que más figuraban o de los que más se hablaba, quien sabe si por su nivel de violencia o capacidad de organización, eran los de la Facultad de Medicina Veterinaria y la Facultad de Derecho, claro, los de Agronomía no se quedaban atrás, de hecho, en los encuentros “deportivos” eran los que ponían el desorden, sobre todo en los partidos de futbol americano, donde por lo general los líderes de los equipos eran los que comandaban a los grupos estudiantiles.
“Inscríbete en la UAT, no te mueras y seguro te graduaras”, lo decían como si fuera gracia los jóvenes, hasta con orgullo gritaban pertenecer a un grupo porril, era caos universitario más que catedra universitaria. Incluso en muchas empresas donde solicitaban profesionistas en diferentes áreas ponían como referente, “no egresados de la UAT”, se decía que por su preparación escasa y su nulo sentido de responsabilidad y compromiso social además de conocerse como violentos.
Afortunadamente los tiempos cambiaron, hoy la Universidad es otra, se le apuesta a la mejora constante, con un compromiso de entregar a la sociedad profesionistas de calidad y con alto sentido humano, con valores.
En todos los campus hay buena infraestructura, se han perfeccionado los planes de estudio, becas y estímulos para que todo aquel que quiera cursar una carrera universitaria pueda hacerlo, aparte, lo deportivo, cultural y social también es parte fundamental de lo que ahora es la UAT.
Se sabe que muchos profesionistas egresados de la máxima casa de estudios de Tamaulipas son referente de prestigio nacional e internacional, vaya pues, ahora la UAT puede presumir convenios con instituciones europeas, de américa latina, y otras de gran tradición en México, las empresas importantes, no solo de este país sino de otros del mundo, buscan los veterinarios de la UAT, los contadores de la UAT, los docentes de la UAT, y no se diga de enfermeras, psicólogos, doctores, abogados, especialistas en agronomía, redes, telemática y demás.
Esto último es la razón por la que no es M uno de sus lechos, la facultad de Veterinaria, que hace unos días fue tema por un acto violento que generó psicosis entre la población.
Ya no son válidos esos actos en la UAT, menos por intereses de grupos de poder dentro de la institución y fuera de ella, claro, es obvio que quienes los generan quieren continuar con sus cotos de poder, además para su conveniencia tienen la intención de desestabilizar el buen funcionamiento de la Universidad, manchar la buena imagen que hoy se tiene, y no se vale, toda facultad debe responder cabalmente a su obligación, ocuparse de entregar buenas generaciones de profesionistas, con responsabilidad y compromiso social no que se les reconozca por ser parte de grupos violentos.
Ayer, entrevistado al acudir a evento en el Centro Universitario Victoria, el Rector GUILLERMO MENDOZA CAVAZOS sin darle vuelta al tema habló sobre las acciones que tomará el área administrativa y jurídica de la UAT al respecto.
Muy acertada la decisión del Rector, que se investigue lo que se tenga que investigar y se proceda en consecuencia contra quienes generan caos en una de las facultades más importantes de la UAT, de mayor reconocimiento internacional. Si urge que la contraloría interceda, se apliquen sanciones administrativas y se supervise que todo vuelva a la normalidad, que se trabaje con respeto y honestidad, que los universitarios tengan un lugar digno y seguro del cual deben sentirse orgullosos no temerosos, que no se vulnere a nadie ni se callen acusaciones de acoso o cosas por el estilo para que no se vuelva a los tiempos de antes, los que ya se han superado.
No se quiere violencia, se requiere de armonía, excelencia universitaria, el Rector de la máxima casa de estudios de Tamaulipas, los trabajadores, catedráticos responsables de la institución, los estudiantes y la sociedad en general dicen si al orden y prestigio de la UAT, no al porrismo