CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- De Nuevo Laredo a González, de Matamoros a Güemez o de Altamira a Jaumave, en los últimos 15 años los derrames y fugas por la actividad de hidrocarburos han dejado en la entidad graves daños a la flora, fauna y a lo más importante, la salud y vida de los tamaulipecos.
De 2018 a 2021, en Tamaulipas se registraron 12 de los 176 derrames y fugas de crudo, aceite y gasolina de alto impacto ambiental, en una escala moderada y grave, que documentó Petróleos Mexicanos (PEMEX) en todo el País.
Las sustancias fueron a dar a suelos, ríos y mares por accidentes industriales y hasta vandalismo.
Los casos tamaulipecos fueron 2 derrames a suelo de un derivado de hidrocarburos, uno por 0.1 millones de barriles y otro de 31.4 millones de barriles, cuyo “autor” fue el propio Pemex Logística (PLOG); además de un tercero por 0.1 millones de barriles generado por Pemex Transformación Industrial (TRI).
En 2019 hubo otros 2 de este tipo, de 3.77 millones de barriles uno y otro de 0.1 millones de barriles, ambos de
Pemex Exploración y Producción (PEP), así como una fuga a la atmósfera de gas de 0.1 millones de pies cúbicos que “se le escapó” a TRI.
Al año siguiente, 2020, PEP también tuvo un derrame a suelo de crudo de 0.1 millones de barriles y Pemex TRI lo imitó con otro de la misma cantidad.
Otros casos ocurrieron en 2021 con 2 del TRI, uno de turbosina 0.1 millones de barriles y otro de diesel por la misma cantidad y el tercero PLOG, un derrame a suelo de derivado de hidrocarburo por 6.29 millones de barriles.
Los derrames de PEMEX en escala moderada y grave en ese trienio se concentraron en 17 entidades -entre ellas Tamaulipas- con mayor actividad petrolera principalmente en el Golfo de México, PEMEX aclaró que no incluyó en su informe los derrames y fugas por tomas clandestinas, lo que sin duda dispara la cifra.
La crisis ambiental y de salud por derrames y fugas la reiteraron casos recientes como el denunciado a mitad de enero de este año en el Congreso del Estado, por la diputada de MORENA, Casandra Prisilla de los Santos Flores.
Expuso que la salud de unas 600 familias de Tamaulipas está en peligro por una fuga de hidrocarburo desde 2021, en comunidades de San Fernando y Soto La Marina y que no ha sido sellada correctamente.
“Los habitantes reportan que en el lugar de la efervescencia se crea una bruma o nube de químicos contaminantes que es acarreada a los hogares mediante el viento causando hemorragias nasales y vómitos con sangre”, aseguró.
reveló.
Desde el 15 de abril de 2021 la fuga empezó a afectar a los pobladores de La Florida y Lavaderos, en San Fernando; y Las Enramadas, La Laguna y El Carrizo, en Soto La Marina.
Las emisiones alcanzaron hasta 15 metros de altura y acabaron con la flora y fauna en 5 kilómetros a la redonda.
La empresa petrolera Jaguar Exploración y Producción de Hidrocarburos S.A.P.I. de C.V. , del Grupo Topaz con sede en San Pedro Garza García es la que provocó el siniestro.
“Los contaminantes no solo ingresan al cuerpo humano mediante vías respiratorias, sino también mediante la piel, al igual que el consumo del agua y los pescados que son el alimento principal”, alertó la activista en la zona Mayra Bautista Soto.
Mientras que en agosto de 2022, una fuga de crudo de PEMEX afectó la red de drenaje de la colonia Valle Verde, en Altamira.
Además de la afectación a la instalación doméstica de drenaje de los vecinos, algunas aves fueron vistas totalmente cubiertas por el petróleo.
Más atrás, el 21 marzo se registró otra fuga en un ducto de PEMEX, en el municipio de Hidalgo, que llegó al río Purificación. Se trataba de combustóleo o algún otro derivado de petróleo, informó el titular estatal de Protección Civil, Pedro Granados.
Además de su corporación intervinieron la ahora Guardia Estatal y fuerzas federales para resguardar la zona y en la reparación del ducto,
Se informó de inmediato del caso a la Comisión Nacional del Agua con el propósito de que controlara el suministro del líquido a los municipios de Güémez, Padilla y a la presa Vicente Guerrero.
FUGAS, VOLUMEN Y ÁREAS AFECTADAS
Por su parte la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Semarnat, confirma que desde 2018 las fugas y derrames “son el pan de cada día” en los municipios de Tamaulipas.
Ese año en González un derrame de hidrocarburos de 182 metros cúbicos afectó un área de 604 metros cuadrados. Al año siguiente en el mismo municipio, hubo otra fuga de hidrocarburos, de 208.3 metros cúbicos y daños a 16.53 metros cuadrados de superficie.
Mientras que en San Fernando se escaparon 948.21 metros cúbicos de hidrocarburos sobre un área de 625.47 metros cuadrados.
Y en Victoria, por mal manejo de materiales y residuos peligrosos un derrame de 523.60 metros cúbicos afecto una zona de 522. 30 metros cuadrados.
Una tregua de 2 años en este tipo de accidentes, se rompió en 2011. De acuerdo con Semarnat, ese año en Altamira ocurrieron fugas de hidrocarburos en la “fabricación de insumos y productos de la industria química” por 397.46 metros cúbicos que dañaron una superficie de 123.5 metros cuadrados.
En Llera fueron afectados 1,100 metros cuadrados por derrame de 110 metros cúbicos de hidrocarburos y en Reynosa un área de 310.40 metros cuadrados invadida por 363.74 metros cúbicos de la misma sustancia.
En 2012 Matamoros también sufrió afectación en una superficie de 3 mil 83.14 metros cuadrados por el derrame de 5,369.83 metros cúbicos de hidrocarburos.
Jaumave siguió en la lista. En 2013 un derrame de 483 metros cúbicos de hidrocarburos arrasó con una zona de 161 metros cuadrados. Y en San Fernando la fuga fue de ácidos base, 870 metros cúbicos sobre área de 290 metros cuadrados.
En 2014 les tocó de nuevo a Altamira y Llera, con 1,168.95 y 929.04 y 622.68 y 750 de metros cúbicos de derrame de hidrocarburos y superficie dañada respectivamente.
Mientras que en Casas la fuga fue de 8.668.69 metros cúbicos y 2,505.12 metros cuadrados afectados.
Altamira otra vez en 2015 con 12, 612.83 metros cúbicos de hidrocarburos que terminaron en una zona de 5,766 metros cuadrados; Reynosa por exploración y explotación del petróleo, 47, 416.90 metros cúbicos derramados en un área de 19,757 metros cuadrados; y Victoria con 5,339 metros cúbicos anegaron 26,890.18 metros cuadrados de superficie.
También la capital del Estado en 2017 registró 409 metros cúbicos de derrame de hidrocarburos en una zona de 286 metros cuadrados.
Jaumave sumó otro derrame, de 510 metros cúbicos en superficie de 600 metros cuadrados en 2018; y en Nuevo Laredo en 2019 un total de 346.81 metros cúbicos de hidrocarburo se fugaron cuando eran transportados e invadieron 346.81 metros cuadrados.
El recuento de Semarnat 2020 incluyó a Jaumave con derrame de 338 metros cúbicos y zona afectada de 573,33 metros cuadrados.
En 2021 se registró el mayor número de municipios afectados por derrame de hidrocarburo: González con 1,145.50 metros cúbicos sobre 404 metros cuadrados; Güemez, 406.51 y 464 respectivamente; Llera 473 y 22.70; Reynosa 362.60 metros cúbicos y 494 metros cuadrados; Tula 616.98 y 5,280.80; y Victoria 11.90 y 41.
Finalmente la Semarnat registró a San Fernando en 2022, con 225 metros cúbicos de hidrocarburos fugados de un autotransporte, con daño a 187.50 metros cuadrados de superficie.
Ya una vez hecho el daño, uno de los recursos para la remediación en suelos es la biotecnología, línea de la tecnología ambiental que mediante el uso de bacterias, hongos, lombrices y algas grandes degrada las concentraciones de hidrocarburos.
Mientras tanto, una buena parte de flora, fauna y tamaulipecos seguirá expuesto a derrames y fugas como los enumerados.
Por Magdiel Hernández
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— Expreso (@ExpresoPress) October 17, 2022