Thruxted Mill, la planta de procesamiento de animales en el Reino Unido es ahora una fábrica abandonada que es descrita como una “espantosa escena de película de horror” por los restos de animales de ganado -principalmente vacas- que quedaron en el lugar desde hace años, cuando todos fueron eliminados debido a un brote masivo de la enfermedad del virus coloquialmente conocido como el mal las “vacas locas”.
Sin embargo, a años de haber sacrificado al ganado, los restos de los animales hallados pueden representar un peligroso riesgo para la salud de las personas ya que el virus de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), se mantiene incubado dada la dificultad para eliminar las moléculas que lo producen, advierte la comunidad científica citada por el Daily Star.
La antigua planta Thruxted Mill está ubicada en la ciudad de Canterbury en Kent y durante los últimos 16 años ha permanecido cerrada por el riesgo latente de que los humanos puedan contraer algún tipo de enfermedad. El terreno de la granja de poco más de 28 mil metros cuadrados estaba pensado para construir hogares; sin embargo, el riesgo biológico es tan grande que se decidió dejar abandonada la propiedad.
El profesor y neurólogo consultor Alan Colchester de la Universidad de Kent, advirtió que nunca se debe fomentar la actividad humana cerca de la planta y los bosques circundantes, ya que considera que en la planta de procesamiento de animales continúan presentes las moléculas que causan la enfermedad de la vacas locas ya que son extremadamente difíciles de destruir pueden incubarse durante varios años, sostuvo.
“De una película de terror”
Un bloguero identificado como RXQueen en el foro de exploración urbana del Reino Unido “28 Days Later”, indicó que visitó el lugar en mayo del año pasado. «He olido algunas cosas malas en mis tiempos de exploración, pero nada, absolutamente nada, superará este lugar. Era una mezcla de sangre, óxido, descomposición, aceite, mi**** de paloma y muerte».
El participante en el foro señaló que en Thruxted Mill encontró varios huesos de animales debajo de los molinillos que ya lucen viejos. El sitio sirvió durante las décadas de 1990 y 2000 en donde a diario recibía camiones llenos de restos de animales para que las máquinas dividieran los restos de grasa y la proteína de los huesos.
El olor fétido de los restos de los animales se impregnaba por los alrededores del campo, en los caminos circundantes, el bloguero señaló que habían restos de ganado esparcidos sobre el asfalto, hecho que fue confirmado por uno de los habitantes de la planta de procesamiento llamado Peter Hancox:
«He vivido aquí durante unos seis años y con frecuencia hemos tenido derrames de líquidos, pero esto era un montón de tripas demasiado lejos. El olor era horrible».
Al respecto, el profesor Alan Colchester sentenció que aquella fábrica de animales “es un riesgo biológico”, ya que dijo hay varias formas para que el ser humano entre en contacto con el virus. «El peor de los casos es que podría transmitir la enfermedad a animales o humanos a partir de materiales ambientales que han sido infectados en el pasado».
En caso de que el virus de la “vaca loca” sea transmitida a los humanos, la enfermedad podría causar pérdida de memoria, cambios de personalidad, movimientos espasmódicos anormales, pérdida de la función cerebral y pérdida de movilidad, de acuerdo con el profesor y neurólogo de la Universidad de Kent”.