Las 12,602 personas reportadas como desaparecidas y no localizadas en Tamaulipas son la herencia más pesada que recibió la administración estatal en materia de seguridad.
Una crisis tan grave, que en los anteriores sexenios se han denunciado más casos de desaparición que homicidios. En la administración panista, por ejemplo, se reportaron 4,471 desaparecidos de acuerdo al Registro Nacional de la Secretaría de Gobernación.
En el mismo periodo, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública confirmó 3,865 homicidios dolosos, de acuerdo a las cifras que proporciona la Fiscalía General de Justicia.
Un sexenio atrás, el de Egidio Torre Cantú, fueron 4,031 asesinatos y 5,087 desapariciones.
Así, se fueron construyendo las estadísticas dramáticas que todavía arrastra Tamaulipas y que dimensionan la crisis de violencia que empezó hace más de una década y que aún tiene consecuencias en la actualidad.
En ese contexto, por ejemplo, se inscribe el secuestro de cuatro estadounidenses, y el asesinato de dos de ellos, ocurrido la primera semana de marzo en Matamoros. Un asunto que generó incluso tensión internacional, por la intervención del FBI y por la presión de legisladores republicanos contra el Gobierno Mexicano, proponiendo incluso la intervención de fuerzas federales estadounidenses en territorio nacional.
Pero ese no fue el primer caso de ciudadanos americanos reportados como desaparecidos en México. De hecho, actualmente hay en el país -de acuerdo al contador de la Segob- 557 estadounidenses reportados como desaparecidos y no localizados en el país.
De esa cifra, el 31 por ciento desaparecieron en Tamaulipas. En total, hay 176 americanos desaparecidos no localizados en territorio estatal, de los cuales, el 91 por ciento fueron casos que corresponden a la anterior administración panista. De hecho, la cifra de estadounidenses desaparecidos en Tamaulipas es casi la mitad de los 384 extranjeros bajo esas condiciones.
El resto corresponde a nacionalidades como Guatemala, Honduras y otros países de Centroamérica y Sudamérica. Hay por ejemplo, reporte de 67 guatemaltecos no localizados, 50 hondureños, 36 provenientes de El Salvador, siete cubanos, dos haitianos y tres venezolanos.
CASOS SIN RESOLVER
A pesar de las cifras, los otros casos de extranjeros desaparecidos en los últimos años en Tamaulipas -sobre todo los estadounidenses- no habían sido tan mediáticos como el caso de los cuatro ciudadanos provenientes de Carolina del Sur, secuestrados el 3 de marzo en Matamoros.
Coincidentemente, en la misma fecha pero de hace dos años, tres mujeres originarias de Estados Unidos desaparecieron luego de cruzar a territorio mexicano.
Blasa Guadalupe Palomo, su hija Blasa Guadalupe “Lupita” Palomo y Perla Ercia viajaban a bordo de un vehículo Toyota Corolla color blanco modelo 2014.
Según los reportes oficiales, las tres provenían del sur de Texas, y la última vez que se tuvo noticias de ellas fue en Nuevo Laredo, también en Tamaulipas. El motivo de su visita a México, según un boletín del Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés), era buscar atención médica.
Según se supo, Perla tenía una cita con un especialista para tratar una infección ocular. Ninguna manifestó tener planes de permanecer en el país durante un período mayor al necesario para la visita médica.
Sin embargo, a más de dos años de su desaparición, su paradero aún se desconoce. La principal sospecha de las autoridades estadounidenses fue que habrían sido secuestradas, pero contrario a lo que ocurrió en el reciente caso en Matamoros, ninguna institución ofreció una recompensa a cambio de información que permitiera localizar a las mujeres.
Asimismo, las dependencias mexicanas no emitieron comunicados o pronunciamientos alusivos al aparente secuestro de Blasa Guadalupe, “Lupita” y Perla.
Al momento de su desaparición, Blasa Guadalupe Palomo tenía 38 años de edad y residía en Laredo, Texas. Los informes apuntaron que es una empresaria y cuando fue vista por última vez vestía una camiseta, pantalones y tenis negros.
Mide cerca de 1,60 metros de altura, tiene un tatuaje de “Medusa” en el hombro y uno más de una serpiente en el antebrazo.
Su hija, “Lupita” Palomo, tenía 18 años de edad cuando fue reportada como desaparecida.
Usaba una sudadera roja al momento de su posible privación de la libertad y mide aproximadamente 1,60 metros. Uno de los detalles más destacados por las autoridades es que la joven, por cuestiones de salud, necesita tomar medicamentos diariamente que no tenía a su alcance el día que viajó a México.
Por otro lado, Perla tenía 38 años de edad el 3 de marzo de 2021. Como rasgo distintivo, la corporación de seguridad indicó que tenía un tatuaje del símbolo de infinito en la muñeca izquierda.
Tiene ojos color marrón, cabello oscuro rizado y mide cerca de 1,65 metros. Sumado a esto, Perla es madre de un bebé que, cuando se perdió comunicación con ella, tenía entre tres y cuatro semanas de edad.
Actualmente, su hijo tendría dos años de edad y habría quedado bajo el cuidado de su abuela.
MIGRANTES EN LA MIRA
El Instituto Nacional de Migración y la Comisión Nacional de Derechos Humanos han alertado sobre la condición de vulnerabilidad en la que se encuentran los migrantes que atraviesan el país para intentar llegar a Estados Unidos.
En el 2021, de acuerdo con el Instituto Nacional de Migración, el secuestro y el tráfico de migrantes se incrementaron en un 675 por ciento y en un 503 por ciento, respectivamente, en comparación con 2020, reportó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
El organismo advirtió que, además, según datos de la Fiscalía General de la República, en el 2021 hubo un incremento del 700 por ciento en las carpetas de investigación en las que se ejercitó acción penal por el delito de secuestro, y 260.5 por ciento por el delito de tráfico de personas.
«Los sujetos pasivos de ambos ilícitos están debidamente identificados respecto a la nacionalidad, género y edad, siendo 87 posibles víctimas del delito de secuestro y 13 mil 378 en materia de tráfico», detalló.
Señaló que, durante 2021, las Policías estatales participaron en 159 operativos en los que aseguraron a 3 mil 922 personas extranjeras que eran transportadas de manera ilegal, principalmente en Aguascalientes, 397; Puebla, mil 49, y Tamaulipas, dos mil 44.
La CNDH publicó el Informe Especial sobre el estado que guarda el tráfico y el secuestro en perjuicio de personas migrantes en México 2021. Las principales propuestas que se desarrollan en el informe son la realización de reformas en la Ley de Migración para adecuar el tipo de tráfico de personas migrantes y con ello prevenir y sancionar dichos delitos.
Así como avanzar en el cumplimiento del objetivo prioritario 4 del Plan Sectorial de Gobernación para garantizar el pleno ejercicio y goce de los derechos humanos de todas las personas que radiquen, ingresen, residan, transiten o retornen a México, a partir del diseño, coordinación e implementación de una política integral de población y movilidad humana.
También se propone el diseño de un Registro Nacional en materia de Tráfico de Migrantes y atención a las víctimas, en el que las autoridades competentes en materia de seguridad del País reporten las acciones realizadas en el rescate de personas migrantes que hayan sido víctimas del delito de tráfico ilícito.
POR STAFF