+ Dura crítica gubernamental contra bribones que lastimaron a Tamaulipas
+ No hay cabida a la venganza, pero sí a la justicia para castigar latrocinios
+ La glosa debiera realizarse ante el pleno, para transparentar las acciones
Interesantes lecturas arrojó el mensaje político articulado por el gobernador Américo Villarreal Anaya, con motivo de su primer informe de labores, pues por un lado marcó una brecha profunda entre su régimen y el pasado (pero sin olvidar los agravios cometidos contra Tamaulipas que deberían castigar las instancias jurisdiccionales); y por otro refrendó que la reconstrucción de la entidad está en marcha, con el decidido apoyo presidencial, como nunca en la historia del estado hubo ocurrido.
En sesión pública y solemne del Congreso local, luego de entregar por escrito su rendición de cuentas respecto al ejercicio correspondiente sólo a 151 días, el mandatario dijo en tribuna que “Tamaulipas hoy respira libertad y ve hacia el futuro con esperanza”.
La fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional (PAN), entonces exhibió cartulinas con leyendas descalificadoras y a grito abierto hasta trató de interrumpir su perorata, pero Américo no se inmutó y por el contrario, les informó a los diputados que: “la transformación está en marcha, y consolida por mandato popular su carácter de irreversible”.
Refirió puntualmente las acciones y decisiones tomadas para devolver, al pueblo tamaulipeco, la certidumbre, la legalidad.
Y un gobierno que sirva verdaderamente a sus intereses: “El pueblo –comentó– ha tomado conciencia de nuestro momento, y lo que hoy define a Tamaulipas son nuestras obras, valores, resultados.
Pero, sobre todo, nos define el gran horizonte del futuro que tenemos…” Refirió el restablecimiento de puentes y sinergias con la Federación “lo que ha multiplicado beneficios para Tamaulipas, y la nueva relación con los 43 ayuntamientos, creando un nuevo modelo de cooperación”, dijo. Y resaltó que “el Estado y la Federación completamos esfuerzos y servimos con los mismos principios de no robar, no mentir y no traicionar al pueblo, ya que Auténticamente y de todo corazón, afirmo que Tamaulipas tiene como su mejor aliado al presidente de México Andrés Manuel López Obrador”.
Informó que consciente de su responsabilidad se avanza en el objetivo de conseguir paz y seguridad, “como lo ratifica, una caída sustantiva en los indicadores de la comisión de delitos”.
A los diputados les agradeció el respaldo brindado para la creación de la Guardia Estatal, lo cual ha sido decisivo para limpiar la vieja corporación que estaba penetrada por la corrupción y tuvo un desempeño indefendible.
Citó algunas de las acciones que ya están en marcha para impulsar el desarrollo económico como es reforzar el liderazgo aduanero y el comercio internacional, mejorar el desarrollo rural, la educación pública y como punto importante, la transformación del sistema de salud, a través de un modelo único para el bienestar.
Dijo que como un acto de justicia social y de congruencia con la visión humanista, se ha dado preferencia con acciones a los más pobres, por lo que el rubro con mayor crecimiento en el presupuesto de este año, es el destinado a la gente, a la inversión que va directo al bienestar y a la justicia social”.
LA CRÍTICA
Al término del evento protocolario, Villarreal Anaya se trasladó al Polyforum de Ciudad Victoria, donde dio un mensaje al pueblo tamaulipeco. Ahí reveló: “Encontramos una administración orientada al latrocinio y a la apropiación de recursos públicos. Su rapacidad y cinismo no tienen paralelo. Ahora que están fuera no les va a funcionar el intento de hacerse las víctimas, cuando el pueblo de Tamaulipas los conoce… y conoce muy bien el tamaño de su deshonestidad, de su patológica voracidad y la falta total de escrúpulos. Ya los padecimos. Nadie cree en sus mentiras y ya no tienen cabida…”
Así de claro y contundente lució el gobernador al referirse a la ‘gavilla’ que durante seis años saqueó las arcas en provecho propio y también de su parentela. Ante más de cinco mil asistentes, acusó que los funcionarios públicos incrustados en cargos gubernamentales (entre 2016 y 2022) “llegaron con una voracidad patológica y falta total de escrúpulos’, por lo que ya no tienen cabida en las esferas de la administración y deben ser castigados por corruptos.
“Nos es venganza, es justicia”, enfatizó al referirse a quienes aparecen en carpetas de investigación por diversos delitos como peculado, cohecho, desviación de recursos públicos, opacidad, enriquecimiento ilícito y demás.
Bastaron cinco meses y medio –concretamente 166 días–, para que el mandatario estatal decidiera hacer pública la rapiña cometida por Francisco Javier García Cabeza de Vaca y compinches –con pruebas contundentes a la mano–, sin vacilar en ningún momento, ni alterarse, aunque ése oprobio lo menos que amerita es alzar fuerte la voz por el daño mayúsculo causado a Tamaulipas.
Américo se vio firme. Y valiente, considerando la patología criminal del ‘cabezón’, quien debe estar rumiando de coraje porque el dedo acusador le fue puesto en la llaga. La respuesta del exmandatario no tardaría en divulgarse –en las redes sociales–, seguramente, aun cuando (él) sabe que la sociedad tamaulipeca se ha unido, pero en contra, por autoritario, abusivo, gandalla, pendenciero, ladrón y otros calificativos que lo han distinguido durante décadas.
Con este pronunciamiento, Villarreal Anaya rompe definitivamente con el pasado. Para bien –estableciendo una línea entre el antes y el después–, como lo han venido reclamando los tamaulipecos sumados al ‘proyecto de la esperanza’ –consistente en rescatar a Tamaulipas del marasmo y, sobre todo, reconstruirlo ante el colapso sociopolítico económico en que lo hundió la ilusa teoría de los ‘vientos del cambio’ Hubo en el mensaje gubernamental sobrados temas que ameritan ser analizados profusamente, por su contenido.
Y de ello me ocuparé en otras entregas. Por vía de mientras cito algunos:
+ La disponibilidad gubernamental de no quitar el dedo del renglón con relación a las investigaciones por malversación de recursos públicos, pese a la lentitud mostrada por la Fiscalía estatal;
+ El llamado del doctor Américo Villarreal para que los poderes judicial y legislativo atiendan su función en beneficio del estado, sin menoscabo de su independencia y autonomía;
+ La justicia laboral que se hace a la burocracia otrora castigada y muy vilipendiada por regímenes anteriores;
+ Los proyectos de inversión federal que incidirán positivamente en los sectores productivos para reorientar la economía y generar empleos; y + La política integral planteada por el gobernador, a fin de que ninguna persona quede al margen del crecimiento paulatino y ordenado –trátese de quien se trate–, siempre y cuando cumplan con el ordenamiento legal.
Esto –aplicado adecuadamente–, incidirá para alcanzar los tres rubros de mayor importancia para la transformación del estado como: el bienestar, la justicia social y la legalidad.
En lo sucesivo ahondaré sobre cada tema, por separado. Así como de la necesidad que habría de una fuerte sacudida al árbol gubernamental, pues, aunque el gobernador hizo un reconocimiento en su favor –algo así como pedir un voto de confianza hacia ellos–, no todos han trabajado en la misma sintonía…
Caminante no hay camino
El martes venidero la LXV legislatura del Congreso local decidirá en sesión de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) cuáles funcionarios estatales serán convocados a la glosa del primer informe gubernamental.
Hasta hoy se habla de los secretarios de Finanzas (Adriana Lozano Rodríguez), Administración (Jesús Lavín Verástegui) y de Bienestar Social (Verónica Adriana Aguirre de los Santos).
No obstante, por la importancia de las acciones emprendidas durante los primeros cinco meses de la administración gubernamental, sería bueno que citaran a los titulares de las áreas que presentan mayores problemas, como son: Finanzas, Seguridad Pública (Sergio Hernando Chávez García), Salud (Vicente Joel Hernández Navarro), General de Gobierno (Héctor Joel Villegas González, alias ‘El Calabazo’) y a la Contralora (Norma Angélica Pedraza Melo).
Aunque de paso podrían llamar a comparecer al fiscal general de Justicia (Irving Barrios Mojica) y al Auditor Superior (Jorge Espino Ascanio), para que expliquen por qué no han actuado contra los corruptos del pasado a quienes, se dice, siguen sirviendo.
Lo que no han dicho en el Congreso, es si las comparecencias serán en comisiones o ante el pleno, que sería lo más acertado.
Se hace camino al andar
Hubo en días previos a la sesión pública solemne de la LXV Legislatura del Congreso local pronosticadores, disfrazados de analistas, que aseguraron habría una pasarela de ‘corcholatas’ durante el evento y que el gobernador sería ‘cuerpeado’ por sus homólogos de 20 entidades más gobernadas por morena.
¡Vaya ligereza para anunciar acontecimientos que solamente caben en sus sueños de opio! No vinieron a Ciudad Victoria unos, aunque sí dos de los otros. Buen detalle.
Y esto demuestra la sensibilidad política del doctor Américo, por cuidar su relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador – quien, por cierto, el jueves que nos antecede visitó por cuarta ocasión en cinco meses la entidad–, y evitar que en Tamaulipas se haga futurismo sobre su relevo.
Cicuta
No asoman todavía los rumiantes embravecidos con la faena ejecutada por el doctor Américo Villarreal Anaya en la arena política, pero se advierte que antes de recibir la puntilla que les dé pasaporte al matadero embestirían de manera mañosa (que característica suya) tratando de cornear al torero.
Sobre todo, al final de la lidia, cuando la vaca más arrebatada se niega a doblar las patas siendo que éstas le tiemblan por el estoconazo y sin más recurso que su afilada cornamenta tira derrotes a diestra y siniestra, con un marcado propósito: clavarle sus astas al diestro.