El Clásico Mundial de Beisbol llegó a su fin para el seleccionado mexicano ayer tras caer en un dramático partido contra Japón, pero a su paso dejó múltiples historias dignas de contarse como la de Randy Arozarena, el beisbolista de origen cubano que se enamoró de México y defendió los colores nacionales con creces.
Randy Arozarena González nació en Pinar del Río, Cuba el 28 de febrero de 1995, y fue ahí en su natal nación donde comenzó su afición por deporte, pero no por el beisbol, pues el ahora pelotero profesional de Grande Ligas comenzó practicando fútbol, una afición que le llenaba y donde su máximo ídolo era Cristiano Ronaldo y su equipo favorito era el Real Madrid.
Después de varios intentos por desarrollarse como futbolista, el cubano decidió probar suerte en el beisbol, uno de los deportes más populares en la isla y de cual se enamoró para después convertirse en un pelotero bien desarrollado, encontrando ahí su verdadera vocación, la cual lo llevó en 2013 con 18 años de edad a jugar con los Vegueros de Pinar del Río de la Serie Nacional de Cuba.
Randy estuvo ahí hasta el 2015, año que para él fue decisivo, pues las aspiraciones eran muchas y las oportunidades pocas, razón por la cual el joven ya de 20 años de edad decidió emprender la aventura en otro país para mejorar las condiciones de vida de él y su familia, zarpando ese año en una balsa hacia México.
Ya en México, establecido en Mérida, Yucatán, Arozarena se probó y fue aceptado en 2016 para jugar en la liga local de beisbol, para después emprender otro viaje pero al norte del país, donde formó parte de los Toros de Tijuana de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), y también de los Mayos de Navojoa en la Liga Mexicana del Pacífico (LMP) durante el invierno.
De ahí, el pelotero fue seguido por visores de Grandes Ligas, quienes los llamaron a formar parte de los Cardenales de San Luis, pero en ligas menores en 2017, firmando su primer contrato en los Estados Unidos.
La gran historia de Randy Arozarena; de ‘balsero’ a las ligas mayores
El cubano quería ser futbolista, era fan de Cristiano Ronaldo y del Real Madrid; practicó el beisbol en su natal Cuba, emigró a México y llegó a Grandes Ligas.
El Clásico Mundial de Beisbol llegó a su fin para el seleccionado mexicano ayer tras caer en un dramático partido contra Japón, pero a su paso dejó múltiples historias dignas de contarse como la de Randy Arozarena, el beisbolista de origen cubano que se enamoró de México y defendió los colores nacionales con creces.
Randy Arozarena González nació en Pinar del Río, Cuba el 28 de febrero de 1995, y fue ahí en su natal nación donde comenzó su afición por deporte, pero no por el beisbol, pues el ahora pelotero profesional de Grande Ligas comenzó practicando fútbol, una afición que le llenaba y donde su máximo ídolo era Cristiano Ronaldo y su equipo favorito era el Real Madrid.
Después de varios intentos por desarrollarse como futbolista, el cubano decidió probar suerte en el beisbol, uno de los deportes más populares en la isla y de cual se enamoró para después convertirse en un pelotero bien desarrollado, encontrando ahí su verdadera vocación, la cual lo llevó en 2013 con 18 años de edad a jugar con los Vegueros de Pinar del Río de la Serie Nacional de Cuba.
Randy estuvo ahí hasta el 2015, año que para él fue decisivo, pues las aspiraciones eran muchas y las oportunidades pocas, razón por la cual el joven ya de 20 años de edad decidió emprender la aventura en otro país para mejorar las condiciones de vida de él y su familia, zarpando ese año en una balsa hacia México.
Ya en México, establecido en Mérida, Yucatán, Arozarena se probó y fue aceptado en 2016 para jugar en la liga local de beisbol, para después emprender otro viaje pero al norte del país, donde formó parte de los Toros de Tijuana de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), y también de los Mayos de Navojoa en la Liga Mexicana del Pacífico (LMP) durante el invierno.
De ahí, el pelotero fue seguido por visores de Grandes Ligas, quienes los llamaron a formar parte de los Cardenales de San Luis, pero en ligas menores en 2017, firmando su primer contrato en los Estados Unidos.
Para Randy, ese contrato significó mucho, pues gracias a el es que pudo traer a su familia de Cuba a México, dejando a su madre y dos hermanos establecidos en Mérida, Yucatán.
Después de múltiples pruebas y una que otra lesión, el cubano regresó a Navojoa donde estuvo dos temporadas más, hasta que el 12 de agosto de 2019, los Cardenales lo seleccionaron para ir a Grandes Ligas, así Randy debutó el 14 de agosto en la “Gran Carpa” frente a los Reales de Kansas City.
Un año después de su debut, Arozarena fue canjeado a las Mantarrayas de Tampa Bay, con quienes el cubano ya jugó una Serie Mundial contra los Dodgers de Los Ángeles, la cual a pesar de su gran actuación perdieron en 2020 en seis juegos.
Después de haber llegado a la final y ya con un nombre ganado en Grandes Ligas, Randy solicitó en redes sociales el apoyo de las autoridades mexicanas, en particular del presidente Andrés Manuel López Obrador para nacionalizarse mexicano.
Cabe señalar que Arozarena es padre de una niña mexicana, la cual nació en 2018 en Mérida, razón por la cual además del agradecimiento que él ha expresado abiertamente tiene por México, solicitó dicha nacionalización, prometiendo que si esta llegaba y era convocado para el Clásico Mundial de Beisbol, él acudiría a representar los colores nacionales.
Luego de presentar la documentación y acreditar la misma, el 25 de abril de 2022 Randy obtuvo la nacionalidad mexicana y cumplió su palabra representado a México en el clásico, donde se volvió la figura no sólo de la selección mexicana sino de todo el torneo, al ser el jugador más mediático y uno de los beisbolistas más productivos de la novena nacional.
CON INFORMACIÓN DE EXCÉLSIOR