La nostalgia invade la memoria de los que- alguna vez jóvenes- en los 90s y en la primera década de los 2 mil acudieron el ultimo día de clases previo a Semana Santa a playa Miramar. Al «playazo»
A casi 30 años desde que se tiene registro de los primeros encuentros de jóvenes en el centro de recreación pública, es evidente de que no hay forma de que las nuevas generaciones puedan encontrar en la playa un lugar común para divertirse y rebosar en los excesos.
«A mediados de los 90’s, estábamos en la carrera de Ingeniería, en la universidad y el ultimo día se organizaba todo para irnos a la playa. Camionetas, carros repletos de estudiantes para divertirse. En el camino se compraba cerveza, cigarros y no había más que llevar», recuerda Edgar Rodríguez Castro, de aquellos años.
Los estudiantes en su mayoría de las instituciones educativas de carácter público habían establecido un código para celebrar el final del periodo de clases, antes de las vacaciones de Semana Santa: el playazo.
«Hoy lo vemos como mucha buena onda de la banda, de los compañeros que acudían, de las chavas, de todos, porque ya nada más nos queda el recuerdo», dice R. Castro.
EL RECUENTO DE LOS ¿AÑOS? ¿DAÑOS?
De acuerdo con la Hemeroteca de La Razón, el fenómeno del «playazo» tiene sus primeros conteos oficiales entre 2004 y 2006.
Las cifras reportadas a través del Ayuntamiento de Ciudad Madero, en 2004 revela que asistieron mas de 200 mil personas y 35 mil unidades motrices.
La playa fue «cerrada» poco después de las 10 de la noche y el encuentro de jóvenes se extendió durante la madrugada auspiciado por la presentación de bandas de rock, regional mexicano y música electrónica (new ave) en varios stands instalados en la playa.
Los poco más de 100 elementos y 12 patrullas, que participaron en labores de vigilancia fueron superados por mas de 36 peleas campales, 189 personas detenidas por faltas, riñas y alterar el orden y la paz pública.
En 2005 las condiciones climáticas fueron adversas y los datos arrojan poco o nada de movilidad de jóvenes.
TRANSICIÓN GENERACIONAL 2007-2009
Para 2006, la transición generacional de los adultos jóvenes de los 90s y los muchachos del nuevo milenio arrojo una cifra de 82 mil personas, cerca de 20 mil vehículos, 102 personas detenidas, 26 riñas y 56 atendidos por los cuerpos de emergencia por lesiones o abuso de alcohol.
Las advertencias se hicieron llegar a través de la iglesia católica, las asociones de padres de familia que pedían aplicar exámenes para evitar la «fuga» o «pinta» de los jóvenes de las instituciones escolares.
En 2007 , el conteo de las autoridades advierte un ingreso de 90 mil jóvenes, 65 detenidos, un dispositivo de seguridad superior a los 500 elementos.
Ese año, ya se acampaba desde la noche anterior para obtener un buen lugar en donde pasar el ultimo viernes de clases.
Las imágenes dan paso a muchachos con el rostro ensangrentado, atenciones por congestión alcohólica y durante las noches, una fiesta que se prolongó hasta el amanecer del sábado.
En 2008, fue el último año en el que los jóvenes acudieron a divertirse sin mayores problemas.
Los «jóvenes» de los 90’s ya estaban muy «grandecitos» y ocupados con sus problemas de adultos, mientras que la siguiente generación ya no tenía el mismo interés.
Esa noche , del viernes 14 de marzo fue la última que se recuerda una asistencia en la que se conjugaron un excelente clima y un buen ambiente para decirle adiós a una tradición.
Las cifras fueron así: 80 mil visitantes, 6 lesionados, 20 riñas y 82 detenidos.
Nunca más se volvieron a tener números en esas cantidades.
2009 al 2023
En el 2009 se dispuso de un operativo de seguridad pùblica como nunca antes en el centro de recreación pública: 400 elementos policiacos, 30 de Protección Civil, 60 socorristas y 78 agentes de vialidad.
En ese año se contabilizaron 67 mil paseantes, 79 detenidos, seis peleas campales y una imagen que refleja la crisis de inseguridad que afectaba a los habitantes de todo el país por la comisión de delitos de alto impacto.
Las áreas con mayor ocupación fueron Plaza Gobernadores, y las plazoletas de Sirenas. El resto de la playa quedo desolado.
Entre 2010 el playazo fue suspendido completamente por el tema de la inseguridad que prevalecía entonces.
En 2011, el conteo arrojo 20 mil jóvenes, 9 detenidos y una pelea entre dos mujeres .
A partir de ese momento, de acuerdo con las crónicas periodísticas, el playazo no volvió a ser el mismo.
Los siguientes años fueron marcados por el desinterés de los muchachos de participar en lo que alguna vez fue calificado como un fenómeno social de grandes proporciones.
Por José Luis Rdz.