300 niñas y niños de México alzan su voz con sus propuestas en el 12° Parlamento de las Niñas y Niños de México, en la Ciudad de México. Una experiencia de participación democrática que favorece la promoción, la defensa y el ejercicio pleno de sus derechos humanos, como dispone la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.
Se trata de un espacio abierto, del 3 al 6 de mayo, para el ejercicio del derecho a participar en un proceso de representación y escuchar las diversas opiniones de las y los legisladores infantiles que, de manera libre, de acuerdo a su edad, madurez y desarrollo cognitivo, exponen para incidir en su entorno.
El Parlamento infantil es una actividad alejada del adultocentrismo, es decir, sin las descalificaciones de las opiniones de las niñas y niños, solo por no ser adultos; otorgando el debido respeto a todas sus opiniones, expresadas sin la intervención o dirección de alguna persona adulta.
A este ejercicio cívico convocan diversas instituciones como las Comisiones de Derechos de la Niñez y Adolescencia de la Cámara de Diputados y la del Senado de la República, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el Instituto Nacional Electoral (INE), la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF).
El 12° Parlamento infantil no son simples elecciones escolares que permiten elegir a 300 representantes para que solo se diviertan jugando a legislar. Se trata de una acción que forma parte de la Estrategia Nacional de Cultura Cívica (ENCCÍvica) que se ha implementado desde 2017, en todo el país, a través del Instituto Nacional Electoral y los 32 institutos electorales locales.
Una política pública diseñada a partir del reconocimiento de la debilidad de la cultura democrática de las y los mexicanos, documentado en diversos estudios como el “Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México” (2014).
El eje estratégico: Diálogo que, junto con los ejes de la Verdad y la Exigencia, conforma la columna vertebral de la ENCCÍVICA, contempla la promoción de la cultura cívica en los entornos escolares, con la cual se promueve la construcción de prácticas de socialización democráticas entre los distintos actores que participan en el proceso de formación educativa (estudiantes, profesores, directivos, padres de familia) y, entre éstos y su comunidad inmediata, para fomentar mediante el diálogo, relaciones sociales basadas en valores cívicos y éticos (respeto, tolerancia, reconocimiento, cooperación, solidaridad, honestidad) a favor de una cultura de la paz, el disfrute de la diversidad, la participación y la convivencia.
Sabemos que los valores cívicos se aprenden desde edades tempranas, tanto en el entorno familiar como en la educación formal; por lo que ser niña o niño no es una limitante para interesarse en la vida pública de México, para reconocer que todas y todos tenemos derecho a cuestionar a quienes nos gobiernan y a exigir rendición de cuentas.
Por lo anterior, las escuelas primarias son el área fértil para sembrar y cultivar a las y los demócratas que necesitamos para que, el día de mañana, organicen las elecciones, gestionen las mejoras de su comunidad, presidan un cabildo, gobiernen una entidad federativa u ocupando la silla presidencial, con una verdadera convicción de favorecer los intereses del pueblo. Niñas y niños que, hoy, están aprendiendo a ser demócratas.
¿Usted, qué opina?
POR NOHEMI ARGÜELLO SOSA