CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Calles Cristóbal Colón y Alberto Carrera Torres. Héctor Valderramos, 30 años, termina de recolectar entre los automovilistas la cooperación por el breve espectáculo que ha ejecutado y, sudoroso y agitado, encara a EXPRESO.
-¿Qué es más filoso, la vida o los machetes?
-¡No pues la vida! La neta, la vida.
-¿Le ha ido mal?
-Por el momento estoy pasando problemas con mi pareja y pues estamos separados.
Desde hace más de 6 años elige el mejor crucero, trepa a una pequeña escalera de aluminio, sobre esta atravesado un trozo de tubo de PVC y encima a su vez un pedazo de madera en el que hace equilibrio.
Y empieza a lanzar al aire uno a uno los 3 machetes hoja de metal…de a deveras, de unos 50 centímetros de largo.
Héctor apenas se menea un poco sin despegar los ojos a los filosos objetos que se elevan desde sus manos y muy rápido caen de regreso. Solo la punta les ha doblado.
-¿Has tenido algún percance, herida?
-No grave, pero sí me he dado algunos golpes con ellos. No nada más manejo machetes, también manejo antorchas, clavas, hago fuego (tragafuego) también, a veces, en las noches.
Unas cuantas horas de acto circense le deja más dinero que si trabajara 8 en una maquiladora.
“También dependiendo de la gente o el semáforo en que esté, porque no en todos es igual, 300, 400 (pesos) yo creo”, calcula.
Enlista de inmediato lo que le resuelve el ingreso: “hay que pagar renta, hay que comprar mandado, hay que pagar luz, agua, por el momento vivo solo”.
El artista aprendió de otro sus malabares -“le dicen ‘Demente’ (risas)”- y se lanzó al asfalto de Victria a sorprender a los conductores, peatones y otros mirones.
“Por gusto y por necesidad también; me gusta hacer esto porque no tengo jefe, es mi propio horario y todo; y por necesidad por los gastos que se tienen que pagar.
Valderramas confiesa que desde niño le ha gustado el circo. “Todavía de hecho, me sigue encantando ir al circo a ver”.
Mostrar sus acrobacias en uno sería un buen negocio. “Creo que sí, la verdad. No se me ha dado la oportunidad de presentarme en un espectáculo”.
Sólo terminó la secundaria y del porqué no continuó la preparatoria y luego una carrera profesional es algo que lo pone serio y algo desencajado.
“Pues…ahí sí no sé, no sabría decirle”.
Termina la entrevista con algo de lo que sí está seguro: “Pienso más en poner algún negocio, no sé aún de qué, pero sí me gustaría tener algún negocio”.
Por Magdiel Hernández
EXPRESO-LA RAZÓN