Los principales representantes del panismo tamaulipeco ya llevaron a otro terreno su batalla por las candidaturas en disputa para el 2024.
Faltan cuatro meses para que se inicie oficialmente el proceso electoral concurrente de 2024, que marcará un momento crucial en la vida del país, sin embargo, la carrera ya comenzó y es muy intensa.
En ese contexto, la pelea por las candidaturas de las inevitables alianzas Morena-PT-Verde y PAN-PRI-PRD ya está en marcha y lo mismo a nivel nacional que en los 32 estados, los 300 distritos electorales federales y en los más de dos mil municipios, las cosas se empiezan a poner candentes.
En Tamaulipas el caso es un ejemplo de cómo la polarización que ha alentado desde hace años Andrés Manuel, está pasando factura a todos por igual, pero por ahora no será el tema central de las campañas, ya que la atención está puesta en las designaciones de los candidatos y candidatas.
Y así como parece haber tiempo suficiente para que de aquí a fin de año se conozcan los nombres de las y los aspirantes al Senado, a las diputaciones federales, locales y las 43 Alcaldías de Tamaulipas, en realidad la dinámica nos plantea que lo que hay es prisa.
Prisa por caminar más rápido, por correr en el caso de los nuevos y por dar saltos enormes en lo que se refiere a quienes apenas están asomándose con intenciones de ser tomados en cuenta para 2024 o más adelante. De cualquier manera se trata de una pelea que ya empezó y en la que se reconoce que la competencia más fuerte es la interna.
El PAN se debate entre la conveniencia de forzar un repliegue del cabecismo enquistado en su dirigencia con Luis René “Cachorro” Cantú y el resurgimiento del panismo tradicional; en Morena se da una sorda lucha entre el grupo que se apropió de algunas de las posiciones claves en el partido y en el aparato burocrático, con la nueva corriente emergente identificada directamente con el primer círculo del poder.
Hay tiempo, pero también prisa, porque mientras en el PAN se da por descontado que por méritos la candidatura a Senado tendría que ser para el Alcalde de Tampico, Chucho Nader, por los resultados políticos, la imagen y la excelente evaluación que hacen de su gestión los tampiqueños, por el bando cabecista hay una corriente fuerte que pretende otorgarle esa nominación a Ismael García Cabeza de Vaca, empujar para que su hermano Francisco sea considerado en la lista plurinominal y que Imelda Sanmiguel -cercana a Ismael-, sea la otra postulada.
Hay prisa porque en ese contexto, la dirigencia estatal panista que controlan Ismael y Francisco a través de su personero, el motejado “Cachorro” Cantú, quieren colocar en candidaturas a las Alcaldías y diputaciones a miembros de esa cofradía, incondicionales seguidores de Francisco y hasta sumisos mandaderos de Ismael.
Por eso es interesante ver cómo se van alineando las cosas en lo nacional y en lo estatal. Mientras los cabecistas pugnan
por quedarse con la mayor parte de las posiciones en juego, quienes tienen más mérito y posibilidades se mueven en el tablero nacional. Así debe entenderse el activismo discreto que vine haciendo desde hace tiempo Chucho Nader.
Nader estuvo hace días en la Cámara de Diputados, previo al cierre del período ordinario de sesiones y aprovechó para dejar constancia de las excelentes relaciones que mantiene con el dirigente nacional Marko Cortés, así como con el diputado Santiago Creel y el coordinador de los diputados federales panistas, Jorge Romero Herrera.
Todos ellos reconocen el trabajo político y la buena calificación ciudadana que tiene Chucho. Todos ellos están enterados de la posición que tiene el Alcalde de Tampico en las distintas encuestas que se han realizado desde hace tiempo y también, coinciden en que éste no es el momento para que el cabecismo se mantenga insistente en arrebatar las candidaturas que no merece.
La dirigencia nacional y los principales actores saben que darle al cabecismo la oportunidad de seguir enviando candidatos afines, va a significar la pérdida de apoyo popular, de más voto y posiblemente hasta de las principales posiciones que todavía tiene en Tamaulipas, como la mitad del Congreso y la Alcaldía de Tampico, la joya de la corona.
El escenario de la pelea por las candidaturas panistas está en otro nivel, en un escenario más equilibrado y en una situación en la que los principales factores de poder nacional dentro del PAN saben que no pueden cometer otra vez el error de dejarle a Francisco e Ismael la decisión de poner candidatos incondicionales, aunque no siempre competitivos. La historia reciente así lo confirma.
POR TOMÁS BRIONES
abarloventotam@gmail.com
@tomasbriones