Ser madre es una etapa hermosa en la vida de una mujer, si es deseada, elegida y se cuenta con los recursos mínimos, tanto económicos como humanos, para enfrentar esta gran responsabilidad.
Pero para ser madre, el proceso del parto no es tan sencillo como nos lo cuentan. En muchos casos se sufre de violencia física, psicológica o emocional. A esto se le llama violencia obstétrica. Es derecho e las mujeres exigir un trato respetuoso y digno, por lo que resulta identificar aquellas conductas que violan sus derechos reproductivos de las mujeres.
En la Ley para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres en Tamaulipas, se le define como toda acción u omisión que ejerza el personal médico o de salud, que dañe, lastime, denigre o cause la muerte durante el embarazo, parto o puerperio.
Las conductas incluyen la negligencia en su atención propiciada por la falta de un trato humanizado; el abuso de medicación y patologización de los procesos naturales, considerando como tales, la omisión de la atención oportuna y eficaz de las emergencias obstétricas;
Así como la práctica del parto por vía de cesárea, existiendo condiciones para que éste sea natural. El parto vía cesárea podrá efectuarse siempre y cuando no existan riesgos que, a consideración del médico, entrañen un probable daño a la salud del producto o de la paciente; el uso de métodos anticonceptivos o esterilización sin que medie el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer; y obstaculizar sin causa médica justificada el apego precoz del niño o niña con su madre, negándole la posibilidad de cargarlo y amamantarlo inmediatamente después de nacer;
El pasado mes de abril, la diputada Úrsula Salazar, presidenta de la junta de Coordinación Política del Congreso del Estado de Tamaulipas, propuso adicionar otras conductas constitutivas de violencia obstétrica, en el tenor siguiente:
• Practicar procedimientos innecesarios, tales como cortes, revisiones, u obligar a la mujer a parir en posición supina y con las piernas levantadas, existiendo los medios necesarios para la realización del parto vertical;
• Proporcionar los servicios médicos sin perspectiva de género o sin respeto por la autonomía reproductiva, independencia, pudor o dignidad de las mujeres, mediante prácticas tales como solicitar, sin existir necesidad urgente, la autorización de terceras personas para la realización de procedimientos médicos o permitir que estas decidan respecto de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer; y
• Usar el parto como recurso didáctico formativo, sin el consentimiento consciente, informado y expreso de la mujer.
Las mujeres tenemos derecho a parir sin violencia; tenemos el derecho a vivir la experiencia de ser madre sin miedo a ser abusadas y violentadas.
Independientemente de ser madre con sin violencia obstétrica ¡Feliz día de las madres!
¿Usted, qué opina?
POR NOHEMI ARGÜELLO SOSA