¿Hasta dónde puede ir la traición del régimen? Con mucha frecuencia, actúan en contra de sus propios intereses. ¿Por qué no les interesa tener un lugar digno en la historia? ¿Qué los guía?
La actual gestión romperá muchos récords, homicidios, está por lograrlo. Los indicadores de salud se desploman como nunca antes. La esperanza de vida cae alrededor de cuatro años, y la explicación está más allá de la negligencia criminal que vivimos con el covid. La educación está sumida en un pantano, no tienen ni rumbo ni plan pedagógico. De ciencia y tecnología ni hablar: no creen en la ciencia y persiguen a investigadores. La inversión pública será la menor en cuatro sexenios, o sea, mucho peor que con los “malditos neoliberales”. El desabasto de medicinas es un logro inédito que ha llevado al sufrimiento y la muerte a muchos. De la carencia de vacunas básicas, veremos las consecuencias, con nuevos brotes de poliomielitis y sarampión, que habían desaparecido. No les importa su lugar en la historia.
La corrupción galopa en todos los frentes con agregado, la milicia. Por eso muchos de adentro están furiosos. La degradación del lenguaje político no tiene precedentes. Frente a lo que escuchamos a diario, los de atrás eran “finos caballeros”: amenazas, majaderías, insultos, mentiras, calumnias que a diario se lanzan desde el púlpito presidencial. Cada gestión buscaba crear instituciones: Cárdenas, el IPN, el Colegio de México, el INAH. Ávila Camacho, el IMSS, el Colegio Nacional. Miguel Alemán legisló sobre el voto de las mujeres, estableció el INBA, el Instituto Nacional de la Juventud, el Indigenista y el de la Investigación Científica. Ruiz Cortines fundó el Consejo Nacional Técnico de la Educación y fortaleció al IPN. López Mateos creó el ISSSTE, impulsó los libros de texto gratuitos, la industria eléctrica nacional, el actual Museo Nacional de Antropología. El sistema nacional de salud pública es una saga de seis décadas, la Secretaría de Salubridad y Asistencia nace en 1943. El Instituto Mexicano del Petróleo y la primera línea del Metro son creaciones de Díaz Ordaz. Echeverría impulsó los puertos, creó el Infonavit, el Instituto Mexicano de Comercio Exterior, la UAM, la Profeco, el Fonacot, el Conacyt. López Portillo impulsó la LOPPE, que abrió la puerta a la pluralidad política. De la Madrid, el Imer, el Imcine, Imevisión, un año de preescolar, la Secretaría de Turismo, la Comisión de Estudios del Territorio Nacional, el Grupo Contadora. Salinas, el innombrable, logró el TLC, que cambió el rumbo económico de México; modificó el artículo tercero y una nueva Ley General de Educación, legisló la autonomía de Banxico, la CNDH. Zedillo dio autonomía al IFE, impulsó la flotación del peso, el Tratado de Libre Comercio con Europa, la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, que evitó el encarecimiento de los servicios de salud. Aunque debatida por su forma, dio vida a una nueva etapa de la SCJN. Fox creó el Ifai y consiguió el mandato constitucional para el establecimiento de los institutos locales de transparencia, también el Coneval, y amplió el preescolar. Calderón entregó 1,100 nuevos planteles de educación media superior, impulsó una reforma fiscal y consolidó el sistema de pensiones. Peña Nieto, otro innombrable, impulsó la reforma energética, la reforma en materia de competencia económica, dos de las 11 reformas estructurales y mucha infraestructura, palabra que no podía pronunciar en inglés.
La llamada 4T comenzó destruyendo el AICM, que tendrá que reponerse y, en el quinto año, continúa destruyendo. Ha traicionado una historia de construcción institucional que es parte de la vida de los mexicanos. ¿Cuál es el enemigo final en esta historia, cuál sería su victoria? En todo saldrán mal evaluados y no les importa. No pertenecen a la nación, por más que invoquen al pueblo. No son ciudadanos, pues atentan contra las instituciones.
Son una tribu y tienen su propio código de guerra. El resto de la nación es su enemigo.
POR FEDERICO REYES HEROLES