Cuando se escribía esta columneja la tendencia del voto favorecía a Morena en el estado de México y de no haber sorpresa estilo PRI de última hora, la maestra Delfina Gómez Álvarez estará en la oportunidad de inaugurar la nueva era humanista en una entidad donde la oligarquía originaria de Atlacomulco ha sido influyente desde hace muchos años. De dicho grupo surgieron los gobernadores, Isidro Fabela, Alfredo del Mazo Vélez, Alfredo del Mazo González (abuelo y padre del actual mandatario Alfredo del Mazo Maza). Además, Salvador Sánchez Colín, Arturo Montiel Rojas y desde luego Enrique Peña Nieto cuya frívola e irresponsable historia repitió siendo presidente de la nación.
El caso de Carlos Hank González es especial ya que siendo originario de Santiago Tianguistenco fue arropado por los gentiles al destacarse como líder magisterial del lugar a donde fue enviado tras concluir sus estudios normalistas. Se le considera entonces, parte del grupo Atlacomulco. De “el profesor” se cuenta que para completar los gastos instaló una pequeña tienda de dulces mientras se especializaba en las materias de historia y biología que posteriormente impartió a nivel secundaria.
Es sabido que CHG por su carisma y facilidad para relacionarse, llegó a ser gran empresario transportista tanto que en 1999 su fortuna fue calculada en 1300 millones de dólares. Alcanzó la gubernatura y diversos cargos federales, pero también la Regencia del DDF donde destacó por la creación de ejes viales que aligeraron la circulación vehicular. Al respecto fue severamente criticado no solo por expropiar terrenos e inmuebles por causa de utilidad pública, sino por atentar contra la ecología al destruir importantes áreas verdes. En este sentido recordamos la defensa demagógica y alto contenido sentimental al señalar: “un maestro rural como yo, es incapaz de lastimar la naturaleza cuando bajo la sombra de los árboles llegué a impartir clases a alumnos y alumnas que ahora son ejemplo de ciudadanos (as) honorables y patriotas”. Ahí terminaron los ataques. Pudo ser presidente de la república, pero lo impidió una ley de entonces que obligaba a quienes pretendieran el cargo ser hijos de mexicanos y su padre era alemán que había servido al ejército de aquella nación.
El asunto es que ahora una mujer aparece como favorita para ocupar la gubernatura por primera vez en un estado controlado por el machismo priista, (el tricolor gobierna desde hace casi, cien años). Es maestra, se llama Delfina y está formada con los ideales de la Cuarta Transformación que pretende la revolución de conciencias, el rescate del patrimonio nacional, terminar con la corrupción, revalorar el papel de la política y sobre todo concretar en forma plena la democracia y justicia social. Tareas no fáciles de realizar cuando persiste el activismo del grupo reaccionario beneficiado por el neoliberalismo que a través del enfermizo amasiato PRI, PAN, PRD intenta reconquistar espacios perdidos precisamente, por su inmoralidad y traición a la patria.
De manera que el avance de Morena es incontenible y el próximo año irá por la mayoría calificada en el congreso de la Unión. Mientras tanto es risible la afirmación opositora respecto de que esta elección definirá la presidencial donde confían en derrotar al partido de AMLO. ¡Ganas tienen y con ellas se entretienen! Por el contrario, salvo en Coahuila, (de donde podría recibir respiración artificial con el probable triunfo de este domingo), la desaparición del PRI es inminente en tanto que la maldita coalición se araña y mordisquea por la candidatura presidencial. La quieren Alejandro Moreno Cárdenas, Lilly Téllez, Santiago Creel, Marko Cortés, Silvano Aureoles y los y las que se agreguen a esta tómbola de incontenibles ambiciones.
EVITAR LA IMPUNIDAD
Importa no perder de vista la denuncia del gobernador Villarreal Anaya respecto de las 52 carpetas sobre irregularidades detectadas durante el proceso entrega-recepción de la administración sexenal. En gran medida significan la situación que guarda el patrimonio de los tamaulipecos y la necesidad de que los puntos obscuros sean aclarados bajo la presunción de que algunos recursos no fueron aplicados en forma correcta o bien desviados hacia objetivos diferentes al beneficio social.
El hecho toma características especiales considerando que tal denuncia fue conocida en forma directa por el presidente López Obrador durante su estancia en Tampico la semana anterior, ello refuerza la convicción ciudadana de que las indagaciones deben llegar hasta donde sea necesario evitando que la impunidad imponga condiciones.
En este sentido, ¿será posible nombrar a un fiscal y equipo de trabajo que con independencia y lealtad institucional se encarguen de realizar la delicada tarea? Quizá debamos encontrar la respuesta en el congreso o, mejor dicho, “en la mayoría” que presume Morena. Américo Villarreal Anaya cumple con el deber de hacer públicas las irregularidades; toca a otras instancias ubicar a los responsables y actuar en consecuencia.
SUCEDE QUE
Por las carpetas conoceréis a los corruptos.
Y hasta la próxima
POR MAX ÁVILA