Al término de 2021, en el mundo se registraron 38 millones 400 mil personas están viviendo con el VIH, un millón y medio de nuevos contagios en los últimos doce meses y 650 mil personas murieron por enfermedades relacionadas con el SIDA. Esto representa una ralentización en el ritmo de reducción de las nuevas infecciones por el VIH, incentivado por el aumento en el acceso al tratamiento que va terminando con las muertes relacionadas con el sida.
En consecuencia, esta pandemia que inició hace más de 40 años, ahora, se ha convertido en una enfermedad crónica y el tamaño de la población contagiada ha aumentado.
Entre las personas que tienen mayor probabilidad de exponerse al VIH o transmitirlo, dadas sus prácticas sexuales y uso de sustancias, están los llamados grupos de población clave, entre ellos están las personas trabajadoras sexuales y sus clientes, personas homosexuales masculinas, hombres que tienen relaciones con hombres, mujeres trans, personas que se inyectan drogas, personas privadas de su libertad y otras personas en centros de internamiento.
Otras personas que, aun cuando no tienen prácticas de riesgo, están en peligro de contagio por VIH son las pertenecientes a grupos en situación de vulnerabilidad y desigualdad. Su riesgo radica en las condiciones psicológicas, económicas, sociales y/o culturales que los hacen susceptibles de sufrir violaciones a sus derechos humanos. Estos grupos son la población infantil (especialmente, la nacida de madres con VIH), adolescentes, mujeres víctimas de trata de personas o violencia sexual, embarazadas, personas adultas mayores, indígenas, afrodescendientes, personas migrantes, personas en situación de calle, personas con discapacidad, grupos de la diversidad sexual y de género.
Por lo anterior, es necesario redoblar esfuerzos para proteger a toda la población. Con este propósito, después de casi 13 años, se actualizó la Norma Oficial Mexicana Para la prevención y el control de la infección por Virus de la Inmunodeficiencia Humana, la NOM-010-SSA2-2010. Un instrumento indispensable para la contención de esta pandemia, en México.
La NOM-010-SSA2-2023 incorpora nuevas obligaciones para el sector salud, como las intervenciones de prevención basadas en el uso de Antirretrovirales previamente a la exposición al VIH, en grupos de población clave, sin distinción de derechohabiencia, es decir, gratuitos.
Esto se traduce en una mejor calidad de vida para las personas que viven con VIH y, a la vez, previniendo el contagio de sus parejas, garantizado su derecho a vida digna.
Otra cuestión nueva es la que se refiere a las niñas, niños y adolescentes que deseen realizarse a quienes se les deberá brindar la atención necesaria sobre la infección y su tratamiento, de acuerdo con su grado de madurez y desarrollo. Aun cuando la recomendación de ONUSIDA es que no se requiera el consentimiento parental porque, a menudo, aumenta el riesgo de infección por el VIH y otros problemas de salud entre los adolescentes; se dispone que a la persona adulta que les represente se le dará la participación que corresponde legalmente.
Celebramos estas nuevas disposiciones que abonan a la lucha contra esta vetusta pandemia que está íntimamente relacionada con la discriminación y la violencia de género. Pandemias que, poco a poco, se irán debilitando con la participación de las personas de población clave, de grupos en situación de vulnerabilidad y del resto de la población en el cuidado de su salud y con la implementación de nuevas acciones contra el VIH – SIDA.
¿Usted, qué opina?
POR NOHEMI ARGÜELLO SOSA