CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- A un conductor ebrio, la vida le dio una segunda oportunidad, ya que luego de volcar su camioneta acabó prensado por un lapso de dos horas, y en gran riesgo de morir aplastado.
Justo las 15:30 horas se hicieron múltiples llamadas al 911, informando que una persona estaba atrapada tras volcar en el kilómetro 9 de la carretera Interejidal, a unos cuantos metros de la entrada al ejido Alianza de Caballeros.
Paramédicos de la Cruz Roja llegaron al lugar, para darle los primeros auxilios a Alfredo Cruz, de 60 años de edad, que estaba con medio cuerpo atrapado entre la puerta y el marco de su unidad.
Si perder más tiempo, los elementos pidieron el arribo del camión de rescate urbano, ya que era necesario el uso del equipo hidráulico para extraerlo.
De acuerdo a las versiones recabadas en el sitio, se supo que Alfredo conducía una camioneta Nissan de modelo antiguo, y se hacía acompañar de una mujer que se identificó como su sobrina, quien solo sufrió lesiones leves en el cuerpo.
Mientras que recibía los primeros auxilios, la fémina comentó a las autoridades de tránsito que su tío andaba en estado de ebriedad, al circular de sur a norte sobre la Interejidal.
Detalló que a la altura del kilómetro 9, Don Alfredo trató de rebasar al vehículo que llevaba delante, pero al tomar el carril contrario, se topó de frente a otro carro y tuvo que dar el volantazo de regreso.
Fue por esta maniobra y aunado a su estado inconveniente, que perdió el control salió del camino para luego volcar, quedando a centímetros de caer a un dren pluvial.
El sexagenario estaba en peligro inminente de ser aplastado por su propia unidad, pues quedó en terreno inestable, afortunadamente una persona que llegó al lugar amarró la unidad a su camioneta y la atiranto para evitar que se fuera al fondo del canal y con esto evitar que le aplastara la cabeza.
Veinte minutos después llegaron los cuerpos de rescate, y usando “las quijadas de la vida» comenzaron a trozar el techo de la pick up, hasta finalmente liberaron al jornalero que se hallaba literalmente ‘en un grito’, tras una hora de arduo trabajo.
Ya fuera de la cabina, Alfredo Cruz fue inmovilizado en una camilla y trasladado hasta la sala de emergencia del hospital General, donde al día de hoy permanece internado.
Por Alejandro Dávila
Expreso – La Razón