ALTAMIRA.- En medio del Sistema lagunario de las Marismas de Altamira se ubica el santuario de los Charranes, lugar al que llegan las aves para anidar.
El islote al que arriban las aves es artificial, está cerca del Puerto de Altamira, en el ejido Armenta y por ahí pasarían las vías del tren, sin embargo el proyecto se canceló.
Son tres especies de Charranes las que hay en el sitio, así como una ave que le llaman la monjita, además de otras especies.
El director de Ecología y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Altamira, Rubén Herver Zarate comentó que buscan la declaratoria de área natural protegida.
«Tenemos la propuesta de un polígono y los Charranes están protegidos, la normatividad que los protege existe, las tres especies que están ahí están en ese listado».
Puntualizó que era una vía de ferrocarril que se pretendía construir por el sistema lagunario, afortunadamente se canceló, se buscó otro trazo y quedó el islote que se vino a convertir en un sitio con características idóneas para la anidación de estás especies, sobre todo de los denominados Charranes.
«Las que anidan son cuatro, tres Charranes y una que le llamamos monjita, se tiene que hacer un estudio y por la importancia que tienen estamos buscando el apoyo de recursos para poder destinarlos y estoy seguro que se va a conseguir».
Al estar en medio de las laguna, no hay depredadores de los huevos o de los polluelos, quienes están sobre la tierra, además para llegar al islote solo se puede hacer por medio de una lancha.
«Nos interesa buscar la declaratoria de área natural protegida o cualquiera que sea o la
modalidad que aplique y eso determina la Dirección General de Áreas Protegidas, incluye
mantener la vigilancia y que no se pueda ejercer ningún proyecto que no sea compatible con la conservación».
Piden apoyo para la preservación
Don Carlos Maldonado, es pescador del Ejido Armenta y comentó que el islote tiene como 20 años, pero que no tenían conocimiento de la importancia de las aves, «hasta ahora que ha venido gente que conoce de ellas y es un criadero, no sabíamos que no eran de aquí, sino de otro país».
«Esperamos que siga viniendo la gente para que le dé el visto bueno y los que han venido son profesionistas, biólogos, son gente que ha estado metida en la fauna».
A pesar de que el santuario está dentro de un corredor industrial -dijo- se dan las aves, cocodrilos y otros animales y pidió a las autoridades para que apoyen en la preservación y que le den la importancia que debe tener.
Explicó que cuando es la incubación que es de dos meses y medio a tres meses, está al pendiente que no se lleven huevos, «siempre estamos al pendiente de que no hagan mal uso de estos recursos naturales y que se protejan».
«De ahora en adelante le vamos a poner más interés para que nadie haga negocios con este tipo de fauna».
Óscar Figueroa
La Razón