En poco más de dos semanas habrán concluido los procesos internos diseñados por el oficialismo y la oposición para elegir a su candidato presidencial.
En la primera quincena de septiembre, si se cumple la ruta establecida, los mexicanos conocerán a los dos principales oponentes de la contienda.
Durante más de dos meses han desfilado por el estado “corcholatas” y “taparroscas” de todas las filiaciones e ideologías, patrocinados y auxiliados por tamaulipecos que confían en sus proyectos.
Hubo de todo en su paso por la entidad: eventos más o menos emotivos, frases célebres, pero también presencias anodinas y participaciones sin chiste.
Con todo eso, después de esta sui géneris pasarela política, queda la sensación de que muy poco se movió en las entrañas de la alianza de la 4T y de la alianza del Frente Amplio, tras estos frenéticos recorridos.
Se instala la percepción de que no habrá sorpresas: Claudia Sheinbaum será la candidata de Morena y Xóchitl Gálvez la de la oposición.
A partir de ese anuncio que ya se ve venir -ocurrirá los primeros días de septiembre- se intensificará la lucha por las candidaturas en Tamaulipas.
Llegará la hora de sentarse a la mesa de negociación para reclamar tantas posiciones como sea posible, porque es mucho lo que está en juego.
Para las fórmulas del Senado, las listas de aspirantes con posibilidades se han ido reduciendo.
Por el lado de la 4T, la reunión de Carlos Canturosas con el gobernador Américo Villarreal Anaya parece haberlo puesto en la pelea, en la que también participan figuras como Maki Ortiz, y claro, José Ramón Gómez Leal, cuyo destino parece atado a la suerte de Adán Augusto López.
En el PAN, la eliminación de Cabeza de Vaca en el proceso del Frente Amplio, mermó a ese grupo político, pero al mismo tiempo los llevará a concentrarse en la disputa por la candidatura al Senado, que reclaman para el hermano Ismael.
EL PUENTE “NUEVO”
Mañana el gobernador Américo Villarreal Anaya estará en el sur de Tamaulipas para dar inicio a una obra que tiene harto simbolismo.
El puente roto de Altamira, que en realidad era -o pretendía ser- un distribuidos vial desde la carretera Tampico-Victoria hacia el puerto industrial, se convirtió durante la última década en el icono de la corrupción.
Un monumento a la mala gestión gubernamental que cobró decenas de vidas y generó pérdidas millonarias.
Fue apenas hace unos meses que el paisaje de ese rincón del estado empezó a cambiar.
Las ruinas del puente roto fueron desmontadas y en su lugar, a partir de esta semana comenzará a construirse el llamado “Puente de la esperanza”, con una inversión de 293 millones de pesos, un presupuesto menor al que se inyectó originalmente a la obra defectuosa.
Américo Villarreal Anaya inaugurará en los próximos días éste y otros proyectos, que tienen sustento en las gestiones realizadas por el gobernador ante el gobierno federal.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES