El Frente Amplio por México se enfrenta a una disyuntiva cada vez más común en la vida política del país.
A la recta final del proceso interno para elegir a su candidato presidencial llegaron dos mujeres, con perfiles muy diferentes.
Una que tiene las características para ser una buena candidata en una elección que luce muy cuesta arriba para ellos, pero cuyo curriculum en la función pública no permite determinar si sería una buena presidenta de la República.
Por el otro lado, a una mujer con mucho más empaque político y experiencia de gobierno, pero a la que no le encuentran las cualidades necesarias para que motive a millones de personas a votar por ella.
Este escenario es el que tienen frente a sí los más entusiastas promotores del FAM, que ahora, después de insistir en abrir la competencia a todos los simpatizantes de la oposición, le reclaman con tono de exigencia a Beatriz Paredes que decline en favor de Xóchitl Gálvez.
La razón es que la tlaxcalteca no encuadra en el personaje que imaginaban los ideólogos del Frente Amplio para encabezar la batalla contra Morena.
La duda de apoyar a la mejor candidata aunque no necesariamente sea la mejor potencial presidenta, en lugar de respaldar a quien podría hacer un mejor papel al frente del país, no les quita el sueño a los aliancistas, que exclaman en coro, que en este momento, lo más importante es frenar a la 4T.
Lo que pase después, ya lo discutirán otro día.
En algún sentido, el planteamiento de la oposición y la dinámica que ha seguido su proceso de selección de candidato, es opuesto a lo que ocurre en Morena.
A juzgar por las encuestas que circulan desde hace meses, Claudia Sheinbaum sigue al frente de las preferencias con una ventaja que todavía luce cómoda, y que la ponen a un paso de la candidatura presidencial.
La diferencia que le saca a Marcelo Ebrard entre la población abierta, se multiplica cuando se pregunta exclusivamente a los simpatizantes de Morena.
Esta tendencia se ha mantenido firme al paso de las semanas, a pesar de que Sheinbaum no encaja en el arquetipo de la candidata perfecta, que anhelan los marquetineros políticos para una campaña estruendosa.
Por momentos, incluso, la jefa de gobierno con licencia se muestra incómoda en ese papel.
Sheinbaum ofrece otra cosa a los seguidores de Morena y al sector de la población que se siente identificada con esa visión del país: la certeza de que su propuesta es la más cercana a la continuidad del obradorismo en el gobierno.
En eso, también, se basa el evidente alejamiento de Marcelo Ebrard de los afectos del presidente, y como consecuencia, del ala más dura de ese partido.
Por lo tanto, no hace falta ser adivinos para pronosticar lo que va a pasar la próxima semana: el Frente Amplio elegirá a quien consideran que tiene más posibilidades de vencer a la 4T en las urnas; y en Morena seleccionarán a quien creen que puede hacer una Presidencia más apegada a sus principios.
Claudia vs Xóchitl.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES